John R. Bolton, ex embajador de EE.UU en la ONU, presidente de Gatestone Institute, y autor de “Rendición no es opción: defender a Estados Unidos en Naciones Unidas y el extranjero”, habla sobre un posible cambio de régimen en Irán
JOHN R. BOLTON / GATESTONE INSTITUTE
Es un gran placer y un honor estar de nuevo aquí hoy. Debo decir, llegamos a un momento de eventos realmente extraordinarios en los Estados Unidos que distinguen hoy de las circunstancias de hace un año. Contrariamente a lo que casi todos los comentaristas políticos dijeron, contrario a lo que casi todas las encuestas de opinión pública dijeron, contrario a lo que mucha gente dijo en todo el mundo, la primera secretaria de Estado de Barack Obama, Hillary Clinton, no es presidente de los Estados Unidos.
Por lo tanto, por primera vez en al menos ocho años que he venido a este evento, puedo decir que tenemos un presidente de Estados Unidos que se opone completa y totalmente al régimen de Teherán. Este es el verdadero sentimiento del presidente, y lo ha dejado muy claro – lo dejó en claro durante la campaña electoral del año pasado, lo dejó en claro en numerosas declaraciones e incluso en tweets desde entonces; él se opone completamente al acuerdo nuclear de Irán firmado por su predecesor.
Ahora, está en marcha, como sucede a menudo en una nueva administración estadounidense, una revisión para determinar la política de Estados Unidos en toda una serie de cuestiones, incluyendo cómo tratar con el régimen en Teherán. Pero mientras la revisión continúa, el Congreso está avanzando, con lo que para el Congreso es a gran velocidad, para promulgar nuevas sanciones económicas contra el régimen de Irán. Estas sanciones, cuando se pongan en marcha, se deberán a que el régimen ha reprimido a su propio pueblo y debido a su constante apoyo al terrorismo en todo el mundo, no estarán relacionadas con el tema nuclear, aunque el régimen de Teherán ha dicho que si estas sanciones se promulgan en ley, lo considerarán un incumplimiento del acuerdo.
Bueno, eso no es nada nuevo, ya que el régimen ha violado el acuerdo durante dos años consecutivos. Y también es fundamental, mientras llevamos a cabo esta revisión de (nuestra) política, entender cuál queremos que sea el resultado y en qué, muchos de nosotros, en Estados Unidos, estamos trabajando. El resultado de la revisión política del presidente debe ser determinar que la revolución del ayatolá Jomeini de 1979 no llegue a su 40 cumpleaños.
El hecho es que el régimen de Teherán es el problema central en Oriente Medio. No hay diferencia fundamental entre el ayatolá Khamenei y el presidente Rouhani – son dos caras de la misma moneda. Recuerdo cuando Rouhani era el principal negociador nuclear del régimen – no se podía confiar en él entonces; no se puede confiar en él hoy. Y está claro que el comportamiento del régimen sólo está empeorando: las continuas violaciones del acuerdo, su trabajo con Corea del Norte en armas nucleares y misiles balísticos, sólo continúa creciendo.
Y seamos claros: aunque alguien les dijera a ustedes que el régimen está en pleno cumplimiento con el acuerdo nuclear, eso no hace ninguna diferencia. Corea del Norte ya está peligrosamente cerca del punto en que pueden miniaturizar un arma nuclear, ponerlo en un misil balístico intercontinental y alcanzar objetivos en Estados Unidos. Y el día después de que Corea del Norte tenga esa capacidad, el régimen de Teherán lo tendrá también, simplemente firmando un cheque. Eso es lo que es la proliferación, de eso se trata la amenaza, y por eso las opiniones de Donald Trump sobre Corea del Norte son tan similares a sus puntos de vista sobre el régimen de Teherán.
Pero en la región también nos enfrentamos a un punto muy, muy peligroso. Cuando la campaña para destruir al califato de ISIS se acerca a su conclusión final, debemos evitar permitir que el régimen de Teherán alcance su buscado objetivo de un arco de control desde Irán, a través del gobierno de Bagdad en Irak, el régimen de Assad en Siria, y los terroristas de Hezbolá en el Líbano – un arco de control, que si se le permite formar, será simplemente el fundamento para el próximo conflicto grave en Oriente Medio. El régimen de Teherán no es simplemente una amenaza de armas nucleares; no es simplemente una amenaza terrorista; es una amenaza convencional para todos en la región que simplemente busca vivir en paz y seguridad.
El régimen ha fracasado internacionalmente. Ha fracasado en el plano interno, en la economía y en la política -de hecho, su momento de debilitamiento sólo se está acelerando, y por eso las circunstancias cambiadas en los Estados Unidos, creo, en toda Europa y aquí hoy son tan importantes.
Hay una oposición viable a la regla de los ayatolás, y esa oposición se centra en esta sala hoy. Yo había dicho durante más de 10 años desde que llegué a estos acontecimientos, que la política declarada de los Estados Unidos de América debía ser el derrocamiento del régimen de los mulás en Teherán. El comportamiento y los objetivos del régimen no van a cambiar, por lo que la única solución es cambiar el régimen mismo. Y por eso, antes de 2019, aquí vamos a celebrar en Teherán! Muchas gracias.
Fuente: Gatestone Institute – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico
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