“Hombre y Mujer los creó”

“Y Dios creó al ser humano a Su imagen… hombre y mujer los creó”. Génesis 1:27

RAB YOSEF BITTON

Hoy analizaremos la parte de este versículo que habla de hombre-mujer. Dejemos en claro que nuestra traducción es deliberadamente no-literal: el texto no dice “hombre y mujer” sino “masculino y femenino.”

Lo primero que hay que observar es que la diferenciación entre masculino y femenino no fue mencionada en la creación de los animales. Obviamente, esto no quiere decir que Dios no creó a los animales con diferentes sexos, sino que por alguna razón, sólo en la Creación del hombre y de la mujer la Torá “menciona” la condición sexual masculina y femenina.

¿Por qué?

Si bien no encontré referencias específicas sobre este tema en los comentarios bíblicos tradicionales, quizás se pueda explicar de la siguiente manera:

Conciencia y Gobierno

HaShem creó al ser humano a Su imagen, esto diferencia a los humanos de los animales. Y HaShem los creó como hombre y mujer, esto distingue a los humanos, unos de otros. La heterosexualidad, es decir, la definición del ser humano como hombre y mujer, no aparece como algo secundario sino como una condición ontológica. Quizás la Torá quiere subrayar que sólo los humanos, a diferencia de otros seres vivos, tienen “conciencia” y conocimiento de su propia sexualidad y de su género. Y por tener conciencia de su sexualidad, sólo los seres humanos son capaces de gobernar su sexualidad.

Cerebro masculino vs cerebro femenino

En el ser humano, a diferencia de los animales, hombre y mujer no solo se distinguen en lo sexual y en lo físico, sino también en lo mental o psicológico. La forma de pensar, de expresar y procesar emociones, de percibir el lenguaje, de distenderse, etc. es diferente (y a veces opuesta) entre el hombre y la mujer. (Este es un tema interesantísimo pero demasiado complejo como para ser tratado en un solo e-mail. El lector que quiera saber más al respecto puede leer lo que escribió el neurocirujano de Cambridge, Simone Baron Cohen en su libro: “The essential difference”). Creo que esta explicación es consistente con el principio del pasuq que se refiere a la “imagen de Dios en el hombre”. Esta “imagen” no apunta a un parecido físico entre hombre y Dios ח”ו sino que se refiere al alma, al pensamiento, a la libertad de elección, etc. Aquí también, por lo tanto, podríamos suponer que esta diferenciación va más allá del físico y hasta de lo estrictamente sexual. Es como si este pasuq estuviera afirmando que HaShem creó dos “especies” humanas: hombre y mujer.

¿Cuantas razas hay?

Hay algo que observar en este Pasuq también, lo que la Torá no dice. En los libros de historia comunes, escritos por las civilizaciones paganas de la antigüedad, los textos que se refieren a la creación de la humanidad siempre resaltan el aspecto nacional. Los dioses paganos crean más de una especie humana: por ejemplo, los sumerios, los egipcios o los babilonios, que siempre son superiores, y el resto del mundo. En la Torá, cuando HaShem crea al hombre no dice que Dios creo a los Israelitas y al resto del mundo. No se habla de blancos y negros, de esclavos y señores, ni de los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad, como aparece en los mitos paganos de la Creación. La Torá, el único libro de autoría divina, no menciona la creación de razas. La Tora sólo registra 2 tipos de humanos, como si se tratara de dos “especies”: hombre y mujer.

Plenitud

Otro elemento destacable es que en hebreo cuando la Torá nombra al ser humano lo hace con el artículo definido “el” (הַ). Este artículo no está aquí para diferenciar entre masculino y femenino (en hebreo el articulo definido es siempre neutro) sino para destacar que no se trata de “Adam”, el hombre, sino de “Adam”, el ser humano. En otras palabras, este pasuq dice que HaShem creó a Adam como masculino y femenino. Los Rabinos explicaron que el hombre o la mujer por sí mismos, sólo se consideran la mitad de un ser humano. La palabra ADAM (en oposición al nombre Adam) significa: hombre + mujer. Por eso en hebreo bíblico y moderno “ser humano” se dice BEN ADAM, que significa: hijo del hombre y de la mujer. En el judaísmo el celibato voluntario no es un ideal religioso sino todo lo contrario: se considera una grave transgresión. Este versículo nos enseña que para la Torá en la sociedad humana, a diferencia del reino animal, la plenitud del ser humano sólo se alcanza cuando hombre y mujer se unen, se casan. Recién entonces se consideran ADAM, un ser humano.

 

 

 

Fuente:halaja.org

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