PEDRO HUERGO CASO
E. Propper de Callejón, Primer Secretario de la Embajada de España en París cuando los nazis, no hace mucho fue reconocido como Justo Entre las Naciones por la ingente cantidad de judíos que salvó arriesgando su carrera diplomática.
Juanita Callejón, a fines del S. XIX, era lo que se dice una niña bien que pululaba por las altas esferas de la sociedad madrileña anterior al Desastre de 1898.
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Su abuelo, abogado de prestigio en Berja (Almería) se casó con la hija de un burgués (dedicado a la incipiente industria de la minería que patrocinaba la familia Bauer -corresponsales de los Rotschild en España.)
El hijo de ambos, Juan Bartolomé de Callejón Villegas, se dedicó a la milicia cuando las guerras carlistas y fue alejado de España por su caràcter indómito, nombrándolo vicecónsul en New Orleans, U.S.A. en 1858; allí aprovechó la coyuntura para amasar una fortuna con especulaciones varias y casarse con una judía, Marie Louise Kennedy Massicot – Fue sustituido, enviado a Argelia, y al final de su vida, desde Vigo (Galicia) se dedicó a hacer negocios con las familias judías europeas con las que su esposa le ponía en contacto. Tuvieron dos hijas: Gabriela y Juanita (Juana de Callejón Kennedy)
Max Propper Kohn, por aquel entonces, también era lo que se dice un buen partido de las altas esferas de la sociedad madrileña anterior al Desastre del ´98. Su abuelo, Alois Propper, judío de Bohemia, Imperio Austro-húngaro, se casó con una judía de Horany, hoy República Checa, Jeanne Kohn, que le dio tres hijos: Siegfried,nEnmanuel y Maximiliam, nacido en 1856, dedicado a la banca en Madrid al amparo de Ignatius Bauer, mano derecha de la Banca Rotschild en la capital de España.
Juanita Callejón Kennedy se casó con Max Propper y tuvieron tres hijos, Armando, Juan y en 1895. Eduardo, por lo que se desprende de la crónica social respecto a las exequias de Max Propper, en 1917, se codeaba con toda la aristocracia madrileña.
Eduardo, tras licenciarse en Derecho, y antes de que estallara la Primera Guerra Mundial, se dedicó a la diplomacia. Su primer destino fue Bruselas, donde ejercería de Primer Secretario de la Embajada Española. Tenía 23 años y Europa, en 1918, estaba azotada por la guerra.
Poco a poco fue ascendiendo y así llegó a Viena a mediados de los locos años 20. Allí conoció a “Bubbles”, con quien se casaría el 28 de diciembre de 1929 en Asnières-sur-Oise, concretamente en la Abadía de Royaumont, construida para los cistercienses en el S XII por el rey Louis X y cuyo chateau habían comprado los barones de Fould-Springer.
“Bubbles” se llamaba Hélène Fould-Springer, socialité parisina y pintora amateur, hija del banquero y barón Eugène Fould y de Mary Von Springer, vienesa proveniente de una gran familia de industriales judíos. Su abuelo, el barón Max von Springer, creó la industria de la levadura en 1872 en Francia, mientras que su padre, el barón Gustav von Springer, era íntimo del emperador Francisco José. La madre de Marie y de Liliane fue Hélène de Koenigswarter, hija del diputado de París, el barón Maximilien de Koenigswarter.
A su vez, Marie von Springer era hermana de la baronesa Liliane de Rotschild, esposa del barón Elie Rotschild que la abandonó por acostarse con la hija de W. Churchill mientras Lilian se dejó vivir en Royaumont. Elie de Rotschild, fallecido en 2007, vivió muchas temporadas en Rayaumont, pero su heredero, Nathaniel, que prefiere vivir en U.S.A. subastó las reliquias del castillo en Christie’s France con un precio de salida de cuatro millones de euros en pintura decimonónica y piezas de mobiliario dieciochesco.
Entre las obras del chateau colgaba un retablo de Van Eyck, el pintor adorado por Hitler y que gracias a Eduardo Propper nunca pudo tener entre sus posesiones robadas por toda Europa.
(Lilianne Rotchild)
En 1939, año en que termina la Guerra Civil Española, Eduardo era Primer Secretario de la Embajada de España en París. Un año después los nazis toman la Ciudad de las Luces para convertirla en la Ciudad de las Sombras. Los Rothschild, que atesoran arte en el castillo, saben que serán expoliados. Y entonces Eduardo traslada la Embajada al Castillo de Rauyamont y se vuelve intocable. ¡Hitler no puede mandar robar el tríptico de Van Eyck! Está protegido por la bandera española en tiempos de Franco.
La invasión alemana provocó una huida masiva ante la inminente llegada de las tropas, el gobierno francés abandonó París, y con él, las representaciones diplomáticas. Propper, su esposa y sus dos hijos se trasladaron a Burdeos.
(Baronesa Von Springer, “Mitzi”, suegra de Eduardo)
De los 300.000 judíos que hay en Francia el 14 de junio funesto, miles se lanzan a los consulados buscando salvoconductos que les permitieran huir de la barbarie. El consulado de Burdeos ha sido cerrado, pero ante la necesidad de los visados, Propper lo reabrió. Sin permiso. Habla con el embajador sobre la posibilidad de dar visados especiales ante la situación y el embajador le dice que haga lo que crea conveniente. Pronto se corre la voz entre los judíos y en poco tiempo dio 30.000 visados para pasar a España y desde Galicia a Portugal y desde allí a América.
Poco tiempo después Francisco Franco nombró Ministro de Asuntos Exteriores a Ramón Serrano Suñer, y en febrero de 1941, Serrano Suñer ordenó al embajador en Vichy, José Lucrecia, la suspensión inmediata de Propper de sus funciones en la embajada, enviándole a Larache (Marruecos), bajándole de categoría, con un cargo mucho menos prestigioso, y no llegando nunca a ser nombrado embajador.
Se jubiló en 1965 y murió en Londres en 1972. En 2007 se le concedió el título de Justo entre las Naciones. Su esposa, convertida al catolicismo tras la guerra, murió en Kensington, London, en 1997.
Su hija, Helena, psicoterapeuta, se casó con Raymond Bonham Carter, banquero londinense, hijo de una baronesa inglesa. La hija de este matrimonio es la conocida actriz Helena Bonham Carter, dos veces nominada a los Oscar.
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