En diciembre 2014, escritores y periodistas miembros de APEIM (Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México) se reunieron en un recinto de Polanco. Los ponentes, en esta ocasión, fueron los miembros de la “Segunda Generación de Sobrevivientes del Holocausto”; hijos e hijas de quienes sobrevivieron los horrores de la segunda guerra mundial.
La reunión comenzó conun minuto de silencio y la lectura por May Samra, Presidenta de APEIM, de un poema escrito por Ilana Volk para recordar a Bedrich Steiner Z”L.
Orly Beigel es Presidenta de “Segunda Generación”, pues su madre sobrevivió a a los campos de concentración de Bergen- Belsen y de Buchenwald:
“Hay características específicas que unen a los miembros de la “Segunda Generación”, como, por ejemplo, los efectos del Holocausto en la vida diaria de todos nosotros. Por ejemplo, nunca he comprado una casa propia o un departamento, ya que mi madre argumentaba que era mejor tener el dinero en efectivo, por si llegase el momento de migrar a otro país”.
También acostumbro a dejar un pedazo de pastel y un vaso de leche en mi buró, de noche, esto por lo del hambre. Por otra parte, no puedo desperdiciar la comida. La culpa es un sentimiento frecuente entre todos nosotros.
Aún así, me permito ser feliz aún cuando en mi familia mataron a 220 familiares. Me digo: “Yo puedo ser feliz a pesar de que mi madre sobrevivió al campo de concentración; ella vivió otra realidad”. Pero es difícil lograrlo: en cierta forma, todos nos sentimos responsables e infieles frente al sufrimiento de nuestras familias.
Ésta es nuestra realidad: Formamos parte de la segunda generación de sobrevivientes y tenemos el compromiso de seguir el legado de nuestros padres.
La historia de la fotografía es la historia de mi madre, que es la joven de la extrema izquierda en la imagen.
Cuando los alemanes supieron de su derrota, trataron de meter a 2,000 personas en un vagón para ahogarlas en el Río Elba. Mi madre venía en el segundo vagón. Arribaron los americanos y el tren en el cual venía se desvió a París. Cuando llegaron, había fanfarrias y una multitud esperando al tren. Las recién llegadas no sabían a quién estaban ovacionando: era a ellas mismas “.
Saúl Kawa, a su vez, dio su testimonio:
“Mi madre, Sofía Mleczak de Kawa, nunca me habló sobre el Holocausto. Me enteré que era sobreviviente cuando en la escuela me asignaron un trabajo sobre la Segunda Guerra Mundial; fue ahí donde comprendí los horrores que había vivido.
Mi mamá sobrevivió a los campos. Gracias a las ironías de la vida, fue Adolf Eichmann quien la “salvó”. Mi madre, de 16 años, estaba en linea para ingresar a las cámaras de gas. El verdugo alemán la observó, se dirigió hacia ella y le pegó en la cabeza con la cacha de la pistola. Al recobrar la conciencia, ella escuchó a Eichman comentar al soldado que esta mujer era joven y todavía podía trabajar.
En otra ocasión, mi madre y sus amigas, cansadas de tanto sufrimiento, decidieron cometer suicidio. Planearon correr, tomadas de la mano, y .que la primera se asiera de las cercas electrificadas . Llegó la noche e iniciaron la carrera. De pronto, a mi madre se le apareció la imagen de mi abuelo fallecido, quien le dijo: ” ¿Hija, qué vas a hacer?”. Mi madre reaccionó a tiempo y se soltó de la mano de sus amiga. Las jóvenes murieron todas al instante.
En el año de 1938 mi padre migra a México, y no fue hasta terminando la guerra y mediante una lista de sobrevivientes que mi padre se entera que mi madre sigue con vida. Hace todo lo posible y logra traerla a México en un barco que hacer parada en Nueva York, después en Veracruz. Por fin mi madre arriba a México, se reencuentra con mi padre y, después de un tiempo, se casan
Mi papá conoció a mi mamá antes de a Shoá, cuando era empleado de su familia. Se hizo novio de ella y se comprometieron. En el año de 1938 mi padre migró a México, y no fue hasta terminando la guerra y mediante una lista de sobrevivientes que mi padre se enteró que mi madre seguía con vida. Hizo todo lo posible y logró traerla a México en un barco que hizo parada en Nueva York y después en Veracruz. Por fin mi madre arribó a México, se reencontró con mi padre y, después de un tiempo, se casaron.
Morris Strauch habló de su padre, Izo Strauch, sobreviviente del Holocausto:
“
“Buenos días,¿quién se acuerda aquí de mi padre, Izo, Israel Strauch?
De una familia de 6 en Koszyce, Polonia, con la invasión nazi, a la edad de 14, mi padre debió ir al gueto de Bochnia o el de Kielce en busca de nuestros tíos y abuelos, nunca me dijo a cuál. Tuvo que hacerse pasar por carpintero o por conocedor de algún oficio que pudiera aparentar para poder ir de esclavo a una fábrica.
Le tocó la de cohetes V2 donde a base de erzats, robar papas y suerte, logró sobrevivir. Cuando los americanos los rusos y los ingleses tocaban la puerta de Alemania fueron llevados a una fosa común, pero las vías del tren estaban bombardeadas, así que se tuvieron que desviar al campo de concentración Bergen-Belsen, tan al final de la guerra que la maquinaria genocida nazi no tuvo tiempo ya para eliminarlos. Los ingleses entraron a Bergen-Belsen el 15 de abril del 45 y los liberaron – zu danken!- cuando mi padre tenía un peso de 36kg.
Izo tuvo 4 hijos incluyéndome a mí; crecer como hijo de sobreviviente no fue fácil.
Le agradezco a May Samra que me haya pedido un artículo sobre mi padre para enlacejudio.com, ello aumento la comunicación con mis hermanos”.
Al terminar los testimonios se proyectó un video en Homenaje a Bedrich Steiner ZL
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