Purim es el momento idóneo para vencer a la oscuridad y fortalecer tu conexión con Dios.
Si hay una lección que debemos rescatar de la historia de Purim es que incluso en los momentos de oscuridad —cuando la cara de Dios está oculta— Él sigue ahí, orquestando los eventos tras bambalinas, moviendo las fichas para llevar a cabo su cometido. El hombre hace planes y Dios se ríe de ellos. Lo que creíste que sería el fin de los judíos, se convierte en el vehículo de su salvación.
Purim es el momento idóneo para vencer a la oscuridad y fortalecer tu conexión con Dios. He aquí siete formas para conectarte con Dios sin importar quién seas. ¡Los ateos también pueden intentarlo!
1. Ve la mano de Dios en tu vida
Todos hemos vivido momentos de coincidencias inesperadas, como cuando perder un avión causó que conocieras a tu pareja. No tienen que ser necesariamente cosas dramáticas; incluso encontrar un lugar para estacionar en Nueva York (o en cualquier otro lugar) puede ser un momento para sentir la presencia de Dios. Dado que Dios es Uno, nada ocurre por accidente; remueve el velo de la naturaleza que enmascara Su presencia y encontrarás a Dios detrás de la cortina. Mantén tus ojos abiertos y pídeles a tus familiares y amigos que compartan sus mejores historias de providencia Divina contigo.
2. Ten una conversación íntima con Dios
Imagina una pareja casada que vive bajo el mismo techo, pero que marido y mujer nunca hablan realmente el uno con el otro. Desafortunadamente esto ocurre en muchos hogares. Y desafortunadamente esta fría indiferencia puede describir la relación de muchas personas con Dios. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste una verdadera conversación íntima con Dios? No solamente recitar las palabras del libro de rezos, sino acceder a tu núcleo más interno y compartir tus preocupaciones, miedos y agradecimientos más profundos. Inténtalo (no en público por favor), y ve si te sientes más conectado con Dios después de eso.
3. Encuentra belleza
Deja el iPad, el iPhone, el iLo-que-sea y observa el maravilloso mundo que te rodea. ¿Cuándo fue la última vez que contemplaste un impresionante atardecer o amanecer, que lloraste escuchando una canción, que quedaste maravillado ante la reacción de uno de tus increíbles hijos? ¿Viste las increíbles fotografías de las Cataratas del Niágara congeladas? El mundo es un reflejo de la infinita perfección de Dios, y Sus huellas impregnan el universo.
4. Estudia la sabiduría de la Torá
Imagina que consigues los diarios personales de Einstein en donde él expone toda la sabiduría que adquirió en su vida. Los devorarías para obtener un vistazo de su gran conocimiento y sentir una conexión mucho más profunda con el hombre. Imagina conseguir los diarios personales de Dios. La Torá es el plano de la creación. Es el manual de instrucciones de Dios que contiene todos los secretos del universo, incluyendo sabiduría sobre el matrimonio, la educación de los hijos, cómo ser bueno y cómo vivir una vida con sentido. Cuando estudiamos Torá, estamos conectándonos directamente con Dios, entendiendo la profundidad de Su sabiduría y aprendiendo a pensar como Él. Es una serie de constantes momentos “eureka”.
5. Aprecia los regalos que Él te ha dado
¿Qué es más probable: que tú expreses un genuino aprecio por la cena que preparó tu esposa (o tu madre) o que un invitado lo haga? ¿Cuántas cenas recibió el invitado? ¿Cuántas cenas has recibido tú? Cuando somos receptores de tanta bendición constante en nuestra vida, la terrible ironía es que comenzamos a darla por sentado. No lo hagas. La apreciación es la base de una relación amorosa, y esto es cierto tanto con tus padres y tu pareja como con Dios. No seas ingrato. ¿Quién te dio tus ojos? ¿Tu audición? ¿Tu café caliente hoy en la mañana? Reconecta todos los maravillosos regalos que has recibido en tu vida con el máximo Dador y siente el amor que eso genera.
6. Confía en Él
Las personas que más amas son las personas en quienes más confías, y viceversa. Piensa en algo que te preocupa, que te genera temor y angustia —ya sea presiones financieras o los resultados de un examen médico— y deja ir el temor y confía en Dios. “Arroja tu carga sobre Dios y él te sostendrá” (Salmos, 55:22). Trata de sentir que Dios está detrás de ti. Él está consciente de tu dificultad. Él tiene el poder para ayudarte y quiere ayudarte. Nada es demasiado grande o demasiado pequeño para Él. Así que deja de preocuparte; todo estará bien. Dios no te abandonó; Él está aquí tomándote de la mano.
7. Haz una mitzvá
Probablemente la forma más directa de conectarse con Dios es hacer una mitzvá: dar tzedaká, visitar a un enfermo, recitar el Shemá, respetar Shabat. La palabra mitzvá viene de la palabra tzavtá, que significa ‘cariño’. Cuando hacemos una mitzvá, un ‘mandamiento’, estamos realizando con mente, cuerpo y alma ratzón Hashem, la ‘voluntad de Dios’, asemejándonos de esta manera a Dios y acercándonos a Él. Dado que Dios no es físico, la cercanía se mide espiritualmente. Mientras más nos parecemos a Él por medio de alinear nuestra voluntad a Su voluntad, más cercanos estamos a Él.
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