Después de 50 Super Tazones, y a tan sólo días de que comience el Super Bowl LI, comencé a buscar en la historia de éstos si había conexión entre el judaísmo y este magno evento; después de un tiempo me di cuenta que no es tan difícil relacionar conceptos como el judaísmo y el Super Domingo.
ISAAC SHAMAH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
La realidad es que en más de una ocasión en la que se ha disputado este evento han habido algunos jugadores, entrenadores, dueños de equipos y directivos que tenían raíces judías y que participaron en algunas ediciones de la final del futbol americano en Estados Unidos; de hecho en el Super Bowl número 51 ambos dueños de los equipos (Arthur Blank y Robert Kraft) eran judíos.
Al ver cada historia me di cuenta que todas eran especiales a su manera, pero lo más curioso que vi es que sólo en una ocasión un jugador se relacionaba con la parte más ortodoxa del judaísmo y cómo es que él pudo llevar la Torá después del Super Bowl. Esa es la historia de Alan Veingrad.
Para comenzar la historia les tengo que contar que Alan nace en 1963 en un familia judía que en ese momento no era ortodoxa, pero por asares del destino, estudia algo de hebreo cuando era niño. Con el pasar de los años Alan se despega de la religión y al entrar a la preparatoria se convierte en un destacado deportista, ya que jugaba futbol americano y practicaba atletismo.
Gracias a sus actuaciones en la preparatoria, Alan obtiene una beca en la Universidad del Este del estado de Texas (ahora conocida como Texas A&M) para jugar futbol americano. En su etapa colegial, Veingrad se vuelve una auténtica estrella en la línea ofensiva y en 1984 gana el premio de All American al mejor jugador del año en su posición.
Al concluir su carrera universitaria Alan intentó ser reclutado por la vía del Draft de la NFL, ya que buscaba ser un jugador profesional de futbol americano; sin embargo, en la NFL, en ese momento se le consideraba muy pequeño para poder jugar alguna posición en la línea ofensiva, debido a esto no es reclutado por ningún equipo.
Después de no ser seleccionado en el Draft de 1985, Alan firmó con los Bucaneros de Tampa Bay como agente libre, sin embargo no pudo hacer el equipo y fue cortado, por esta razón firma con los Petroleros de Houston para ser cortado de nueva cuenta.
Desesperado por no poder conformar un equipo en la NFL, Alan llegó a pensar que quizá la liga más importante de futbol americano en el mundo no era para él, pero cuando estaba por darse por vencido le llegó la oportunidad de su vida; en 1986 los Empacadores de Green Bay le ofrecieron un contrato y de inmediato lo tomó. En esta ocasión Alan hizo el equipo y no sólo eso sino que se volvió el tackle derecho titular.
La vida de Veingrad cambiaría por completo; además de haber encontrado dónde jugar el deporte de sus amores, Alan se reencontraría con el judaísmo en el lugar menos pensado.
Resulta que cuando Alan llega a Green Bay, Lou Weinstein, un hombre judío apasionado de los deportes que tenía una tienda de zapatos en Green Bay, lee en el periódico que un jugador judío fue contratado por sus amados empacadores, al ver esto, inmediatamente Lou contacta a Alan por medio de una carta para conocerlo. Alan acepta la propuesta y después de una plática con el señor Weinstein decide acompañarlo a la Sinagoga en Rosh Hashaná (año nuevo judío).
En el templo, Alan escuchó el rezo en hebreo y se sintió como en casa de inmediato, algo había despertado un sentimiento sin igual en él. Alan Había regresado al judaísmo, Alan Había regresado a casa y gracias a esto, poco a poco, él se comenzó a acercar un poco más a la religión, pero para estos momentos aún no era un hombre religioso.
Después de 5 temporadas exitosas en Gren Bay, Alan decidió firmar con los Vaqueros de Dallas. En la temporada de 1991 fue parte de una de las líneas ofensivas más sobresalientes de toda la historia. En aquél año, Emmitt Smith, corredor de los “Vaqueros” le regaló a Alan y a toda su línea ofensiva, un Rolex de Oro como muestra de aprecio gracias a que ellos le ayudaron a ser el mejor corredor de la liga en ese año.
Para la temporada de 1992, Alan y los Vaqueros llegaron al partido en el que todo jugador de futbol americano quiere jugar. Alan se encontraba en la cima de su carrera, iba a disputar el Super Bowl.
En el Super Bowl XXVII los Vaqueros de Dallas se impusieron a los Bills de Bufalo y Alan consagró su carrera de gran manera.
Tras el Super Domingo, Veingrad decidió quitarse el casco, y aunque en ese momento ya estaba más apegado a la religión, aún no sabía que en realidad lo que iba a hacer era quitarse el casco para reemplazarlo por una Kipá.
Pasaba el tiempo y Alan aún no encontraba su verdadera vocación; tenía un gran trabajo y una buena familia, pero Alan no se sentía satisfecho. Alan necesitaba otro tipo de equipo y volver a ponerse un uniforme que lo caracterizara.
Un día, Alan vio un artículo en el periódico que hablaba de cómo le había ido después de haber jugado futbol americano; en ese momento se dio cuenta que el artículo mostraba todo sobre él y que a la vez no mencionaba nada importante para él.
Después de analizar una y otra vez su vida mediante aquél artículo, se dio cuenta que carecía de la parte espiritual que había encontrado en aquel pequeño templo de Green Bay. Al ver esto, de inmediato se acercó a la religión, pidió consejos a los rabinos más cercanos y se puso un uniforme totalmente diferente al de las canchas y comenzó a estudiar Torá.
Alan encontró su nueva vocación para hacer de ésta su vida. Su nuevo equipo ahora se dedica al estudio de la biblia al 100% en vez del futbol americano y su nuevo uniforme ya no lleva hombreras y casco, ahora lleva Tzitzit y Kipá,
Después de 8 años de estar estudiando Torá como si fuera el libro de jugadas de Green Bay o de los Vaqueros, Alan ya estaba preparado para convertirse en uno de los referentes del templo y si bien él no se considera un rabino, la realidad es que tiene la capacidad para poder llevar una congregación. La diferencia entre ambos territorios era que en uno le llamaban Alan y que ahora le llaman Shlomo, pero la hermandad que mantuvo con sus compañeros de equipo se quedó intacta.
En 2010 Alan fue inducido en el Salón de la fama Nacional de los Deportistas Judíos.
Hoy en día, Veingrad sigue estudiando Torá en un alto nivel en donde hasta la fecha lleva puesto su anillo de Super Bowl y su Rolex de oro, además de que trabaja en la AIPAC, organismo que aboga por Israel en Estados Unidos.
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