CAROLINE B. GLICK / La única manera de lograr que la ONU piense dos veces antes de atacar a Israel es que Israel deje de actuar como un idiota.
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – La diputada Tzipi Livni aparentemente está bien considerada en la ONU. Según informes de prensa, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó a Livni y le ofreció el puesto de subsecretaria general.
Se supone que la oferta de Guterres a Livni es una compensación. Livni recibirá el nombramiento a cambio de que Estados Unidos no vete su plan para nombrar al ex primer ministro de la Autoridad Palestina, Salam Fayyad, para servir como su enviado a Libia.
Hay tres problemas básicos con este trato propuesto. Primero está el problema con Fayyad.
Dejando a un lado la cuestión de las funciones reales de un enviado de la ONU a Libia, la pregunta es ¿por qué Fayyad ser un buen candidato para nada?
Antes de que Fayyad se uniera a la AP controlada por la OLP en 2002, sirvió durante seis años como representante del Fondo Monetario Internacional para la AP. En esa posición, Fayyad hizo la vista gorda a la malversación de fondos del presupuesto de la Autoridad Palestina financiado por donantes, con una suma de cientos de millones de dólares al año.
Año tras año, Fayyad no hizo nada para advertir a los donantes que los fondos que proporcionaban a la Autoridad Palestina eran transferidos a cuentas bancarias suizas o desapareciendo. En 1997, por ejemplo, Fayyad no dijo nada cuando Arafat y sus compinches causaron que 323 millones de dólares, o 40% del presupuesto de la AP, simplemente desaparecieran.
Tal vez, si lo hubiera hecho, la comunidad internacional podría haber repensado su apoyo al jefe de la OLP, Yasser Arafat, mientras construía la AP en una cleptocracia de financiación del terrorismo.
Arafat designó a Fayyad para que sirviera como ministro de finanzas de la AP en 2002. En esa posición, Fayyad pasó de apologista a facilitador. Presidió el presupuesto de la AP y mantuvo las donaciones internacionales fluyendo sabiendo perfectamente que Arafat y sus compinches estaban malversando los fondos para enriquecerse y financiar el terrorismo mientras el pueblo palestino llegaba a un desempleo récord y era adoctrinado para despreciar a Israel y Occidente.
La facilitación de Fayyad del gran hurto de los jefes de la OLP continuó después de la muerte de Arafat en 2004. Alegremente permitió también el saqueo de Mahmoud Abbas.
Por ejemplo, en 2004 Fayyad no hizo nada para detener el robo de sus jefes de los ingresos por productos petrolíferos mientras vaciaban las arcas de la Autoridad Petrolera de la Autoridad Palestina.
Cuando los legisladores de la AP le pidieron ese año que informara dónde habían desaparecido los ingresos de los productos petrolíferos, según Issam Abu Issa, fundador del Banco Internacional Palestino, Fayyad declaró con indiferencia: “Desafortunadamente los documentos relacionados con los ingresos procedentes de los productos petrolíferos – o cómo se utilizó el dinero – no se pueden encontrar. Han desaparecido del ministerio.
Según un informe de 2013 del Tribunal de Cuentas Europeo, entre 2008 y 2012, desaparecieron 2.700 millones de dólares de la ayuda de la UE a la AP. Fayyad presidió el tesoro de la AP y el gobierno como ministro de finanzas y primer ministro durante esos años.
Fayyad también fue responsable de financiar el terrorismo. Como primer ministro de la AP, Fayyad disfrutó del apoyo tanto de Fatah como de Hamas. Hamas lo apoyó, entre otras cosas, porque envió pagos mensuales del presupuesto de la AP al grupo yihadista en Gaza.
Bajo el liderazgo de Fayyad, la Autoridad Palestina asignó el 31% de su presupuesto basado en donantes a sus fuerzas de seguridad. Eso es más que cualquier gobierno en el mundo y plantea preguntas acerca de dónde realmente va todo ese dinero.
Como primer ministro, en 2011 Fayyad aumentó los pagos de la AP a terroristas encarcelados en prisión israelí en un 300%. Más del 6% del presupuesto de la AP se gasta ahora para pagar salarios a los terroristas.
Luego está el papel de Fayyad en incitar y dirigir la campaña internacional para destruir la economía israelí y bloquear cualquier posibilidad de relaciones amistosas entre israelíes y palestinos.
Como primer ministro de la AP, en 2010, Fayyad promulgó una ley que penalizaba toda la actividad económica palestina con israelíes más allá de las líneas de armisticio de 1949. Contrató 650 soldados y los encarceló para que ingresaran a las casas de la gente y se apoderaran de todos los productos israelíes que encontraran allí. Ordenó el arresto de palestinos que trabajaban con israelíes.
En 2012 amplió la prohibición de cooperación económica y su boicot a productos y negocios israelíes para incluir a todo el territorio israelí. Al hacerlo, penalizó toda la cooperación económica entre palestinos e israelíes y señaló a sus partidarios de la izquierda internacional que deberían usar la guerra política y económica contra Israel para deslegitimar al país en su conjunto.
Así que el estadista de “Palestina” que Guterres desea nombrar para servir como su enviado a la Libia controlada por terroristas es un bagman (recaudador de dinero negro) para terroristas y jefes mafiosos de la OLP y Hamas. Penalizó la coexistencia pacífica entre israelíes y palestinos y encabezó la guerra económica y política de la izquierda contra Israel.
Por qué alguien podría pensar que un hombre con este registro sería una buena opción para algo, salvo una celda de la cárcel no está claro.
Esto nos lleva a Livni.
Después de cambiar los partidos políticos tres veces en nueve años y construir un récord de casi ininterrumpido fracaso en los puestos del gabinete que ocupó, Tzipi Livni ha llegado al final de su cuerda política. Ya nadie la quiere.
Sus partidarios estadounidenses están fuera del poder.
Su partido, Hatnuá, no ganará ningún escaño si se presenta solo en las próximas elecciones.
Ella destruyó el partido Kadima que formó con Ariel Sharon y Ehud Olmert.
Es odiada en su casa política original, el Likud.
Y los activistas del Partido Laborista, con los que fusionó a Hatnuá en 2015 para formar la Unión Sionista conjunta, no tienen interés en mantener la asociación en las próximas elecciones.
No importa lo que suceda en las próximas elecciones, Livni ha quemado tantos puentes en su egoísta carrera política que no tiene posibilidades de ser elegida para la Knesset, mucho menos de servir en un futuro gobierno.
Hoy, la carrera de Livni consiste en viajar por el circuito internacional de conferencias con sus partidarios izquierdistas europeos y estadounidenses y escribir mensajes en Facebook con fotos de su gato, por un lado, y amenazas de tribunales de crímenes de guerra pendientes contra ciudadanos israelíes, por el otro.
Así que tiene sentido que resulte atractiva para el secretario general de la ONU.
Esto nos lleva al tercer problema con la oferta reportada por Guterres y a las realidades diplomáticas que la hicieron posible.
La llamada “solución de dos Estados” ha colocado a Israel en el mismo campo de juego que una entidad terrorista.
En realidad, es peor que eso.
La “solución de dos Estados” que culpa a Israel de la guerra palestina e internacional que se libra contra su derecho a existir ha colocado a Israel en una posición subordinada a los terroristas palestinos.
Mientras que los palestinos como Fayyad que desempeñan papeles principales en la guerra contra Israel son estimados ancianos estadistas, los israelíes que defienden los intereses y los derechos de su país contra Fayyad son vistos como posibles acusados en La Haya.
Los únicos israelíes a los que se pueden dirigir para “equilibrar” el compromiso de la ONU con los activistas del terrorismo palestino son los que hacen eco de sus falsas acusaciones contra el Estado de Israel.
Livni no está siendo considerada para el cargo por ser la ex ministra de Relaciones Exteriores. La están promocionando como “equilibrio” con Fayyad porque está de acuerdo con él en que Israel no debe defenderse contra su agresión ni la de sus compinches en la AP.
Por otra parte, si Livni recibe el puesto de la ONU, Guterres esperará que defienda la organización intrinsecamente anti-Israel cuando es justificadamente atacada por el gobierno de Israel donde no tiene ninguna posibilidad de volver a servir.
La única forma de lograr que la ONU piense dos veces antes de atacar a Israel es que Israel deje de actuar como un idiota.
El gobierno no sólo debe rechazar la oferta de Guterres. Debe tomar las medidas que el primer ministro Benjamin Netanyahu amenazó con tomar contra la ONU tras el pogrom diplomático del Consejo de Seguridad contra el Estado judío el 23 de diciembre.
La ONU debe ser expulsada de Jerusalem.
A las fuerzas internacionales y de la ONU desplegadas en Judea y Samaria se les debe enseñar la puerta.
E Israel debería dejar de transferir los fondos de los contribuyentes a la institución corrupta controlada por una mayoría automática de estados que creen que el principal propósito de la ONU es criminalizar a Israel mientras blanquean a los terroristas y sus seguidores como Fayyad.
El propósito de la oferta de Livni es distraer a Israel – y los Estados Unidos – y hacer que olvidemos la intolerancia inherente de la organización contra el Estado judío, permitiendo a la ONU mantener e incluso aumentar ese fanatismo. Israel no debe ser seducido por la grotesca, insultante y falsa oferta de paz de Guterres.
Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico
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