RAPHAEL AHREN
La relación de Israel con la UNESCO es complicada, por así decirlo. Pero a finales de este año, la organización elegirá un nuevo liderazgo y los funcionarios en Jerusalem se preocupan de que la “troika islámica” en tres puestos clave promueva la agenda anti-Israel de la organización cultural de la ONU.
De los nueve candidatos que compiten para suceder a Irina Bokova como directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, cuatro provienen de países árabes. Entre ellos, un ministro de Qatar.
Los principales aspirantes al cargo de presidente de la Conferencia General de la UNESCO proceden de Arabia Saudita y Marruecos, según el embajador de Israel en la organización, Carmel Shama-Hacohen.
Y el único candidato para dirigir el Consejo Ejecutivo de la UNESCO es de Irán.
“Bajo ciertas circunstancias, se podría crear una troika islámica, que empujaría a la organización a nuevas profundidades de politización anti-Israel”, advirtió Shama-Hacohen.
La semana pasada, el Consejo Ejecutivo de la UNESCO ratificó una resolución que, aunque fue más suave que las anteriores, condenó duramente las acciones israelíes en Jerusalem, Hebrón y Gaza, y rechazó la reclamación del Estado judío a la soberanía en su capital. La resolución, que llama a Israel la “potencia ocupante” en Jerusalem Este y Gaza, fue criticada por israelíes de todo el espectro político. Tras su aprobación, el primer ministro Benjamín Netanyahu ordenó un recorte de un millón de dólares de los fondos que Israel transfiere a la ONU.
Al concluir la 39ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO en noviembre, los delegados de los 195 países miembros, incluido el Estado de Palestina, que se unió en 2011, votarán por un nuevo director general. Los principales candidatos para el puesto son el chino Qian Tang, subdirector general de educación de la UNESCO, la ministra de Cultura francesa Audrey Azoulay, que es judía y el ministro de Cultura de Qatar, Dr. Hamad bin Abdulaziz Al-Kawari.
La nominación de Al-Kawari ha provocado la ira del Centro Simón Wiesenthal, que hace dos años se quejó del material antisemita en una feria del libro auspiciada por el Ministerio de Educación de Qatar.
“Confío plenamente en que una vez que comuniquemos adecuadamente los nobles objetivos de la UNESCO a gran escala, el mundo entero percibirá su importancia, hoy más que nunca, para la construcción de la paz en la mente de hombres y mujeres”, dice Al Kawari en su misión de campaña.
Otro contendiente árabe, el ex ministro egipcio de la Familia y la Población, Moushira Khattab, citó el tratado de paz de 1979 de su país con Israel como algo que lo califica de manera exclusiva para el cargo.
“No olviden que nosotros iniciamos la paz con Israel”, dijo Khattab a Associated Press en una entrevista reciente. “Durante décadas, y a pesar de los trastornos que hemos visto en los últimos seis años, hemos mantenido la paz. Egipto es un país que … cree en el diálogo”.
Khattab aplicó para el puesto en 2009 pero lo perdió a Bokova de Bulgaria, que ahora termina dos cadencias.
Los directores de la UNESCO han procedido de Europa, Asia, África y América, pero nunca del mundo árabe, lo que ha llevado a las naciones árabes a afirmar que ha llegado su tiempo.
Saleh Al-Hasnawi de Irak y Vera El-Khoury Lacoeuilhe del Líbano también aspiran al puesto, aunque sus posibilidades son muy bajas, dada la relativa debilidad de sus países en la diplomacia internacional.
“Hasta hoy, Israel se ha ocupado de la batalla por Jerusalem y por lo tanto aún no ha formado una opinión sobre los candidatos que deben suceder a Bokova,” aclaró Shama-Hacohen en una entrevista a la prensa. Israel no es miembro de la Junta Ejecutiva y por lo tanto no puede participar en las elecciones, “pero no hay duda sobre quiénes no queremos que sean elegidos,” puntualizó.
En el mismo mes, la UNESCO elegirá nuevos presidentes para su Conferencia General y su Junta Ejecutiva.
El único candidato a la presidencia de la Junta Ejecutiva es Ahmad Jalali, quien actualmente es embajador de Irán ante la UNESCO.
Jalali, un académico liberal, es ampliamente respetado dentro de la organización. Pero al pertenecer a un régimen teocrático que aboga por la destrucción de Israel, los diplomáticos israelíes dudan si él es el indicado para asumir el cargo.
Como presidente del Consejo Ejecutivo, Jalali dirigirá las reuniones bianuales del organismo, verá por el cumplimiento del reglamento, dará la palabra y resolverá las cuestiones de orden.
“El embajador iraní es un veterano con experiencia en la organización, y goza de alta popularidad personal,” dijo Shama-Hacohen. “Sin embargo, Israel no es el único país que se preocupa por la posibilidad de que un iraní dirija el Consejo Ejecutivo. Se están haciendo esfuerzos para encontrar a alguien que compita contra Jalili,” agregó.
“No es difícil comprender las posibles ramificaciones,” explicó Shama-Hacohen. “Por más liberal que sea, el hombre es un emisario del régimen del ayatolá en Teherán, a donde seguramente regresará”.
Para empezar, Shama-Hacohen señaló: “No es ningún secreto que tiene prohibido reunirse o hablar conmigo como embajador de Israel”.
Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico
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