Es difícil mudarse a un país con una cultura desconocida y un lenguaje extraño cuando uno es pequeño, más difícil aún crecer con una enfermedad física que te imposibilita relacionarte con otros niños de tu edad y cursar los grados escolares correspondientes. Sin embargo, ni una de esas es tan difícil como ver de frente a tu enfermedad, no dejarte vencer por ella, decidir que no te va a definir y convertirla en una fortaleza.
Ésta es la historia de Senda Berenson, quien toda su vida creció con problemas de salud que le imposibilitaban hacer deporte. Sin embargo, decidió dedicar su vida a vencer esta debilidad, al punto tal que incluso se volvió innovadora en el campo en el que era más vulnerable. Fue deportista, entrenadora y sobretodo la inventora e impulsora del basquetbol femenil.
Nació en Vilnus, Lituania en el centro de una colonia judía en 1868, a sus siete años de edad su familia se vio forzada a mudarse a Estados Unidos. Llegó a Boston con sus cuatro hermanos y sus padres, donde dejaron de ser la familia Valvrojenski para convertirse en los Berenson.
Creció como una niña débil y enferma que no podía ir a la escuela ni salir de casa. Ya mayor, entró al Conservatorio de Música, sin embargo, gracias a su salud le fue imposible terminar sus estudios.
Poco tiempo después, para 1890 Senda estaba harta de ser vista como esa figura débil que había sido toda su vida y decidió cambiarlo: ingresó al Escuela Normal de Gimnsia para mejorar su condición física.
Al contrario de lo que se esperaría, resultó ser bastante buena en los deportes; tanto que decidió tomarlos como carrera de vida. Continuó sus estudios y al terminarlos dos años después se convirtió en la primera directora de Educación Física del colegio Smith College en Northampton, Massachussetts.
Al año de haber entrado, leyó en un periódico deportivo sobre el nuevo juego “Basket Ball” (basquetbol) que su colega James Naismith estaba desarrollando como ejercicio educativo para generar fuerza y resistencia en adolescentes hombres. A Senda le interesó demasiado y visitó la escuela de Springfield, vio el juego, le gustó mucho y decidió implementarlo en su escuela.
El 22 de marzo de 1893, el colegio Smith presenció el primer juego de basquetbol femenil que ha existido en la historia. El juego fue a la vez un éxito y un desastre: era un juego considerado muy “agresivo para señoritas”, de las cuales se pensaba que no tendrían la fuerza física suficiente ni la destreza para soportarlo. Había personas que no querían que este ejercicio fuera realizado por mujeres, y por si fuera poco, las alumnas del colegio Smith emocionadas por la novedad del juego se portaron de una forma, por decirlo de forma sutil, bestial.
Se golpearon unas a otras, se arrebataron el balón de formas vulgares, entre otros comportamientos que causaron rechazo al juego por parte de la audiencia (que era únicamente femenina, ya que se prohibía la entrada a hombres) y los medios.
Para rematar, el equipo ganador (las estudiantes de segundo grado) tuvieron la poca decencia de burlarse e inventar cancioncillas ridiculizando al equipo perdedor (las estudiantes de primer año).
Estos detalles hicieron que el juego y el primer intento de Berenson fuera visto con malos ojos por parte de las autoridades escolares y los miembros externos del colegio. Sin embargo, ella no se dio por vencida, el juego le gustaba lo suficiente como para dejarlo en una mala experiencia.
Implementó nuevas reglas que impedirían a las alumnas caer en conductas consideradas impropias para la época y el juego volvió a tomar un carácter de corrección para esos momentos, lo cual fomentó que se popularizará en otras escuelas también.
Para 1895 ya era bastante conocido en todo el país y había cientos de equipos basquetbolistas conformados por mujeres. Estos equipos ayudaron a abrir la puerta a otros programas de deporte femenil.
Mientras el juego se hacía popular, Berenson, siguió desarrollando las reglas del mismo y publicó un manual con el reglamento y varios artículos sobre sus beneficios. Muchas de las reglas que ella implementó incluso fueron adoptadas para el reglamento que usaban los jugadores hombres en sus partidos. Por ejemplo: algunas de las líneas que dividen la cancha, la distancia previa a anotar, muchas reglas con respecto a faltas cometidas contra el jugador contrario y la forma correcta de apropiarse del balón.
El basquetbol femenil y varonil siguieron teniendo reglas distintas en Estados Unidos hasta 1971, cuando se estandarizaron las normas para ambos.
Berenson murió en 1954 y en 1985 fue la primer mujer cuya imagen fue colocada en el Basketball Hall of Fame (El Vestíbulo de la Fama para Basquetbolistas) de Springfield Massachussets.
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