Segismundo Nates, es un hombre de poco más de 8 décadas de vida, en cuya mente encierra un tumulto de conocimientos que vale la pena conocer; pero su presente es tan fascinante como su pasado; ésta es su historia.
NADIA CATTÁN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
Su padre Salomón Nates nació en Lituania, era el hijo número 16 de una familia muy humilde, judía y muy religiosa. En 1924 tomó un barco sin conocer el rumbo final, hasta que llegó a un puerto llamado Tampico, Salomón no sabía nada de aquél nuevo lugar, pero al poco tiempo se integró a la pequeña comunidad judía. Su actividad económica la inició como vendedor ambulante de corbatas, y la pobreza era tal, que en muchas ocasiones llegó a dormir en bancas de la Alameda.
Hasta que un día, un “paisano” llamado Jacobo Rostenberg lo ayuda a emigrar a Estados Unidos, donde se encontraban el resto de los hermanos de Salomón. Fue así como a mediados de la década de los 20 llegó a Norte América, pero aquella ciudad de México ya lo había cautivado y en cuanto trabajó y juntó el dinero suficiente, regrezó a México, en donde lo primero que hizo fue buscar a aquel hombre llamado Jacobo para pagar la deuda que tenía con él. Éste, fue el inicio de una larga amistad y sociedad que concluyó en un proyecto en común, una fábrica de camisas y corbatas que poco a poco y con el paso del tiempo, dio a ambos éxito económico. La fábrica se llamaba Rona, haciendo referencia a las 2 primeras letras de cada apellido de los socios. Poco tiempo después, estos 2 hombres fueron parte del equipo que fundó Tacuba 15, un espacio adquirido por la Comunidad judía con el objetivo de crear un área para eventos sociales y esparcimiento.
Salomón se casó con Golde Lasky, con quien tuvo 2 hijos. Golde, había sido alumna en Austria de Sigmund Freud y toda la vida tuvo una admiración muy grande por aquél reconocido psicólogo, a tal grado que en cuanto Golde se casó con Salomón y tuvo un hijo varón, le puso como nombre Sigmund o Segismundo, en español.
Cuando Segismundo tenía 7 años, Golde murió, dejando a sus 2 hijos huérfanos a muy corta edad. Segismundo y su hermana mayor, Raquel, estudiaban en una escuela pública, hasta que en 1940 pudo entrar al Colegio Israelita de México, donde cursó la Primaria; al terminarla cursó sus siguientes estudios en otras instituciones hasta que logró entrar a la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde se graduó de Ingeniero Civil. Segismundo se casó en 1963 con Sara Maya con quien tuvo 3 hijos, se dedicó a su profesión manteniendo siempre un interés en la política israelí, el sionismo y el judaísmo.
Los años pasaron y la viudez llegó a la vida de Segismundo, acompañada de una soledad que empleó de manera productiva, pues horas de estudio culminaron en la elaboración de un libro llamado “Razón del Génesis o el Génesis de la razón” en donde explora el significado de ser judío. Para Segismundo, el ser humano vive en una continua búsqueda de la identidad propia, del razonamiento y de las leyes de la vida. Una pregunta esencial del ser humano es “¿Quién soy?”, el que es judío tiene la Torá como guía para responder esta pregunta.
Sin embargo, Segismundo también guarda en su casa un Corán, que ha leído y analizado constantemente, “En el Corán, se puede leer muy claramente los objetivos de expansión que tiene el Islam, tanto territorial como ideológicamente, por lo tanto, el musulmán que hace las paces con un judío y reconoce el Estado de Israel es un musulmán que le está fallando a su libro sagrado. Mahoma inició su lucha de expansión ideológica a base de la espada, es lógico que sus seguidores sigan su ejemplo. Quien quiera juzgar el problema palestino – israelí tiene primero que estudiar y conocer una larga historia que involucran 3 complicados elementos, poder, geopolítica y fe”, dice Segismundo, quien siempre llama a su parte racional, pues para él, el hombre que se conecta con su raciocinio desarrolla una capacidad para comunicarse, pero el conocimiento también tiene su lado negativo, pues entre más preguntas tenemos, más inconformes estamos, es un camino dual en el que mejoramos el mundo, pero también lo complicamos.
“El Génesis guarda una sabiduría impresionante, cada letra guarda un símbolo en el que se puede concluir algo verdaderamente sabio
Bereshit tiene las letras Bet, Reish, Alef, Shin, Iud, Tet, que significan:
Bet – bait = casa
Reish = cabeza o razón
Alef = hombre
Shin = corona
Iud = vida
Tet = muerte
Por lo tanto “de la casa surge la razón del hombre que se corona cuando conoce la vida y acepta la muerte” Afirma Segismundo.
Hoy, el Señor Nates es un hombre de 84 años que realizó un estudio exhaustivo del primer libro de la Torá y sus conocimientos, opiniones y conclusiones merecen ser leídos. Quien esté interesado puede contactarlo en el mail: [email protected]
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