No tomarás el Holocausto en vano

AVI DICHTER

Comenzó un sábado, y un día después, el domingo 10 de Elul, 23 de agosto de 1942, había terminado.

Tres mil ochocientos setenta judíos, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, niños y bebés, fueron llevados a pie a un kilómetro del gueto judío de un lado del pueblo hasta un enorme pozo al otro lado del camino que cruzaba la ciudad. En esta pequeña ciudad de Rozyszcze, que formaba parte de Polonia y en la víspera de la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Ucrania (como parte de la antigua Unión Soviética), vivió mi familia – Dichter de parte de mi padre, Konioch de mi madre.

¿Quién fue primero? ¿A quién apoyaron para que no cayera, para que D-os no lo quiera sea ejecutado en el acto? ¿Acaso el abuelo Avraham-Moshe, de quien recibí mi nombre, se aseguró de que sus hijas, mis tías, no anduvieran demasiado cerca de hogares no judíos de la ciudad para que no fueran acosadas? ¿Cómo la abuela Hania, cuyo nombre se le ha dado a mi hermana, y el abuelo Najman-Yoel, cuyo nombre lo recibió mi primo, protegieron a los niños en su camino al pozo de la muerte?

Hace un año visité la ciudad por primera vez. Caminé desde el gheto, por las casas de los residentes, hasta el campo de tiro en el otro extremo, donde se encontraba el pozo, donde cayeron los judíos de Rozyszcze, muertos a tiros, incluyendo a mi familia. Se acercaron al pozo y allí, en el borde, se alinearon seis a la vez, durante todo el día. Los asesinos de la Gestapo recibieron a los judíos de los ucranianos locales que llevaban a sus vecinos judíos por el camino hasta el borde del pozo. Allí, los asesinos los separaron, seis por seis, y les dispararon en la nuca. Los cuerpos se amontonaron hasta el fondo de la fosa, que se iba llenando. Se considera que hasta cinco mil judíos fueron asesinados allí. Nadie gritó. No había nadie a quien gritar.

Después de la guerra de Yom Kipur, uno de mis camaradas que lucharon en uno de los baluartes cerca del Canal de Suez me dijo: “No fue sólo una batalla, sino un Holocausto”. Describió cómo los egipcios subieron del Canal y rodearon la localidad. Nuestros soldados sitiados pidieron ayuda, pero nadie respondió, dijo. Y cuando se entregaron y salieron con las manos en alto, los egipcios dispararon y mataron a algunos de nuestros soldados. Él mismo fue capturado.

Tranquilo pero con firmeza, le dije a mi amigo: “Nada se compara a la situación de los judíos en el Holocausto”. Cuando nuestro pueblo fue llevado a los crematorios o a las fosas mortales, ninguno de ellos pidió ayuda. No había nadie a quien llorar. En la localidad del Canal de Suez, había esperanza de que alguien oyera y viniera al rescate. En el Holocausto, los que pudieron haber ayudado caminaron junto a ellos en la marcha de la muerte. Los padres no tenían a quién pedir ayuda, y los niños sabían que el padre, quien caminaba a su lado no podía hacer nada”.

Esto es lo que le dije a mi amigo: “No uses el término Holocausto en vano”. El Holocausto es una palabra que debe preservarse para describir sólo la Shoá. Los intentos de apropiarse de la palabra para referirse un período difícil en la vida del Estado de Israel son inapropiados y degradan la memoria de los seis millones que fueron asesinados en el Holocausto. Los pueblos y las minorías en nuestra región a veces usan el término “Holocausto” para describir su difícil situación. Algunos lo hacen por ignorancia y otros lo hacen deliberadamente, para intensificar su argumento. Es especialmente molesto oír a los israelíes – árabes y algunos judíos – tratando de equipararlo con lo que los palestinos llaman su “Nakba”, o catástrofe. Los que sugieren tal paralelismo no han aprendido nada, y son demasiado ignorantes para entender lo que realmente es el Holocausto del pueblo judío.

“Recuerda y no olvides nada”. Esta es una orden que asegurará que en el Estado de Israel no permitiremos que ningún otro país o pueblo reproduzca un segundo Holocausto. ¡Recordaremos y nunca olvidaremos!

El diputado Avi Dichter (Likud), es presidente del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa y ha sido Director del Shin Bet, Ministro de Seguridad Pública y Ministro de Defensa de Interior de Israel.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico

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Esti Peled: Esti Peled es corresponsal de Enlace Judío en Israel. Desde Haifa, donde radica, está siempre atenta a lo que sucede en el Estado judío. Aprovechando las 8 horas de diferencia horaria entre Israel y México, nos brinda las últimas noticias desde el lugar más "cubierto" del planeta.