MANUEL TRILLO
Al cumplirse tres meses de la muerte del dictador, cerca de 70 cubanos críticos con el régimen se encuentran en prisión.
Tres meses después de la muerte de Fidel Castro, la represión política no amaina, sino que parece ir a más. Las medidas para impedir que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, recibiera en La Habana el premio Oswaldo Payá, se suma el encarcelamiento de cubanos por discrepar del régimen castrista.
En la actualidad, hay en la isla cerca de 70 presos políticos, según la última lista difundida por el Directorio Democrático Cubano, organización del exilio con base en Miami. Algunos de ellos fueron encarcelados en las horas siguientes a la muerte del dictador comunista por hechos como no ver su funeral por televisión o por estar en la calle durante el toque de queda decretado por las autoridades.
El director del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, Alejandro González Raga, asegura a ABC que «la represión ha ido en aumento, no solo en intensidad, sino también en crudeza». A un miembro de esta organización con sede en Madrid, Ramón Jiménez Arencibia, se le quitaron hace unos días 3.000 euros de «los escasos recursos» que estos opositores pueden mandar a Cuba, señala González Raga.
Según indica que, durante el duelo de nueve días decretado tras la muerte de Fidel Castro, hubo ciudadanos a los que se detuvo simplemente por llevar auriculares, ya que en aquellos días estaba prohibido escuchar música.
«No podemos quedarnos callados, es de vergüenza», enfatiza Alejandro González Raga. Por eso pide al Gobierno español, que este lunes enviará a Cuba al secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Fernando García-Casas, que «antes de fijarse en hacer negocio con la tiranía cubana, se fije en el trabajo de esas personas de la sociedad civil que son perseguidas, humilladas, apaleadas y encarceladas». «Un gobierno que se llame demócrata no puede darse la mano con una dictadura de esa calaña», señala el director del Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
Presos por discrepar del Gobierno cubano
Estos son algunos de los 67 cubanos actualmente encarcelados por motivos políticos, según los datos del Directorio Democrático Cubano:
Darío Pérez Rodríguez. Fue condenado a un año de prisión el pasado 4 de enero a un año d eprisión. Su supuesto delito fue «difamar a los mártires de la revolución», según el régimen. Lo que hizo, en realidad, fue no ver en televisión los funerales de Fidel Castro cuando se encontraba en su puesto de trabajo. Pérez Rodríguez teme ser golpeado en prisión, está preocupado por el bienestar mental de su hijo y por lo que será de sus vidas en el futuro, señala el Directorio.
Eduardo Cardet. Este médico y coordinador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) fue golpeado por agentes de la Seguridad del Estado el pasado 30 de noviembre, cinco días después del fallecimiento de Fidel Castro. Desde entonces, permanece en prisión. Este ataque, para el que no medió provocación, tuvo lugar frente a sus dos hijos de corta edad y su esposa. Cardet declaró en una entrevista que Fidel era «odiado» por el pueblo cubano, por lo que se ha llegado a temer que pudiera enfrentarse a quince años de cárcel, aunque recientente su esposa ha apuntado que el fiscal podría pedir entre tres y cinco.
Adairis y Anairis Miranda, y Fidel Batista Leyba. Las dos gemelas y su hermano han sido condenados a un año de prisión en una prisión de trabajo forzado por encontrarse en la calle el pasado 27 de noviembre, durante el toque de queda impuesto en señal de duelo por la muerte de Castro. Un oficial del régimen advirtió a las dos hermanas que sus ataúdes estaban preparados, que los reclusos las matarían en la cárcel y que él lo celebraría con cerveza. A Anairis se la amenazó con que el Estado se haría cargo de sus hijos para que pudieran ser educados bajo los «principios de la Revolución». Además, su madre, Maydolis Leyva Portelles, debe cumpilr un año de arresto domiciliario.
Jaqueline Heredia Morales. Esta activista, miembro de la organización Damas de Blanco y de Unpacu, fue detenida en abril de 2016 durante una manifestación pacífica. Durante el arresto recibió golpes. Desde entonces, permanece encarcelada sin ser sometida a juicio. El Directorio denuncia que se le ha impedido recibir el tratamiento para el sida, por lo que su nivel de células t del sistema inmune se han desplomado.
Mario Alberto Hernández Leiva. El líder del Movimiento Nueva República y Movimiento Democracia es uno de los 53 presos políticos cubanos liberados en 2014 como parte de las negociacioines entre Cuba y EE.UU. para el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas. Sin embargo, fue arrestado de nuevo siete meses después y llevado a la prisión de Valle Grande, donde se le golpeó y tiró por una escalera. Se le acusó de asalto, según el Directorio Democrático un artificio habitual de la policía represiva cubana para culpar a la víctimas de sus propias agresiones. Hernández Leiva fue golpeado por negarse a vestir el uniforme de los delincuentes comunes 72 horas después de que el actual dictador y hermano de Fidel, Raúl Castro, dijera en una conferencia de prensa ante el presidente estadounidense, Barack Obama, que liberaría ese día a todos los presos políticos que identificaran los periodistas.
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