BASSAM TAWIL / Los periodistas palestinos están en pie de guerra. La Autoridad Palestina (AP) en Cisjordania y Hamas en la Franja de Gaza los están deteniendo y torturando, y les están imponiendo severas restricciones a su trabajo y a la libertad de expresión. Pero no es eso lo que les molesta.
No, los periodistas están enojados porque un periódico palestino se atrevió a publicar un anuncio pagado por las autoridades israelíes. Los periodistas ahora exigen que el periódico Al-Quds se disculpe por difundir el anuncio de la Administración Civil israelí en Cisjordania.
La semana pasada, decenas de periodistas enfurecidos organizaron una protesta frente a las oficinas del Sindicato Palestino de Periodistas (PJS) controlado por Fatah en Ramallah, donde amenazaron con boicotear al periódico por “promover la normalización” con Israel publicando el anuncio.
Murad Sudani, presidente de la Unión de Escritores Palestinos, condenó enérgicamente a Al-Quds por publicar el anuncio y acusó a sus editores de “promover la narrativa israelí y los asentamientos”. También acusó al periódico de fomentar la normalización con Israel, señalando que los sindicatos profesionales palestinos estaban de acuerdo en la necesidad de oponerse a todas las formas de normalización con Israel.
Nasser Abu Baker, presidente del PJS, que también trabaja como corresponsal de Agence France-Press (AFP), criticó a Al-Quds por publicar el anuncio. Dijo a los manifestantes que Al-Quds no debería “servir a las políticas” de Israel.
“Insistimos en que Al-Quds siga siendo una institución nacional del pueblo palestino”, dijo. Abu Baker repitió la oposición de su sindicato a la normalización con Israel y alabó a sus colegas por haber levantado su voz contra Al-Quds. Abu Baker exigió que el periódico se disculpara con los palestinos en general y con los periodistas en particular por supuestamente promover la normalización con Israel. “Estamos decididos a combatir la normalización y a quienes la promuevan”, prometió.
Abu Baker, que recientemente participó en las elecciones para el Consejo Revolucionario de Fatah, es el arquitecto de la campaña del sindicato de periodistas palestinos para boicotear a periodistas y medios de comunicación israelíes. Su activismo político constituye una flagrante violación de las normas y principios de AFP y un conflicto de intereses. Sin embargo, esto no parece incomodar a sus empleadores en la agencia de noticias francesa, que no ven problema con uno de sus empleados que es candidato en las elecciones para el Consejo Revolucionario de Fatah.
El año pasado, Abu Baker y su sindicato llamaron a periodistas y funcionarios palestinos a boicotear a los medios de comunicación israelíes. En un comunicado, el sindicato afirmó que los periodistas israelíes “entran en los territorios del Estado ocupado de Palestina y trabajan allí junto con el ejército de ocupación y bajo su protección”. La declaración acusó a periodistas israelíes de ser “poco profesionales” y servir como “portavoces de la ocupación para justificar sus crímenes contra el pueblo palestino”.
Sin embargo, la AFP no parece ver este llamamiento de uno de sus principales periodistas como problemático. Al acusar a los periodistas israelíes de servir como “portavoces” de las autoridades israelíes y trabajar “bajo la protección” de las Fuerzas de Defensa de Israel, Abu Baker y su sindicato están poniendo en peligro las vidas de los periodistas israelíes y convirtiéndolos en objetivos supuestamente legítimos. Este es el caso: un periodista que trabaja para una respetada organización internacional de noticias comete incitación contra reporteros israelíes, y la AFP se lo toma con calma.
Abu Baker no es el único periodista que trabaja para un medio de comunicación internacional que participa en el activismo político. Otros varios periodistas palestinos que participaron en la protesta contra Al-Quds y abogan abiertamente por los boicots de Israel han estado sirviendo como productores y reporteros para medios de comunicación occidentales. Este es el “pequeño secreto sucio” que los medios de comunicación occidentales no desean revelar por diversas razones. Una de ellas es porque temen perder acceso a fuentes en la Autoridad Palestina. Otra razón es porque estos medios de comunicación simpatizan con sus productores y reporteros palestinos y los ven como “víctimas” de Israel. Sin embargo, el infierno se congelaría antes de emplear a un activista político israelí como reportero o productor.
El caso de Abu Baker, de AFP, pone de manifiesto el sesgo de los principales medios de comunicación contra Israel. Periodistas como Abu Baker guardan silencio sobre cualquier cosa que refleje negativamente algo sobre la Autoridad Palestina en general o sobre los palestinos en particular. Estos periodistas se consideran “soldados” sirviendo a sus líderes y causa. Están interesados exclusivamente en las malas acciones de Israel, y están obsesionados con las noticias que pintan a Israel de negro.
Esta tendencia incluso ha incorporado a algunas organizaciones de noticias israelíes, cuyos reporteros en realidad evitan las historias que pudieran girar a sus colegas palestinos en su contra. Cuando se le preguntó por qué no informaba sobre el conflicto de intereses de algunos periodistas palestinos que se duplican como activistas, un periodista israelí explicó que no quiere “perder el acceso” a las fuentes palestinas y que no quiere molestar a los palestinos con los que trabaja y busca entrevistar.
Abu Baker y sus colegas tienen una misión: “combatir la normalización” con Israel. Para ellos, esta tarea excede en gran medida la importancia de exponer la corrupción financiera en la Autoridad Palestina o informar sobre los asaltos a la libertad de expresión. También es evidentemente más importante que protestar contra el arresto arbitrario y la tortura de sus colegas a manos de la Autoridad Palestina y Hamas.
La última campaña contra Al-Quds no es la primera de su tipo. En octubre de 2016, el periódico fue criticado por entrevistar al ministro de Defensa israelí Avigdor Lieberman. Una vez más, las condenas fueron encabezadas por periodistas palestinos que acusaron al periódico de promover la “normalización” con Israel. El Ministerio de Información de la Autoridad Palestina acusó a Al-Quds de proporcionar una plataforma a un “asesino”.
Aquí vale la pena señalar que no existe tal prohibición sobre funcionarios palestinos en los medios de comunicación israelíes. Los funcionarios palestinos, entre ellos el Presidente Mahmoud Abbas, Jibril Rajoub y Saeb Erekat son entrevistados regularmente por diarios, canales de televisión y estaciones de radio israelíes. Uno puede imaginar la reacción de los medios de comunicación occidentales si el presidente de la Unión de Periodistas Israelíes o la Oficina de Prensa del Gobierno pidiera un boicot a los periodistas palestinos.
La campaña contra Al-Quds está en el contexto de la guerra de los palestinos contra la “normalización” con Israel. El objetivo de la campaña es la intimidación directa de cualquier palestino que desee reunirse con un israelí. Como tal, es una campaña que daña gravemente las perspectivas de paz entre palestinos e israelíes.
Tal campaña de intimidación se vuelve aún más peligrosa cuando es alimentada por periodistas, algunos de los cuales trabajan para las principales organizaciones de medios occidentales. La ofensiva “anti-normalización” de los periodistas palestinos demuestra que han logrado infiltrarse e influir en las organizaciones noticiosas occidentales, que casi siempre se someten a los dictados de sus empleados palestinos. No es de extrañar, pues, que Israel sea un anatema en los medios occidentales.
Fuente: Gatestone Institute – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico
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