Marcos Barchilón, primer abanderado español en la Macabeada

Entrevista con el organizador de la primera delegación española en los Juegos Macabeos, año de 1973.

P HUERGO CASO / ENLACE JUDÍO

Marcos Barchilon, hoy dedicado al márketing internacional y a la fotografía,  fue medalla de bronce en la modalidad de Tiro al Plato en la 9ª Macabeada.

Fue, además, quien -por iniciativa propia y de manera clandestina- organizó el debut de la comunidad Española en los Juegos Macabeos, el 9 de julio de 1973.  Hoy, felizmente casado y viviendo en Israel, nos cuenta a lo que se dedicaba cuando tenía unos pocos años menos que su hijo, Moshe Barchilon, que en estos días termina su servicio militar en Tsahal.

Enlace Judío: –Recientemente hemos asistido a la ceremonia de apertura de una nueva Macabeada, la número 20. ¿Qué supone eso para un participante de la novena edición de los Juegos?

Marcos Barchilon: —Una gran emoción, sin duda alguna. Primero porque,  a pesar de todos los obstáculos,  vemos que todo el orbe judío mundial se puede seguir reuniendo en Jerusalén para un evento tan bueno y sano y unificador; pero también porque a mí personalmente me trae muy gratos recuerdos de juventud. 

 

Marcos Barchilon nacio en el año de 1954 , en  Tánger -entonces ciudad internacional en Marruecos- pero el es de la ciudad autónoma española de Ceuta, centro de una importante comunidad judía. Y fue en Ceuta donde además de estudiar en tiempos  de la España de la dictadura de Franco se aficionó al tiro al plato. Y entonces, en 1972, cuando el mundo asisitó al deleznable atentado terorista que perpetraron los palestinos contra la delegación israelí en las Olimpiadas de Munich, Marcos Barchilón decidió que los jóvenes judíos españoles tenían que participar en la Novena Macabeada.

M.B. : — Pero era un riesgo. España entonces no tenía relaciones de ningún tipo con Israel (ni prácticamente con ninguna nación) pues vivía , ya más relajadamente -eso, sí- el aislamiento internacional de la dictadura del general Franco. Los judíos españoles, entonces, como otro tipo de sociedades españolas, vivían en un estado de total discreción por miedo a represalias. Mi tío Samuel, por ejemplo, se casó con una superviviente de la Shoá, Fanny Cohen (Z´´L) fallecida la semana pasada en Algeciras, Cádiz, pues incluso muchos años después de muerto Franco tuvo miedo a hablar de su dolorosa experiencia , el miedo a represalias era más fuerte que la necesidad de educar a las nuevas generaciones.

E.J. : –Y en esas circusntancias fue fácil organizar una delegación deportiva , judía y en el extranjero?

M.B. : —No, no fue del todo fácil, porque nadie quería apoyar la idea. En la Comunidad de Ceuta me acusaban de ser un insconsciente que acabaría por provocar problemas a toda la comunidad por un capricho personal mío. Aunque en casa me apoyaban. Pero la falta de apoyo institucional nos obligaba a tener que pagar de nuestros bolsillos los billetes de avión y no había muchos deportistas judíos dispuestos a pagárselo. Sólo estuvo dispuesto a haerlo un tenista madrileño, Abraham Elbaz.

E.J: –Además, hay que suponer que no era fácil volar desde la España franquista a la Israel de Golda Meir…

M.B. :– Desde luego, tuvimos que salir a Ginebra, antes de llegar a Tel Aviv. 

E.J: –¿Y qué recuerdos quedan de aquella experiencia de representar por primera vez a tu país de nacimiento en los Juegos del país de tu origen?

M.B. —Una gran emoción al entrar en el estadio de Ramat Gan llevando la bandera mientras nos presentaban como país debutante (junto con Costa Rica) y otro momento inolvidable el ver y oir a Golda Meir en persona -entonces no había videos- pero lo que ás me impresionó fue la cara de los participantes de Israel a la hora de recitar el kadish por los deportistas olímpicos asesinados en Munich. 

E.J.: –Y recibir un premio como una medalla de bronce de Israel, también, no?

M. B. : — Y además de la medalla también nos daban un plato de cerámica, que era como darnos un poco de tierra de Israel. 

E,J. –¿Y cómo fue el regreso a casa tras la experiencia de haber representado a España en un acto oficial del que España no tenía conocimiento?

M.B. : —Tenían conocimiento. Al poco de regresar se presentó en casa la policía -los temidos “grises”- para someterme a un interrogatorio. Lo sabían todo. Yo no negué nada. No hubo consecuencias mayores, se limitaron a apercibirme y a demostrarme que controlaban mis pasos y que no permitirían que algo parecido se pudiera volver a repetir. La españa franquista de los ´70 ya no era tan dictatorial, pero los españoles de la generación de mis padres, aún más por ser judíos,  llevaban 40 años viviendo en el miedo. 

E.J: Y luego, es de suponer que llegó el momento de  la aliá a Israel.

M.B. : –No inmediatamente -yo sólo tenía entonces 19 años- y quería acabar mis estudios y viajar por el mundo, pero siempre supe que mi lugar era Israel. Y así ha sido. Aquí me casé y aquí he sido padre. 

E.J: Muchas gracias por contarnos todo esto, que al fin y al cabo es historia de Israel,   y enhorabuena por el regreso de tu hijo a casa.

 

Reproducción autorizada: © enlace judío

 

 

 

 

 

 

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Pedro Huergo Caso: