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martes 05 de noviembre de 2024

Sospechas que perduran

A más de 70 años de la caída del régimen de Hitler, todavía quedan dudas sobre el destino de los bienes robados a las víctimas del nazismo que se traficaron en diferentes puntos del mundo.

El prestigioso periodista puertorriqueño Héctor Feliciano fue una de las plumas que estudió el tema. En 1996, publicó “El museo desaparecido”, en el que reveló detalles sobre uno de los mayores saqueos de la historia: las miles de obras de arte robadas durante la ocupación nazi de Francia, entre 1940 y 1944. Muchas de esas piezas fueron vendidas a coleccionistas e intermediarios del mercado de arte. Feliciano afirmó, en diferentes reportajes, que el puerto de Buenos Aires se utilizó para “triangular” piezas y llevarlas a otros destinos.

Ahora, un investigador argentino, el arquitecto y arqueólgo Daniel Schávelzon, prepara un libro con nuevas revelaciones sobre lo que ocurrió en el país. Se titula “El silencio es oro” y se publicará por Olmo Ediciones.

Schávelzon asegura que “a la Argentina llegaron obras de arte robadas en la época del nazismo” y propone en su libro que se instrumentó un sistema para dotar de una “historia oficial” a algunas de esas piezas que habían salido de Europa de manera ilegal. El objetivo: facilitar las ventas. Según explica, fueron incluidas en catálogos de grandes exposiciones que se hicieron en museos nacionales con ese fin.

El investigador cruzó esos libros de muestras de arte que se realizaron entre 1941 y 1951 con archivos del Ejército aliado desclasificados recientemente en Estados Unidos, que señalan a algunos actores del mercado de arte local de ese entonces como sospechosos. De ese estudio surgió la presencia de piezas que se expusieron y vendieron, cuya procedencia despierta dudas.

“Durante los años de la guerra y un poquito después, a la Argentina va a llegar una enorme cantidad de obras. En catálogos oficiales, se va a publicar que provienen de museos que fueron ocupados”, explica el autor.

Uno de los personajes centrales de El silencio es oro es Paula de Koenigsberg, organizadora de varias subastas en Buenos Aires, que forma parte -con su marido- de las personas sospechosas de traficar obras según los organismos de inteligencia estadounidenses del momento, siguiendo el trabajo del autor. “Hay bastantes piezas que generan dudas y todavía están en el país”, asegura Schávelzon, que cree que hubo pactos de silencio que nunca se rompieron.

 

Fuente:clarin.com

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