ILANA MASSIKA / Cada dos semanas durante los últimos dos meses, salieron camiones de Gush Etzion llenos de mercancías para los niños de Siria al otro lado de la frontera.
Es la noche de un lunes a final de febrero y el sótano del centro comunitario está lleno de adolescentes. Esparcidos por el suelo, en las mesas y en estanterías de plástico improvisadas hay todo tipo de ropa infantil, mantas, paquetes de pañales, chupetes, toallitas para bebés y la fórmula de Materna. Siete u ocho jóvenes empaquetan los productos en paquetes de ayuda, mientras el resto de los voluntarios llevan un registro del inventario y clasifican los recién llegados.
En la superficie, la actividad se parece a cualquier otra unidad de caridad, pero ésta viene con un giro: los adolescentes son residentes ortodoxos de Efrat, la ciudad más grande de Gush Etzion, y los destinatarios de las cajas son refugiados de la guerra civil siria.
“Hay un punto de vista común, incluso de amigos de otros estados, de que Gush Etzion sólo consiste en derechistas que no se preocupan por los palestinos y que consideran que todos los árabes son enemigos”, dijo Asher Krohn, estudiante de 12º grado en Orot Yehuda escuela que dirige el esfuerzo. Pero no es cierto. Aparte del aspecto puramente humanitario, era importante dar un paso adelante y mostrar que la gente de Judea y Samaria realmente se preocupa y quieren ayudar”.
Gush Etzion es un grupo de comunidades judías situadas en las montañas de Judea, directamente al sur de Jerusalem y Belén. Para la izquierda radical, eso sitúa al área en el centro de la controversia política en torno a los asentamientos, pero el esfuerzo de los residentes aquí refleja una visión diferente de la comunidad. Cada dos semanas durante los últimos dos meses, los camiones han circulado por la ciudad para recoger los suministros donados por los residentes de Efrat, Kfar Etzion, Elazar, Neve Daniel y Alon Shvut. Las mercancías son transportadas entonces al norte por los “autobuses de ángeles” de Amalia para llevarlos a los niños sirios que los necesitan allende la frontera.
El proyecto está dirigido por unos 30 adolescentes de todo Gush Etzion, que son responsables de la publicidad, la recolección de donaciones y de fomentar el apoyo de los políticos locales y líderes empresariales.
“La idea es ayudar todo lo que podamos y crear conciencia, no hay mucha gente que sepa lo que está pasando. También vamos a utilizar la lista de correos de las diferentes comunidades en Gush Etzion que tenemos en Efrat como una conexión web muy extensa, para llegar a un máximo de personas”, dijo Krohn.
Según los resultados humanitarios de UNICEF 2016, más de 8 millones de niños han sido afectados (dentro y fuera de Siria) por la guerra civil siria desde que comenzó en 2011, incluyendo más de 2,4 millones de niños desplazados.
“Los adolescentes trabajan a un ritmo ligeramente diferente porque para ellos, participar en el proyecto es parte de un proceso de educación y maduración. Nosotros, los adultos, hacemos las cosas muy rápido, pero los niños hacen muchas preguntas sobre cómo y por qué. Necesitaban familiarizarse con lo que está sucediendo más allá de la frontera”, explicó Shoshi Bogoch, Director del Centro Comunitario de Efrat.
“Se creó un discurso dinámico dentro de las familias que considero no menos importante que las propias contribuciones”.
El grupo también se puso en contacto con el rabino Shivi Froman, residente de Tekoa, otra comunidad de Gush Etzion y fundador de ‘Sirios en las vallas’, un grupo que ha recolectado más de un millón de shekels de unos 8000 donantes para comprar equipos para niños, en colaboración con Ayuda Voladora de Israel (IFA, por sus siglas en inglés). El difunto padre de Froman, el rabino Menachem Froman, era una voz principal de Israel para la paz y la reconciliación con los árabes en la Autoridad Palestina.
“Sirios en las Vallas” se creó después de tantos israelíes, de diferentes orígenes, se conectaran para hablar sobre lo que podríamos hacer por las víctimas sirias más allá de orar por ellos”, dijo Froman. “Sé de dónde vienen nuestros contribuyentes, y puedo decir con seguridad que una parte muy respetable es de Gush Etzion”.
Según Bogoch, la iniciativa también fue un proyecto de defensa para los “asentamientos”.
“Viví varios años en Estados Unidos y pude ver a Israel desde afuera, lo malvados que parecemos y cómo con frecuencia no se nos reconoce ni valora por las cosas que hacemos bien”, explicó Shoshi Bogosh.
“Esta iniciativa es para remediar esta percepción de Judea y Samaria, para mostrar las cosas buenas que se originan aquí y que el 90 por ciento del tiempo vivimos en paz con nuestros vecinos.
“Aún más, uno de los resultados más importantes de este proyecto es un nuevo entendimiento que tenemos de nosotros mismos, no como una minoría auto-obsesionada e impotente, sino como personas con la increíble oportunidad de estar en una situación en la que podemos contribuir”, dijo Bogoch a TPS.
Fuente: Jewish Press – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico
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