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jueves 21 de noviembre de 2024

Escritores egipcios: “Israel supera a los árabes en innovación y desarrollo científico”

MEMRI

En recientes artículos, varios columnistas egipcios lamentaron el hecho de que los árabes en general y Egipto en particular, estén rezagados en términos de desarrollo científico, en contraste con los logros científicos de Israel y su alto rango mundial en empresas de emprendimiento e invenciones.

Uno de los columnistas escribió que, “si los árabes hubiesen realizado avances tecnológicos, probablemente se hubiesen negado a compartirlos con el mundo, a fin de evitar cooperar con los “infieles” y “enemigos”. Los columnistas exhortaron a los árabes a emular a los países occidentales en lugar de considerarlos infieles y aprovechar sus recursos para establecer instituciones académicas avanzadas tales como el Instituto de Ciencia Weizmann en Israel y el Instituto Tecnológico de Israel (Technion) en lugar de más y más hogares de culto y rezos.

Lo siguiente son extractos de los artículos:

Si hubiésemos inventado todo lo que Occidente ha inventado, lo hubiéramos mantenido fuera de su alcance porque son infieles.

El columnista de Al-Masri Al-Yawm Osama Gharib, escribió: “Las contribuciones árabes a la modernidad finalizaron hace más de 1000 años, nos hemos aprovechado de los descubrimientos e invenciones de los demás. Ellos piensan, trabajan e inventan mientras nosotros nos quedamos rezagados sin ningún propósito en particular. Esto nos lleva a la pregunta: ¿Qué hubiésemos hecho si hubiésemos sido nosotros los innovadores que inventaron el teléfono, el auto, el tren, el avión, el refrigerador, la lavadora, la estufa, la radio, la televisión, el teléfono celular, la computadora, el rifle, la bomba, misiles y cañones? Lo más probable es que nos los hubiésemos guardado y no le permitiríamos a otros beneficiarse de estos a través del trueque o las exportaciones.

Esto, basándonos en que los otros son infieles y es [por lo tanto] impropio hacer amistad con ellos o compartir la esencia de nuestra filosofía y permitirles disfrutar de lo que nosotros disfrutamos o utilizar lo que usamos para ahorrarles tiempo y hacerle más fácil su vida. Denominamos a Occidente “el Occidente Cruzado” para dar a entender que es un enemigo que debe ser confrontado, en lugar de colaborar con este. ¿Exagero cuando digo que le hubiésemos negado a Occidente nuestras invenciones y las hubiéramos mantenido sólo para nosotros, incluso si exportarlas nos hubiera ayudado a operar nuestras fábricas, contratar empleados y traer dinero a nuestras arcas? A mi manera de ver, esto no es una exageración, ya que [los musulmanes] hubiésemos emitido fatuas prohibiendo el comercio, [diciendo que] incluso si hay mucho dinero en ello, no lo necesitamos. [Hubiésemos argumentado] que las relaciones bilaterales con estos individuos [en Occidente] enojan a Alá y a Su Profeta, que no existe bendición en el dinero que proviene del comercio con ellos y que podríamos perder si nuestros medios de vida dependieran del colaborar con los infieles.

“Sin embargo, descendiendo de las alturas de la imaginación y regresando a la realidad, descubrimos que es Occidente que inventó todo lo beneficioso para la humanidad, mientras que nosotros somos meros espectadores aupando el partido… Tal vez deberíamos darnos cuenta de que los inventores fueron mucho más generosos y humanos que nosotros al compartir con nosotros todo lo que estos inventaron y no se lo guardaron solo para ellos. Sé que algún grosero pudiera señalar que no nos dieron sus productos por ser humanistas, sino por consideraciones comerciales, para que nos convirtiésemos en un mercado [para sus productos], dándoles beneficios y oportunidades de empleo, ganancias y auto-realización. Esto es un hecho innegable, pero existe otro aspecto a esto. Si nos hubiesen visto tal como nosotros los vemos a ellos – como infieles con quienes uno no debería tener relaciones mutuas – no nos hubiesen vendido [nada] ni hubiesen logrado ningún beneficio de nuestra parte. Sin embargo, su punto de vista, por más lucrativo que sea, es más abierto y humano, reconociendo la humanidad del otro y la importancia y el entendiendo de que es vital darle al otro cierta medida de progreso, para que el mundo no se divida en un bando civilizado y un bando barbárico. Algún otro grosero pudiera afirmar que Occidente comparte sus inventos con nosotros, pero no revela sus secretos, para evitar que compitamos con este y lo superemos. Sin embargo, esto ignora el hecho de que el conocimiento le es accesible a aquellos que se esfuerzan y que nadie se ofrecería en contenerse y ayudar a sus competidores. En última instancia, sé que las palabras de los jeques prevalecerán y la gente [entre nosotros] seguirá creyendo que Alá puso a los extranjeros a nuestro servicio para ahorrarnos la maldad y los dolores de cabeza en la [necesidad] de pensar”.[1]

Israel está en el pináculo de las investigaciones científicas en el mundo mientras que los árabes siguen rezagados y atrasados.

Metwali Salem, otro columnista de Al-Masri Al-Yawm, escribió: “En los países que valoran el conocimiento, la invención es vista como uno de los pináculos de la inversión, mientras que en Egipto el nivel de interés en ello, por parte del gobierno y el público, es mínimo y es una señal de vergüenza [para nosotros] que Israel sea considerado el segundo país del mundo en términos de invenciones… Además, las investigaciones científicas son prioridad en su lista de prioridades, tal vez incluso su prioridad más absoluta, mientras seguimos abrazando la mentalidad del fracaso y el extremismo y nuestro interés por la ciencia se limita a la charlatanería del café y las platicas en los salones de estar…

“Tristemente, somos una nación que ha pasado del primer lugar en el mundo (en términos de ciencia y progreso) al último lugar y todos se deleitan con el cuerpo enfermizo y deformado [de nuestros pueblos]… Mientras tanto, Israel se asienta sobre el trono de la ciencia, que nosotros hemos ignorado hasta el punto de que nuestros graduados universitarios y aquellos con títulos en maestría y doctorado son una minúscula minoría que busca un medio de subsistencia, porque lo único que sus conocimientos le han podido adquirir son sus diplomas que figuran en la lista de sus currículos [pero] que no les sirven de nada y no les aportan ningún beneficio”.[2]

Similarmente, el columnista de Al-Ahram Ibrahim Al-Naggar escribió: “Israel derrotó a los árabes en las competencias científicas seduciendo a científicos europeos y estadounidenses a que vivan allí, mientras que en los países árabes la fuga de cerebros continúa y estos no traen de vuelta a sus académicos para que se beneficien de ello. La Liga Árabe advirtió sobre el peligro que esto representa para el futuro económico, político y de seguridad de los países árabes luego que Israel ocupara el lugar No. 24 entre los países desarrollados, el segundo lugar después de Estados Unidos en investigaciones científicas y capacidades y el cuarto lugar después de Japón, Estados Unidos y Finlandia en el adoptar desarrollos tecnológicos”.[3]

Israel sabe cómo explotar sus recursos, mientras que los egipcios no han sabido aprovechar los suyos.

El Dr. Bahgat Korany, experto en relaciones internacionales y en economía política, director del foro de la Universidad Americana en Cairo (UAC), escribió en Al-Ahram: “Aunque existen muchas escuelas científicas [del pensamiento] sobre desarrollo, todos están de acuerdo en una cosa: el fracaso no proviene por la falta de recursos naturales, Japón es pobre en recursos, mientras que el Congo y Nigeria son ricos en estos. El desarrollo se trata de cómo aprovechar los recursos existentes y gestionarlos – y es por eso que el recurso humano es de vital importancia, especialmente en el caso de gente educada y talentosa, tanto dentro como fuera de su país. Esto es debido a que en la era de la globalización y el rápido desarrollo de las tecnologías, con la disponibilidad de tecnologías de teleconferencia tales como Skype y programas similares, las fronteras entre los países se han vuelto irrelevantes. Por consiguiente, nuestros científicos en el extranjero son parte fundamental de nuestros recursos humanos, tal como se ha puesto de manifiesto en las experiencias de muchos.

Así, por ejemplo, Chaim Weizmann, el primer presidente de Israel, fue químico de profesión en Gran Bretaña y contribuyó al desarrollo de la industria armamentista allí y, a cambio, convenció al gobierno británico para que emitiera la Declaración Balfour siendo esta la base para la Israel moderna de hoy día, El desarrollo de Israel desde entonces y las victorias que esta pequeña nación obtuvo sobre sus vecinos a pesar de su mayor población y recursos, sólo puede explicarse por la forma en que Israel aprovecha sus recursos humanos externos – la llamada antecámara israelí en los Estados Unidos, Canadá, Europa e incluso en Latinoamérica…

“A pesar de que Egipto posee similares recursos [humanos] valiosos, se ha gastado demasiado tiempo en esfuerzos [infructuosos] para aprovecharlos… Si bien se realizaron múltiples esfuerzos [en estas áreas], por ejemplo a través del ex embajador [egipcio] de La Liga Árabe Tahseen Bashir o [el asesor de Mubarak] Osama El-Baz, pero nunca de hecho algún plan estatal fue llevado a cabo”.[4]

Necesitamos instituciones como el Technion y el Instituto Weizmann y no más hogares de culto y rezos.

Luego que el Presidente Al-Sisi declarara que la nueva capital administrativa de Egipto[5] incluirá la mezquita e iglesia más grandes del país, el columnista de Al-Watan Khaled Montaser llamó a establecer un instituto de investigación o una gran fábrica y no sólo hogares de rezos. Este escribió: “¿Cuándo será que el mundo nos respete y considere nuestra opinión? Nos respetará y tomará en cuenta no sólo por la cantidad de armas en nuestros depósitos , sino debido a nuestra capacidad de fabricar esas armas por nuestra propia cuenta e inventar nuevas. No por la cantidad de minaretes en las mezquitas o cruces sobre las cúpulas de las iglesias, sino debido a nuestras invenciones, investigaciones científicas y certificados de participación en cursos académicos extranjeros… En lugar de importar cuatro de cada cinco de los panes que consumen los egipcios, el investigador [egipcio] debería investigar diligentemente cómo aumentar la producción de harina en nuestros molinos… Debe invertir esfuerzos en el tratamiento de enfermedades y plagas dañinas e inventar herramientas de ingeniería…

“Nuestro rival y vecino Israel, que suponía debía utilizar la religión para sus necesidades y aprovecharse de esta para justificar su creación y su robo de Palestina, nunca anunció ni habló de edificar la mayor sinagoga del mundo, sino que, se enorgullece no de sus sinagogas sino de sus instituciones – el Instituto Weizmann y el Technion. Estos son los dos institutos de investigación científica más importantes del Medio Oriente y que están entre los más importantes del mundo… Señor Presidente, necesitamos se cree un Technion árabe junto a la mayor mezquita e iglesia”.[6]

 

 

[1] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 27 de diciembre, 2016.

[2] Al-Masri Al-Yawm, 24 de noviembre, 2016.

[3] Al-Ahram (Egipto), 21 de diciembre, 2016.

[4] Al-Ahram (Egipto), 27 de diciembre, 2016.

[5] En marzo, 2015 las autoridades egipcias anunciaron que se construiría una nueva capital administrativa al este del Cairo. Véase, por ejemplo, ahram.org.eg, 19 de marzo, 2015.

[6] Al-Watan (Egipto), 7 de enero, 2016.

 

 

Fuente:periodistadigital.com

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