El Bullying en la Comunidad/ “Un niño puede quedar sin ganas de vivir por tanto acoso que recibe”: Amelie Esquenazi

Enlace Judío México – Enlace Judío ha escuchado con inquietud durante mucho tiempo cómo ha ido aumentando el fenómeno del bullying en los colegios de la Comunidad; una problemática que a nivel laboral se denomina mobbing.

Ante la inquietud por este problema, que ha ido creciendo a grandes pasos a nivel mundial y sobre el cual se han presentado películas y series de televisión, nuestra reportera Elena Bialostocky se dio a la tarea de entrevistar a distintos especialistas que nos aportaron sus perspectivas y soluciones. Los entrevistados fueron el Lic. Daniel Smeke, Director General del Colegio Monte Sinaí; la Maestra Amalie Esquenazi, Maestra en Ciencias de la Educación; Ziva Picker, Directora Adjunta de Fundación en Movimiento; y Frida Marcovich, Co-Creadora del Programa de Prevención y Control de Maltrato Escolar.

Les compartimos estas entrevistas con la idea de aclararles a nuestros lectores preguntas como: ¿Qué es el bullying?, ¿cómo se produce?, ¿hasta dónde puede llegar? y sobre todo: ¿qué podemos hacer para evitarlo o prevenirlo?

En la primera de estas entrevistas, escuchamos la opinión de Amelie Esquenazi, ex directora del Colegio Hebreo Sefaradí.

Enlace Judío México: ¿Cómo ha ido evolucionando el bullying en general?

Amelie Esquenazi: Cuando nosotros éramos pequeños la cuestión era molestar a un compañero o agredirlo o burlarse un poco de ellos, lo cual no era justificable para nada. Siempre existía el niño al que molestaban un poco más, o un poco menos porque tenía ciertas debilidades. Pero hoy en día esto se ha convertido en algo tan terrible y hoy ha recibido el nombre de bullying. El bullying es el uso del poder para lastimar a otra persona, para lastimar a un niño y dejarlo indefenso. Un niño puede quedar sin ganas de vivir por tanto acoso que recibe.

Muchas veces los adultos no están conscientes y si no actuamos para poder frenar todo esto, llega a un momento en que se desborda. Yo admiro a las escuelas que han puesto un fin radical a este tipo de circunstancias. El faltarle a la dignidad humana de una persona es algo inadmisible para mí. No hablo solamente de niños, hablo también de lo que los niños pueden causarle a un profesor. Hablo de cómo se siente la persona que tiene poder para usarlo de una manera equivocada, para lastimar al prójimo, para quitarle la dignidad, para muchas veces ver la manera de que no se levanten. Y a veces no hay razón para hacerlo, es simplemente por usar el poder y por saberse más fuerte que el otro y demostrar sus debilidades.

Hay niños que empiezan a no comer y que empiezan a aislarse de una manera terrible. Hay otros que no quieren ni verse al espejo porque magnifican sus defectos. Hay otros que se salen de proporción y muchas veces ni los psicólogos pueden ayudarlos, porque no tienen la capacidad de hablar o decir lo que les está sucediendo.

Afortunadamente la sociedad hoy, al ponerle un nombre, también ha recapacitado al respecto y espero que se pueda ir frenando toda esta situación. Las redes sociales no ayudan mucho tampoco, estas abren las posibilidades de que con un click esté en boca de todo el mundo cualquier debilidad de cualquier persona. La gente puede inventar cosas, puede hablar cosas que no son ciertas y eso asusta.

EJM: ¿Nos puedes decir algunas señales que pueda presentar un niño que esté siendo bulleado (acosado) o es un bulleador (acosador)?

AE: Algunas veces los bulleadores lo esconden bien. Yo no creo que un papá pueda darse cuenta de que su hijo es un niño acosador. Y no se si estoy utilizando correctamente la palabra acosador porque parece dar algunas otras connotaciones, pero sí acosa. Acosan a los niños de una manera terrible y de repente tienen una sonrisa angelical en la que uno ni cuenta se puede dar de lo que sucede. Pero un papá sabe en el fondo del alma lo que está realmente pasando con sus hijos.

Los profesores muchas veces son los primeros que pueden estar detectando lo que sucede. Algunas veces no es en el colegio particularmente, se esconden para hacerlo. Generalmente no son niños que actúen solos sino que tienen poder y entonces se empoderan ellos mismos con otros niños a quienes se les justifica porque se dice que sólo son observadores. Pero ellos también son tan culpables como el que está acosando.

El niño que bullea es un niño que tiene la necesidad de demostrar tanto su fuerza como su poder y termina por acabarse al otro. Y el niño que es bulleado puede empezar a adelgazar o empezar a engordar, a no comunicarse mucho a estar aislado en su cuarto muchas horas. A estar metido en las computadoras y en las iPads y en la cuestión tecnológica todo el tiempo y dejar de interactuar. Se asustan fácilmente, no duermen. Hay niños que pueden tener incontinencia cuando son más grandes inclusive. Eso también hace que se aíslen socialmente porque no pueden salir, ni ir a la casa de los compañeros ni ir a una excursión. Tienen terror de salir solos. No tienen la confianza de ir a decirle al adulto lo que está sucediendo.

La sociedad necesita retornar a las bases, a lo que es moral, a los valores, a lo que realmente es importante. Utilizar la fuerza que te da el poder pero para cosas porque también puede suceder que se puede usar para el bien. Esos niños que tienen poder podrían utilizar volcándolo en ayuda. La cuestión del trabajo social, de ver el ejemplo en sus maestros, en sus escuelas, en sus familias. De ver que socialmente no van a ser aceptados. Yo creo que son medidas importantes que podrían frenar mucho todo lo que está sucediendo.

¿Cómo frenar la cuestión de las redes sociales? Eso es tremendamente difícil pero yo creo que, con el ejemplo, se puede cambiar. Alguien una vez me dijo que “el ejemplo es una orden en silencio”. Ese ejemplo debe de venir de toda la sociedad. Si los niños ven del adulto de la sociedad ese ejemplo de la misma fuerza del uso del poder, de cómo se jactan de ser lo máximo por poder aplastar al Otro, pues el niño lo que va a aprender, ése será su ejemplo.

La opinión del  director del Colegio Hebreo Monte Sinaí, aquí

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Elena Bialostocky: Nací en la ciudad de México el 18 de Noviembre de 1946 de padres mexicanos por naturalización. Mi padre Tadeo Stark, nació en 29 de Junio de 1922 en Varsovia, Polonia. Mi madre Cirla Rosemberg, nació el 27 de Mayo de 1926 en Chernijov, Rusia. Ambos llegaron a México a muy corta edad. Soy la segunda de 4 hermanas. Estudié el kínder, primaria y secundaria en el Colegio Hebreo Tarbut. Estudié un solo año de preparatoria en el Colegio Israelita de México y comencé la carrera de Enfermería en la Es cuela de Enfermería del Hospital ABC. Siempre he sido muy inquieta y me ha gustado el trabajo comunitario. Trabajé por más de 8 años en el Comité de Madres de Colegio Hebreo Tarbut, fui presidenta del comité de Kínder por un año, que es donde estudiaron mis hijas. El encuentro con mi realidad fue cuando comencé a trabajar en Enlace Judío, comencé para la venta de publicidad, pero un día me pidieron que cubriera un evento y a partir de ese momento descubrí mi pasión periodística. Reportajes, notas, eventos, conocer gentes es sólo una pequeña parte de las actividades que lidero en este sitio que es de todos nosotros.