El embajador EE.UU. Friedman se une al equipo de paz de Oriente Medio

David Friedman con Donald Trump en Manhattan. (Foto: Cortesía)

El Presidente de EE.UU. rompe el protocolo en el enfoque de las conversaciones con la Autoridad Palestina.

MICHAEL WILNER, ADAM RASGON, HERB KEINON

El presidente estadounidense, Donald Trump, pidió a su embajador en Israel, David Friedman, que se una al equipo de trabajo por la paz en Oriente Medio, rompiendo con el protocolo que tradicionalmente ha mantenido apartado al enviado estadounidense de las conversaciones con la Autoridad Palestina.

Trump hizo el movimiento porque confía en Friedman para que lo represente – un factor crítico en toda la toma de decisiones del presidente, dijo un funcionario de la Casa Blanca al Jerusalem Post el martes. Pero un funcionario palestino dijo el lunes que la AP no quiere recibir a Friedman en Ramala, reflejando la delicada política que espera a Friedman en su nuevo papel y al presidente al iniciar su incursión en el establecimiento de la paz en Oriente Medio.

“La administración cree que para dar a todos una mejor oportunidad de llegar a un acuerdo definitivo, es fundamental tener negociadores cercanos al presidente”, dijo el funcionario de la Casa Blanca.

El equipo estadounidense que trabaja por la paz en Oriente Medio ahora está dirigido por tres hombres que han rodeado al presidente durante años: Friedman, su ex abogado; Jason Greenblatt, ex vicepresidente ejecutivo y director jurídico de la Organización Trump, ahora principal negociador del presidente; y Jared Kushner, su consejero principal y yerno.

Greenblatt presentó a Friedman al equipo de negociación de los palestinos en Jerusalem el martes, acompañado por el cónsul general de Estados Unidos en Jerusalem Donald Blome.

Según un informe de Wafa, la agencia de noticias oficial de la AP, los funcionarios palestinos, que se reunieron con Friedman y Greenblatt en el hotel King David, incluyeron al jefe de negociaciones Saeb Erekat, al jefe de inteligencia Majid Faraj y al asesor económico del presidente Mahmoud Abbas, Muhammad Mustafa.

El informe agregaba que los funcionarios palestinos apoyaban la idea de detener toda actividad en los asentamientos, que para ellos incluye la construcción judía en Jerusalem oriental, y el establecimiento de un estado palestino con Jerusalem oriental como su capital.

El miembro del Comité Central de Fatah, Azzam al-Ahmad, dijo el lunes en una entrevista en la televisión oficial de la AP que los palestinos se oponen a recibir a Friedman en Ramala.

“Mañana habrá una nueva ronda de conversaciones con la delegación palestina en Jerusalem occidental, porque no queremos que uno de los miembros de la delegación [estadounidense] venga a nosotros … ¿Por qué? Porque es el embajador de América en Israel y su ámbito de trabajo está en Israel“, dijo Ahmad.

El entrevistador preguntó a Ahmad si el hecho de que Friedman asistiera a una reunión en Ramala se interpretaría como un mensaje político.

“Por supuesto”, respondió, sin explicar cuál sería ese mensaje.

La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, declaró el martes que la incorporación de Friedman al equipo era “quizás sea incluso mejor” para los palestinos. Nauert hizo la declaración, contradiciendo las preocupaciones expresadas por al-Ahmad y otros, durante una rueda de prensa diaria.

El periódico con sede en Londres Al-Hayat informó en junio que Abbas se negaba a recibir a Friedman en Ramala durante la visita de Jared Kushner, asesor de Trump, a Israel y los territorios palestinos.

El informe de Al-Hayat decía que Abbas no quería recibir a Friedman en la capital política palestina de facto debido a su apoyo a los asentamientos.

Friedman tiene una historia de apoyo a los asentamientos, entre ellos a Beit El cerca de Ramala, donde los edificios llevan el nombre de su familia.

A pesar de que la Casa Blanca duda en llamar a esto un cambio de política formal, representa un cambio significativo en la forma en que Washington negocia con la AP, ya que durante casi las dos últimas décadas la dirección local de EE.UU. para la AP ha sido el consulado en Jerusalem, y no la embajada en Tel Aviv.

Por ejemplo, el ex embajador Dan Shapiro nunca fue a Ramala durante sus más de cinco años como embajador y no se unió al enviado especial de EE.UU. para las negociaciones israelí-palestinas Martin Indyk en 2013-2014 durante las reuniones cuando negociaba con la Autoridad Palestina como parte del esfuerzo diplomático del secretario de Estado estadounidense John Kerry entonces.

“Es una ruptura con el protocolo reciente, pero no sin precedentes”, dijo Indyk al diario The Post en una entrevista el martes. “Creo que es bueno exponer al Embajador Friedman a los puntos de vista palestinos, y viceversa”.

“También sería bueno para los israelíes exponerse a los puntos de vista palestinos“, continuó Indyk, “así que si incluye al embajador Friedman en su equipo, el Sr. Greenblatt también debería llevar al cónsul general de Estados Unidos para los palestinos, Donald Blome, a sus reuniones con funcionarios israelíes”.

Según una fuente estrechamente implicada en el proceso diplomático, la regla general es que la embajada en Tel Aviv y el embajador estadounidense en Israel tienen la competencia del gobierno y el pueblo israelíes, así como el consulado y el cónsul general en Jerusalem la tienen de la Autoridad Palestina y el público palestino.

A los palestinos, dijo la fuente, en el pasado les ha preocupado que tratar con el embajador en Israel simbolizara algún reconocimiento de la soberanía israelí en Cisjordania. Además, agregó que a los palestinos obviamente les gusta tener su propio representante y canal de comunicación de Estados Unidos, y no que sea un derivado del representante de Estados Unidos en Israel.

Greenblatt llegó a la región el lunes para una “visita interina” con funcionarios israelíes y palestinos. Visitó el Kotel el lunes por la noche, donde rezó por la “paz para todos”.

Greenblatt tiene programado reunirse con el primer ministro Benjamin Netanyahu el miércoles.

También el miércoles, el gabinete de seguridad tiene previsto discutir un plan para expandir los límites municipales de Kalkilya más allá de la Zona A, que bajo los Acuerdos de Oslo está bajo control civil y de seguridad palestino, y la Zona C, bajo control y seguridad israelí.

Si se aprueba, permitiría construir hasta 14.000 hogares palestinos. Ese número incluye la autorización de hogares palestinos ya existentes, en lugares donde la ciudad ha invadido ilegalmente la Zona C.

El Consejo Superior de Planificación de Judea y Samaria está debatiendo el plan, que ya recibió la aprobación del gabinete de seguridad el año pasado. Pero los ministros que apoyaron el plan, includo Netanyahu, han dicho que no previeron su alcance.

Bajo la presión del presidente de Bayit Yehudí, Naftali Bennett, Netanyahu acordó llevar el plan nuevamente al gabinete de seguridad.

Se espera que la votación sea cerrada y sus opositores, incluido el jefe del Consejo Regional de Samaria, Yossi Dagan, pasaron el martes por la noche tratando de convencer a los ministros que rechazaran la propuesta.

Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico

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Silvia Schnessel: Silvia Schnessel es corresponsal de Enlace Judío en España. Docente y traductora, maneja el español, el hebreo, el francés, el inglés y el catalán. Es amante del periodismo, del sionismo y de Israel.