Si uno pasa por Jerusalén en el mes de Iyar encontrará a niños de todas las casas cargando sillas rotas, mesas viejas, árboles caídos, colchones y pedazos de madera con carritos parecidos a los del súper. Se dirigen laboriosamente a terrenos baldíos y depositan ahí sus tesoros. Pareciera una especie de locura y frenesí ¿Qué es lo que están haciendo estos niños? ¿por qué sus padres les permitieron ese comportamiento? Lo que los niños están haciendo es prepararse para Lag Baomer.
Éste es un día muy especial para el calendario judío, es el único momento de los 49 días que transcurren entre Pésaj y Shavuot (festividades judías) en que se rompe el luto tradicional de esos meses. Cae casi a la mitad de la cuenta del Omer, su nombre de hecho quiere decir “el 33 del Omer” precisamente porque es en ese día de la cuenta en que la festividad se celebra.
En este día en la noche se hacen fogatas enormes, se canta y se baila al son de la música. En la mañana se organizan picnics y salidas al bosque para disfrutar de la naturaleza y se hacen juegos con arcos y flechas. Es un día de mucha alegría y euforia.
Festejamos principalmente 2 cosas: 1) Que en este día cesó la epidemia que mató a los alumnos de rab Akivá, el taná (maestro del Talmud) más importante de su época. 2) La muerte del gran rabino Shimon bar Yojái, creador del Zoar (libro más importante de la Cábala) y trasmisor de la tradición oral.
¿Quiénes eran los alumnos de rab Akivá y por qué más de mil años después seguimos haciendo luto por su muerte?
Diferencias entre Torá oral y Torá escrita:
Empecemos por lo básico, en el judaísmo existe la tradición oral y la tradición escrita. Ambas son sagradas para nosotros, se cree que ambas fueron dadas por D-os a Moisés en el Monte Sinaí y por eso reciben el nombre de Torá. Es decir, tenemos la Torá escrita y la Torá oral.
La Torá escrita son los libros de Moisés junto con otros textos que se encuentran todos compilados en el Tanaj. Se considera a este corpus de textos sagrados e inamovibles, desde el inicio fueron trasmitidos de generación en generación en su forma escrita.
Mientras que la Torá oral fue trasmitida de boca en boca, de padre a hijo, a través de la enseñanza diaria. Había una prohibición de escribirla, por miedo a que se perdiera en el exilio tuvo que ser escrita, la recopilación de toda la tradición oral es el Talmud, fue hecho a lo largo de varios siglos.
Rabí Akivá es el maestro más grande de la época previa al Talmud. Sus alumnos son los que continuaron con la Torá oral y de ellos saldrá generación que recopila y escribe la Torá oral. Es decir, sino fuera por la escuela de Rabí Akivá habríamos perdido toda la Torá oral; toda nuestra tradición.
Lo que sucedió hace miles de años, en el siglo I d.E.C. durante la cuenta del Omer es que Rabi Akivá, el único de los sabios que había sobrevivido, tenía una escuela de 24,000 alumnos. Ellos iban a ser quienes continuaran las enseñanzas. Sin embargo, según dice el Talmud, eran incapaces de amarse y respetarse entre sí. Por lo cual hubo una epidemia que contagió a todos y los 24,000 alumnos murieron. Esta epidemia ocurrió durante los primeros 32 días del Omer, es por ella que hacemos luto los 49 días que dura la cuenta. Nos dolemos de todas las enseñanzas que se perdieron con sus muertes y el dolor que ocasiona la separación de nuestra tradición.
Sin embargo, la epidemia cesó en el día número 33 de la cuenta, en Lag Baomer. Este día festejamos que Rabi Akivá pudo levantarse nuevamente y volver a enseñar. Festejamos que después, tras la gran caída, hubo cinco personas que se acercaron a él y que con ellos pudo volver a trasmitir sus enseñanzas. Estos cinco sabios, son los grandes rabinos que aparecen en el Talmud.
En Lag Baomer celebramos su existencia, celebramos el gran legado que nos dejaron y también celebramos que ellos pudieron corregir el error de sus antecesores. Ellos pudieron aprender a respetarse y a amarse. Por eso, Lag Baomer es la celebración no sólo de nuestro legado, sino también del camino que nosotros formamos al continuarlo.
Es muy sintomático que se remarque tanto la necesidad de reconocer al otro en esta etapa, porque justo durante la cuenta del Omer nos dedicamos a perfeccionar nuestras midot (características internas). Son éstas las que nos ayudan a relacionarnos correctamente con los demás y nos hacen poder estar al nivel de recibir la Torá escrita. Si en Pásaj celebramos nuestra liberación en Shavuot celebramos la entrega de la Torá. Lag Baomer que sucede en medio de las dos, podría ser visto como un escalón intermedio dentro del camino que une a ambas fiestas. Representa la Torá oral, vista como vínculo entre el pueblo judío que se consolida en Pésaj y la Torá de D-os que fue dada en Shavuot. Ambas necesitan el amor y la introyección, que es parte de lo que celebramos en este día.
El alumno que más destacaba en su trato con los demás era Rab Shimón Bar Yojái. Él fue el que logró abrir los secretos de la Cábala y fue el que más esmero puso en trasmitir las enseñanzas. Curiosamente muere en Lag Baomer, desde, siempre pidió a sus discípulos que en el día de su muerte se festejara que su vida finalmente había llegado a su punto culmine: la entrega absoluta de su alma a D-os. Por él prendemos las fogatas, porque el fuego representa la luz de la Torá que trajo al mundo. Finalmente Lag Baomer es el día para festejar a la Torá oral, las enseñanzas de nuestros padres y lo celebramos 16 días antes de volver a recibir las escrituras de D-os.
Parte de la información fue tomada de Aish.com
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