Enlace Judío México.- El pasado 29 de abril, el ministro de Exteriores de Corea del Norte amenazó a Israel con “un castigo despiadado” y calificó al Estado judío como “poseedor ilegal de armas nucleares en Oriente Medio”. La ferocidad del canciller norcoreano era una respuesta a la entrevista que el ministro de Defensa de Israel, Avigdor Lieberman, concedió al sitio de noticias online Walla!, en la cual dijo que Kim Jong Un es un “loco” que “lidera un grupo de radicales” que “amenazan la estabilidad global”.
ELI COHEN
Al día siguiente, Hamás agradeció la solidaridad mostrada por Pyongyang contra la ocupación israelí y alabó la retórica del régimen de los Kim.
Que sepamos, las amenazas no han tenido mayor trascendencia. Este roce entre ambos países puede parecer extraño e inusual, pero lo cierto es que, pese a la distancia, Israel y Corea del Norte son enemigos desde hace mucho tiempo.
La dinastía comunista de Corea del Norte siempre ha considerado a Israel un “satélite imperialista” de los EEUU, y ha actuado en consecuencia. La demencia del régimen norcoreano es de sobra conocida, y, a pesar de su condición de país más aislado de la Tierra, Corea del Norte ha sabido jugar sus cartas en Oriente Medio y posicionarse en contra de Israel, Estados Unidos y Occidente.
Pyongyang nunca ha entablado relaciones diplomáticas con Jerusalén, y reconoce la soberanía del Estado de Palestina sobre todo el territorio israelí, a excepción de los Altos del Golán. Su apoyo a todas las organizaciones palestinas que han emprendido acciones violentas contra Israel ha sido constante. El fundador de la república, insultantemente llamada “democrática”, Kim Il Sung, mantenía una buena y fluida relación con Yaser Arafat. A este respecto, Corea del Norte apoyó a la OLP desde 1966.
Corea del Norte también prestó asistencia a otros grupos terroristas palestinos, como el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), en la comisión de atentados como la masacre del aeropuerto de Lod (30 de mayo de 1972), en la que 26 personas fueron asesinadas. En 2008, los hijos de Carmelo Calderón Molina, una de las víctimas mortales, presentaron una demanda ante el tribunal federal de San Juan de Puerto Rico contra Corea del Norte por su responsabilidad en el atentado, y el juez condenó a Pyongyang (que nunca se personó en la causa ni atendió a los requerimientos) a abonar una indemnización de 378 millones de dólares a las familias de las víctimas.
En 1973, durante la Guerra de Yom Kipur, Corea del Norte envió a Egipto 20 pilotos de cazas, así como dos decenas de personal no combatiente. El 6 de diciembre de ese año, los israelíes derribaron un Mig 21 pilotado por un norcoreano. Asimismo, Irán, Siria y Libia han recibido de Pyongyang tecnología y suministros destinados a sus respectivos programas de producción de armas de destrucción masiva. En 2002 Corea del Norte firmó un acuerdo de colaboración científica con Siria, y en 2012 firmó uno similar con Irán. En la operación Orchard, por la que en septiembre 2007 las fuerzas aéreas israelíes bombardearon y destruyeron el reactor nuclear sirio ubicado en Deir Ezor, murieron 10 científicos norcoreanos que trabajaban en dicha instalación.
Además de en el programa nuclear sirio, Corea del Norte ha sido pieza clave en el iraní. Cuando Corea del Norte realizó ensayos balísticos en febrero de 2013, el director del programa iraní, Mohsen Fakhrizadeh Mahabadi, estuvo presente. Las relaciones entre ambos países, ambos miembros del “Eje del Mal” de George W. Bush, viene de largo. Ya antes de ser el designado Líder Supremo, en 1989, Ali Jamenei visitó Pyongyang.
En agosto de 2010, el entonces secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, declaró: “Corea del Norte sigue enviando misiles y armas a otros países [y a actores no estatales], como Birmania, Irán, Hezbolá, Hamás, y continúa con el desarrollo de su programa nuclear”. Así, altos cargos de Hezbolá han recibido entrenamiento de los norcoreanos, entre ellos el secretario general de la organización, Hasán Nasrala; Mustafa Badredín, excomandante de la misma -caído en Damasco combatiendo a favor del régimen de Asad-, e Ibrahim Akil, jefe de su servicio de seguridad e inteligencia. La ayuda norcoreana a Hezbolá también se ha materializado en la construcción de túneles en la frontera libanesa. Tal como declaró un tribunal federal estadounidense que juzgaba las responsabilidades de Irán en la guerra entre Israel y Hezbolá de 2006:
[Corea del Norte proporcionó] asistencia esencial en la construcción de una extensa y sofisticada red de túneles fortificados en la zona al sur del río Litani y en la frontera con Israel. Esta infraestructura demostró ser invaluable para Hezbolá en el curso de la guerra de 2006. La configuración y los parámetros del sistema de túneles se asemejan mucho [a los que hay] en la zona desmilitarizada que separa a Corea del Norte de Corea del Sur.
Amos Harel, de Haaretz, secunda la opinión de que, al igual que en el caso de Hezbolá, los túneles que construyó Hamás para infiltrarse en Israel desde Gaza tienen el mismo diseño que los túneles que el Ejército norcoreano construyó en la zona desmilitarizada entre su país y Corea del Sur durante los años 50.
Puede que el intercambio de declaraciones denigrantes y amenazantes sea algo esporádico entre Corea del Norte e Israel; pero, como hemos visto, Pyongyang tiene un largo historial de antiisraelismo.
Fuente:elmed.io
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