Pocos años después de la expulsión de los judíos del Reino de Castilla, un criptojudío andaluz tuvo la osadía de hacerse pasar por nieto de los Reyes Católicos y encabezar, en el Reino de Valencia, la Rebelión de las Germanías.
P HUERGO CASO PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO:
1520. El Emperador Carlos I de España y V de Alemania, entre los muchos entuertos políticos a los que se enfrenta por ser quien era, no sólo tiene frentes abiertos en Francia e Inglaterra, sino que dentro de sus territorios en la Península Ibérica tiene que hacer frente , por un lado, a la Rebelión de los Comuneros, en Castilla, y a la de las Germanías, en los Reinos de Mallorca y Valencia.
Las Germanías no tienen nada que ver con Alemania: el nombre proviene del término valenciano “germà” (iermá) que traduce por “hermano” , es decir, que las germanías eran fratrías, asociaciones de hermandad. El gremio de artesanos del Reino de Valencia, en tiempos de Fernando El Católico (abuelo del Emperador) había sido distinguido por el esposo de Isabel La católica con el derecho y provilegio de formar unas milicias preparadas para hacer frente al acoso de los berberiscos. Con el tiempo se radicalizaron en una forma de rebelión antinobiliaria y antimudéjar (que trabajaba para esa nobleza) Los nobles, con la epidemia de peste de 1519 huyeron y los agermanados asaltaron la aljama de Valencia.
Atrapado y ejecutado su cabecilla, Vicente Peris, apareció en Valencia El Encubierto, curioso personaje que se presentó en plena catedral dieciendo que era enviado en nombre de Dios para redimir a los pueblos, lanzando incendiarios improperios no sólo contra la nobleza sino contra la Iglesia. Decía ser hijo del príncipe Don Juan, nieto pues de los Reyes Católicos, y que se había mantenido oculto hasta entonces obedeciendo el designio divino de darse a conocer en el momento en que los reinos estuvieran perdidos y necesitados de un monarca natural. Por otra parte, contaba de sí mismo que su padre lo había engendrado con la infanta Margarita de Austria antes de fallecer en 149, añadiendo que había sido apartado de su legítimo derecho al trono por el cardenal Mendoza (un personaje odiado en Valencia porque era padre del virrey).
En realidad era un judío andaluz, Enrique Manrique de Ribera, llegado a Valencia el año anterior , después de cautro años en Orán (Argelia) con el comerciante Juan de Bilbao, amistad rota por sospechas de adulterios entre el judío y la esposa del mercader. Y así se hizo coronoar por los agermanados como El Rey Encubierto. El 18 de mayo de 1522 dos de sus seguidores, debidamente sobornados por el Virrey, le cosieron a puñaladas en Burjassot y se llevaron su cuerpo a la capital levantina, donde se le cortó la cabeza para exhibirla como trofeo para que después la Inquisición le condenara a la hoguera post mortem por hereje.
Las fuentes podeís encontrarlas en : Los judíos en la España Moderna y Contemporánea (Julio Caro Baroja) / Valencia pintoresca y tradicional: personajes, hechos, y dichos populares (José Soler Carnicer) / Autoritarismo monárquico y reacción municipal. La oligarquía urbana de Valencia desde Fernando el Católico a las Germanías (Amparo Felipo Orts).
Reproducción autorizada : © enlacejudío
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