El clero cristiano da la bienvenida al islam en la iglesia, y después se doblega ante él

El imán Sali Salem recita el Corán en la iglesia de Santa Maria in Trastevere, Roma, el 31 de julio de 2016. (Imagen tomada de un vídeo de La Stampa)

GIULIO MEOTTI / Hay una inquietante y creciente tendencia en Italia y Europa.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Por primera vez en más de 700 años, sonaron canciones islámicas en la catedral de Florencia, la Iglesia de Santa María del Fiore. Bajo el famoso Domo de Brunelleschi, melodías islámicas acompañaron a las cristianas. La “iniciativa interreligiosa” se lanzó una semana después de la salvaje masacre perpetrada por terroristas islamistas en París contra la revista Charlie Hebdo, e incluía El Corán es justicia y otros “himnos”.

Un sacerdote del sur de Italia indignó a los feligreses al vestir a la Virgen María con un burka musulmán para el belén de su iglesia. El pastor de la parroquia de los Santos Joaquín y Ana en Potenza, el padre Franco Corbo, dijo que había hecho construir el pesebre especial “en defensa del diálogo entre religiones”. Estas iniciativas interreligiosas se basan en la eliminación gradual de la herencia occidental-cristiana a favor del islam.

Otro sacerdote de Italia también suprimió el belén del cementerio local porque “podía ofender a los musulmanes”. El padre Sante Braggiè dijo que no habría ningún nacimiento en el cementerio de Cremona, al norte de Italia, porque podría enfadar a personas de otras religiones o a personas cuyos parientes no están enterrados allí:

Hay un pequeño rincón del cementerio reservado a las tumbas musulmanas. Colocar un belén a la vista de ellas podría percibirse como una falta de respeto hacia los creyentes de otras confesiones, herir las sensibilidades de los musulmanes, y también a los indios e incluso los ateos.

En Rebbio, la parroquia italiana de San Martín se disponía a finalizar la misa. De repente, una mujer con velo, Nur Fayad, tomó la palabra y leyó los versículos del Corán que anuncian el nacimiento de Cristo. La iniciativa había sido idea del cura, don Giusto della Valle, “como un gesto por el diálogo”.

En Rozano, cerca de Milán, Marco Parma, director de un colegio, suprimió el concierto de villancicos de su escuela: decidió prohibir las tradicionales celebraciones en el colegio Garofani “para no ofender”.

En julio, se recitó por primera vez un versículo del Corán en una misa en Italia. Ocurrió en la Basílica de Santa María de Trastévere en Roma, durante una ceremonia en memoria del padre Jacques Hamel, asesinado por terroristas del ISIS en Francia. Mientras los católicos recitaban el Credo, un delegado de la mezquita de Al Azar de El Cairo salmodiaba en voz baja “una oración islámica para la paz”.

Probablemente el clero católico está desorientado por el mismo papa Francisco, que fue el primero que permitió la lectura de oraciones islámicas y del Corán en el edificio católico más importante del mundo. Sucedió cuando el papa Francisco se reunió con el difunto presidente israelí Shimon Peres y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, en la Ciudad de El Vaticano, un encuentro concebido para “rezar por la paz en Oriente Medio”.

Desde que fue elegido pontífice, Francisco ha pasado mucho tiempo en las mezquitas. Ha visitado muchos lugares de culto islámico en el extranjero, como Turquía y la República Central Africana, pero también quiso convertirse en el primer papa que visitaba la Gran Mezquita de Roma.

En lo que respecta al islam, el papa abraza el relativismo religioso. Repitió que la violencia islamista es obra de “un pequeño grupo de fundamentalistas” que, según él, no tienen nada que ver con el islam. A la pregunta de por qué no hablaba de violencia islámica, el papa respondió: “Si hablo de violencia islámica, tengo que hablar de violencia católica”, aunque actualmente uno se viera en apuros para encontrar cualquier cura, monja u otro católico que plantara bombas en cualquier sitio en nombre de Jesucristo.

Esta tendencia va más allá de Italia. En Reino Unido, el arzobispo Harries sugirió que la ceremonia de coronación del príncipe Carlos debía ser abierta e incluir una lectura del Corán. En EEUU, más de 50 iglesias, incluida la Catedral Nacional de Washington, han celebrado lecturas del Corán. El líder de la Iglesia Protestante en Alemania, el arzobispo Heinrich Bedford-Strohm, también pidió que se enseñara el islam en los colegios públicos. ¿Hay alguna lectura de la liturgia cristiana en las mezquitas?

Estas muestras interreligiosas también parecen cegarnos a otras lecturas más preocupantes del Corán en las iglesias cristianas, como la que tuvo lugar hace poco en Santa Sofía, en Estambul: por primera vez en 85 años, musulmanes turcos leyeron un texto islámico en el interior de la iglesia oriental más hermosa del cristianismo. Su objetivo, como atestiguaban los proyectos de ley presentados al Parlamento turco, es claro: islamizar la iglesia, que había sido utilizada como museo desde 1935.

El silencio cristiano se entiende menos: ¿cómo puede ser que tan pocos cristianos hayan alzado su voz contra este insólito ataque contra un monumento cristiano? ¿Han organizado tantas lecturas del Corán en sus propias iglesias que ahora les parece normal convertir una iglesia en una mezquita?

Tras producirse un atentado en una iglesia de Normandía el pasado mes de julio, el clero cristiano abrió las puertas de sus iglesias a los musulmanes. Ese gesto fue bien acogido como un punto de inflexión en la relación entre las dos religiones. Pero de una población de seis millones de musulmanes en Francia, sólo participaron unos pocos cientos de ellos. ¿Era esa cifra de asistencias realmente representativo de la opinión pública islámica?

Esos gestos bienintencionados podrían parecer un beneficio interreligioso, pero en realidad son una pérdida ecuménica. ¿No sería mejor que los jefes de la Iglesia Católica establecieran un verdadero diálogo con las comunidades islámicas, basado en principios como el de la reciprocidad (si vosotros construís mezquitas en Europa, nosotros construiremos iglesias en Oriente Medio), la protección de las minorías cristianas en la Media Luna y el repudio teológico de la yihad contra los “infieles”?

Para el clero católico que abrió las puertas de la Catedral de Florencia al islam, los musulmanes sugerirán a continuación retirar un cuadro de la basílica: Dante y la Divina Comedia de Domedico di Michelino. Para los musulmanes extremistas, Dante es culpable de “blasfemia”: incluyó a Mahoma en su Averno poético. El Estado Islámico no oculta su intención de atacar la tumba de Dante en Italia. Otros lugares que el ISIS incluye en su lista son la Basílica de San Marcos de Venecia y la Basílica de San Petronio en Bolonia: en ambas hay retratos de escenas de la Divina Comedia.

¿Son imaginaciones? En absoluto. La organización italiana pro derechos humanos Gherus92, que asesora a organismos de la ONU en materia de derechos humanos, ya ha pedido que se retire a Dante de los programas escolares a causa de su supuesta “islamofobia”.

En esta nueva “corrección” interreligiosa, sólo gana el islam. Los cristianos tienen todo que perder.

Fuente: GATESTONE INSTITUTE

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