A finales de la semana pasada llegaba a las librerías X-Men Gold #1 y, con él, pocas horas después, estallaba la polémica: en algunas viñetas del cómic, el dibujante indonesio Ardian Syaff había incluido mensajes de carácter antisemita y anticristiano. Dichos mensajes, sin embargo, fueron lo suficientemente crípticos para pasar todos los controles: si se desconocía la simbología y la numerología islámica/coránica, eran imposibles de descifrar.
No es la primera vez que un artista esconde, a modo de broma, alguna que otra salida de tono dentro de un cómic: en el número 118 de New X-Men, el dibujante Ethan Van Sciver, por ejemplo, decidió incluir la palabra ‘sexo’ en casi la totalidad de las páginas del tebeo; cuando despidieron al editor Bob Harras, Al Milgrom aprovechó para burlarse de ello mediante un acróstico en Universo-X: Spidey.
Si X-Men Gold #1 se diferencia de todos estos cómics, sin embargo, es porque es la primera vez que una de estas licencias ha sido utilizada para hacer proselitismo religioso.
El primero de estos mensajes, lo localizamos en una panorámica, con la mutante Kitty Pryde de espaldas a los lectores.
Pride, con su cabeza, tapa por la mitad un cartel donde reza “jewelry” (joyería) —así, del cartel lo único que podemos leer es “jew” (judío/a), religión a la que pertenece el personaje mutante. Posiblemente el mensaje más diáfano de todo el cómic, éste no supone en ningún caso ataque frontal a ninguna creencia, cosa que no se puede decir del ‘212’ y el ‘51’ sitos en la misma viñeta —a la derecha de la cabeza de Pride, el primero, y en la camiseta de uno de los personajes del fondo, el segundo.
¿Qué tienen estos números de especial? ‘212’ hace referencia a las protestas musulmanas en Jakarta, Indonesia, celebradas el 2 de diciembre (2/12) del año 2016. Estas manifestaciones se organizaron por la comunidad musulmana para protestar contra Basuki “Ahok” Tjahaja Purnama, el gobernador cristiano de la ciudad, acusado por los protestantes de “blasfemo”.
Ardian Syaff, el dibujante de X-Men Gold #1, participó activamente en dichas protestas.
La guerra entre Ahok y la comunidad islámica se iniciaba en septiembre del pasado año, cuando el gobernador afeó a sus rivales políticos que estuvieran intentando generar oposición contra su ejecutiva utilizando para ello un pasaje coránico; concretamente, el 5:51.
Eso nos lleva al otro número de la discordia en el cómic (51), que fue utilizado no una, sino dos veces: puede localizarse también, de forma más literal todavía, en la camiseta Coloso.
El pasaje del Corán que Syaff estaba referenciando en el cómic, dice así: “Fieles: no consideréis a judíos y cristianos amigos íntimos, pues solo lo son entre sí. El que los considere amigos, será tratado como uno de ellos; Dios no guía a los que no son justos”.
Cabe hacer hincapié, además, en que el uso de ‘212’ y ‘51’ por parte de Ardian Syaff no es algo que acepte muchas más interpretaciones: las dos cifras fueron enarboladas en pancartas durante la marcha del 2 de diciembre, por lo que tienen un significado unívoco para la gente en Indonesia.
Cuando la polémica empezó a expandirse por redes sociales, Marvel se vio obligada a emitir el siguiente comunicado desde ComicBook.com:
“Las referencias mencionadas del X-Men Gold #1 fueron incluidas sin nuestro conocimiento. Dichos mensajes no reflejan el punto de vista del guionista, los editores, ni de nadie en Marvel, y van en la dirección opuesta a la inclusividad de Marvel Comics y a lo que X-Men han significado desde su creación”. Paradójicamente, la pasada semana el vicepresidente de ventas de Marvel se quejaba de la misma diversidad que ahora la compañía ha intentado defender en este comunicado.
“El cómic no se reimprimirá, será retirada su versión digital y jamás aparecerá en ningún recopilatorio”, terminaba el comunicado. “Tomaremos medidas disciplinarias”.
El episodio, como los aficionados no han tardado en señalar, tiene un agravante: la mayoría de superhéroes Marvel fueron creados por artistas de ascendencia judía, cuando no lo eran estos directamente —la mentada Kitty Pride o Magneto, por ejemplo. En el caso concreto de X-Men, los mutantes más famosos del mundo fueron creados en 1963 por Stan Lee y Jack Kirby, ambos hijos de inmigrantes judíos.
Fuente:playgroundmag.net
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