ISAAC SHAMAH / Enlace Judío México – “No importa la edad que tenga un tiburón, por joven o mayor que sea, sigue siendo un tiburón”. Anónimo
Para contarles la historia de nuestro “Tiburón Californiano” me tengo que remontar al 12 de noviembre de 1975, fecha en la que, dentro de una familia judía estadounidense, residente de California, nace Jason Lezak.
Desde pequeño, Jason comenzó a nadar; al principio, se comenzaba a destacar en esta área y comenzaba a hacerse un nombre dentro de la natación en California, sin embargo, no fue hasta su periodo como universitario, que Jason sacó al tiburón que llevaba dentro.
De 1995 a 1998, Lezak compitió por la Universidad de California; en esta etapa su carrera comenzó a destapar y gracias a su dominio en las albercas las puertas del equipo pre olímpico se abrieron y poco tiempo después, Lezak se encontraba en el más alto nivel en el deporte. Para el año 2000, el tiburón californiano, consiguió llegar a sus primeras Olimpiadas en Sydney; a los 24 años; a pesar de su juventud, Jason ya no era ningún niño en el deporte, debido a que normalmente los nadadores olímpicos comienzan muy temprano en su carrera.
En sus primeros Juegos Olimpicos, Lezak debutó de gran manera y consiguió una medalla de oro en la prueba de los 4 x 100 mixtos y una plata en la prueba de los 4 x 100 libres.
Para sus segundas Olimpiadas, en Atenas, Lezak ganó su segundo oro en la misma prueba en la que había conseguido su primer oro 4 años antes; sin embargo, en esta ocasión el equipo estadounidense logró conseguir batir el record mundial. Además del oro, Lezak ganó una medalla de bronce en los 4 x 100 libres y obtuvo un quinto lugar en los 50 metros libres.
Los Juegos Olímpicos de Pekín, China en 2008, marcarían la historia de las Olimpiadas; la natación, que quizá era el deporte más importante de aquella edición, sus polémicos trajes de poliuretano y su gran figura, Michael Phelps, se encontraban en las conversaciones de toda la afición a nivel mundial. Mientras todo esto pasaba, a sus 32 años, Lezak, quien era el nadador más grande del equipo estadounidense, llegaba a sus terceros juegos y triunfar a esa edad en el más alto nivel parecía más que en “Chino”.
Contra todo pronóstico, Jason logró ganar su primer medalla en el plano individual, ya que en los 100 metros libres, “Aquaman” consiguió una medalla de bronce en una competencia épica en la que alcanzó y empató a Cesar Cielo, a quien se le consideraba el hombre más rápido del mundo bajo las aguas.
Lezak lo había logrado, la medalla que le faltaba (en prueba individual) era suya, había cumplido su objetivo, sin embargo lo mejor estaba por venir… mientras Lezak conseguía su medalla, Michael Phelps intentaba quedarse con el record de 8 medallas de oro en unas olimpiadas; la odisea iba viento en popa, pero para Michael, la prueba más dubitativa estaba por venir, el relevo de 4 x 100 metros libres en los que Lezak había ganado un bronce y una plata en las dos ocasiones anteriores, eran la única prueba en la que a Michael no se le consideraba favorito, los favoritos eran los franceses, quienes contaban con Alain Bernard, en esos momentos poseedor del record de los 100 metros libres.
Al comenzar la competencia, el equipo “Galo” dijo que aplastaría al equipo estadounidense. Phelps abrió la prueba y después de 100 metros, Australia iba en primer lugar, Estados Unidos y Francia, se encontraban prácticamente pegados con el puntero. En el segundo relevo, la situación no dio un cambio drástico y aunque Estados Unidos se encontraba como líder para el cierre del tercer relevo parecía que los franceses, quienes tomaban una amplia ventaja, se quedarían con el oro. Al arrancar los últimos 100 metros, Jason Lezak se enfrentaba a Bernard, quien aparte de ser el hombre más rápido en los 100 metros libres, contaba con una amplia ventaja sobre el tiburón californiano; Bernard mantenía la ventaja pero Lezak no daba marcha atrás, entrando en los últimos 25 metros Jason dejó el corazón en la alberca y para los últimos 2 metros, rebasaba al francés y de paso lograba hacer el mejor tiempo en 100 metros libres de la historia; con .08 segundos de diferencia Lezak había logrado arrebatarle el oro a Francia, romper todos los records de la prueba y darle a Phelps la que sería su medalla de oro más sufrida de toda su carrera.
Al terminar la prueba y conseguir la hazaña de los 8 oros, Phelps comentó que si no hubiera sido por Jason Lezak, la marca se hubiera quedado en 7.
Un año más tarde Lezak compitió en las Macabeadas; en esta ocasión le dieron el honor de cargar la Antorcha Macabea, además de que en la alberca arrasó en todas las pruebas en las que participó.
Para los Juegos Olímpicos de Londres, Lezak quien ya tenía 36 años, decidió echarse una vez más a las aguas. En esta ocasión el “Viejo Tiburón” demostró que aún tenía algo de cuerda y logró ganar una medalla de plata en la prueba de los 100 metros libres. Con la medalla Lezak se convirtió en el primer estadounidense en ganar 4 medallas en la misma prueba.
En 2013 Lezak decidió retirarse de la natación, al día de hoy sigue viviendo en California y ya fue inducido en el Salón de la Fama de los Judíos en el Deporte, tanto el Nacional en 2010 y como el Internacional en 2006.
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