“La película de Vittorio de Sica que salvó la vida a 300 judíos” es un artículo de Óscar Plasencia publicado en Moon Magazine el 16 de agosto de 2016.
Plasencia evoca en él La puerta del cielo, la película de Vittorio de Sica que salvó a trescientos judíos y a un grupo de perseguidos políticos de los nazis.
En su artículo comenta que en 1944 las tropas alemanas campaban a sus anchas por Italia deteniendo, torturando o eliminando a cualquier sospechoso, mientras la Gestapo, en colaboración con los fascistas italianos, se lanzaba a la búsqueda de judíos para eliminar o deportar a los campos de concentración polacos. Horrorizado ante la situación, y con la colaboración con Cesare Zavattini y Diego Fabbri, Vittorio De Sica comienza a tramar la idea de rodar una película que trata de un grupo de peregrinos enfermos que se dirigen al Santuario de Nuestra Señora de Loreto.
La película, pensada como una forma de proporcionar refugio a trescientos judíos italianos y a un grupo de perseguidos políticos contratados con nombres falsos como extras o técnicos de rodaje, logró salvarlos de las garras del ocupante nazi. El director logró que el Vaticano financiase La puerta del cielo y diseñó cuidadosamente el rodaje para prolongarlo hasta que llegaran las tropas aliadas. Más tarde, Vittorio De Sica contó que él y otros cineastas intentaban alargar al máximo la filmación para salvarse ellos mismos evitando tener que regresar de la Roma ocupada a Venecia, donde el régimen fascista de la República de Saló, en el norte de Italia, había establecido el centro de propaganda cinematográfica.
Plasencia revela que gran parte del presupuesto, de unos 40.000 dólares de entonces — se destinaba a la manutención del equipo—. El dinero, sin embargo, no bastaba por lo que intentaban robar de los Ferrocarriles del Estado todo lo que pudieran vender en el mercado negro.
Los alemanes se estaban haciendo fuertes en Roma y las tropas aliadas avanzaban muy lentamente desde el sur de Italia. La liberación era impredecible y era difícil calcular la finalización de sus trabajos lo que aumentaba las sospechas de los mandos fascistas. También sufrieron infortunios por las enfermedades desencadenadas en el grupo de personas al que intentaban proteger, mientras se debilitaban día a día durante la espera.
El 3 de febrero de 1944, finalmente, un grupo de soldados fascistas, capitaneados por el célebre torturador y represor fascista Pietro Koch, entró en la basílica llevándose a sesenta extras, la gran mayoría de los cuales acabaron en Auschwitz. Pietro Koch fue fusilado después de la liberación de Italia.
El 5 de junio de 1944 Roma fue liberada por las tropas anglosajonas.
Los alemanes procedieron a su expulsión, lo que marcó el fin del rodaje de La puerta del cielo. A duras penas se consiguió montar la película dada la falta de medios técnicos y dinero. Cuando se presentó en 1945, fue un gran fracaso, tanto económico como crítico. El Papa Pío XII censuró la película haciéndola desaparecer, lo que hizo que hoy esté considerada casi descatalogada.
Pero La puerta del cielo representó la conmovedora movilización humana que originó y los riesgos asumidos por los protagonistas de este caso único registrado en la historia del cine mundial, para salvar de la persecución nazi a centenares de perseguidos. Fue un gran acontecimiento de solidaridad humana, lo que lo convierte en un filme inolvidable del gran Vittorio De Sica.
Fuente: Moon Magazine
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