La campaña de los Países Bajos iniciada en Rotterdam en favor de la libre elección de parejas románticas provoca una reacción violenta, vandalismo, amenazas
CNAAN LIPHSHIZ
En un país donde se muestran juguetes sexuales en los escaparates y los anuncios de televisión a menudo muestran desnudos, la foto de una pareja de heterosexuales vestidos puede no parecer motivo de escándalo.
Pero precisamente esa imagen, parte de una campaña de carteles que celebra la diversidad en los Países Bajos, ha provocado un agrio debate, acusaciones de racismo, actos de vandalismo e incluso amenazas de quienes lo consideraron ofensivo.
La razón: Las mujeres representadas en una serie de carteles llevaban pañuelos musulmanes, incluida una mujer besando a un hombre con kipá.
Para algunos de los detractores, la campaña de carteles fue una provocación diseñada para alterar la sensibilidad de los musulmanes holandeses y otras minorías no blancas. Pero a los partidarios de la campaña -incluidos algunos destacados miembros de la comunidad judía holandesa- fue una declaración importante acerca de la necesidad de contrarrestar el radicalismo y la coerción en la creciente minoría musulmana de los Países Bajos.
Iniciadas por una activista musulmana por los derechos de las mujeres, Shirin Musa, los carteles forman parte de una iniciativa municipal de apoyo a las mujeres, en su mayoría musulmanas, que se enfrentan al abuso si eligen esposos que sus comunidades desaprueban. Con el lema “En los Países Bajos, usted elige a su propia pareja”, los carteles fueron colocados en las paradas de autobús y en señales por todo Rotterdam. Los partidarios de la iniciativa también repartieron volantes con las imágenes en las calles.
La campaña cuenta con cuatro parejas sellando los labios contra un fondo con el icónico puente Erasmus de la ciudad portuaria: la pareja judío-musulmana; una mujer musulmana besando a un hombre rubio; dos mujeres, una con vestido surasiático, y un hombre negro con una mujer que parece de ascendencia surasiática. (Leefbaar Rotterdam, la facción de derechas que lideró la campaña patrocinada por el municipio, no respondió inmediatamente a la pregunta de JTA sobre si las personas en los carteles eran parejas de la vida real o actores posando).
La campaña es en apoyo de “mujeres procedentes de inmigrantes de comunidades patriarcales”, dijo Musa en una entrevista en la televisión holandesa el mes pasado. Dichas mujeres, según ella, están sujetas a la violencia y la coacción por la elección de sus parejas románticas.
Citando un estudio realizado en 2014 por el Verwey Jonker Institute, un grupo de investigación de política social, funcionarios holandeses dicen que hay entre 600 y 1.900 víctimas de matrimonios forzados en los Países Bajos. El informe también describe a esposas retenidas en cautiverio o abandonadas.
Prácticamente todos los principales medios de comunicación en los Países Bajos han informado sobre la controversia en torno a la campaña de carteles. En el programa de entrevistas “Pauw”, el jefe del Partido Laborista holandés, Lodweijk Asscher, elogió la campaña como “hermosa”.
Pero los carteles provocaron una reacción violenta entre algunos musulmanes, incluso dentro del propio partido de Asscher. Una de las representantes del Partido Laborista en el Ayuntamiento de Rotterdam, Fatima Talbi, escribió en un editorial que estaba “furiosa” con la campaña, que según ella trata a los musulmanes como “atrasados” convirtiendo la cuestión del matrimonio forzado en “una cuestión de integración“.
Tunahan Kuzu, parlamentario del parlamento holandés Denk, partido pro-islamista y pro-inmigrantes, que en las elecciones de marzo ganó tres escaños en la cámara baja del parlamento, calificó la campaña de “provocativa, discriminatoria y paternalista“. Los carteles fueron vandalizados, una retórica odiosa fue dirigida a sus partidarios en las redes sociales y los activistas que distribuían volantes de campaña informaron de amenazas de violencia. La policía asignó oficiales para vigilar a algunos de los activistas después de varios incidentes.
Un hombre le dijo a una activista de la organización Femme for Freedom de Musa: “Te daré un golpe en tu maldita cabeza si me das este folleto”, dijo Tanya Hoogwerf, una concejal de Rotterdam, al canal de televisión PowNed el mes pasado.
Dos hombres se filmaron arrancando un cartel en un refugio de autobuses.
“Elige tu propia libertad, dicen”, dijo uno de los hombres. “Arráncalo todo”.
Musa Movi, un conocido comediante musulmán, en un video llamado “Mosquitos que no se ven venir, pero cuando te dan – se acabó”. Luego se golpeó el cuello como matando un mosquito.
El cartel del hombre con kipá fue la imagen que “atrajo más atención y crítica” por parte de los musulmanes, según Ronny Naftaniel, vicepresidente ejecutivo del grupo CEJI, una organización judía que promueve la tolerancia en Europa y ex director del CIDI, observatorio judío holandés sobre antisemitismo.
En Maroc.nl, un sitio de noticias y un foro popular entre muchos musulmanes holandeses, un moderador llamó a la campaña el trabajo de “racistas y feministas que … provocan a los musulmanes durante el Ramadán con carteles de un judío besando a una mujer musulmana“.
Para Naftaniel, era más probable que los detractores musulmanes se centraran en la representación de las mujeres musulmanas y menos en el hombre con kipá.
“La crítica de los musulmanes fue que la campaña trata de imponer normas sociales a la minoría musulmana“, dijo Naftaniel. “Y el tema se puede debatir: ¿El mensaje de la campaña es que es bueno que la gente pierda su identidad, se casen en una gran mezcolanza?”
Aunque la campaña no provocó reacciones negativas en los círculos públicos judíos, dijo Naftaniel, “muchos judíos holandeses no quisieran ver a sus hijos casarse con musulmanes, aunque no sienten necesidad de decirlo”.
A pesar de sus dudas sobre la interpretación de la campaña, Naftaniel en última instancia, apoya su mensaje de promover la libertad en la elección de parejas.
“Puedes elegir a alguien de una etnia diferente a la tuya. Pero no estás obligado a hacerlo. La campaña podría haber sido más clara sobre esta distinción”, dijo.
Para Esther Voet, redactora en jefe del semanario judío holandés Nieuw Israelietisch Semanal, “la intensidad de la oposición que generó esta campaña es la mejor prueba de lo necesaria que es”.
Esto demostró que hoy en los Países Bajos, “para muchos musulmanes, ver a un miembro de su propia comunidad besar a un judío es una imagen que cruza una línea, y eso crea resistencia”, dijo a JTA. “Y ese sentimiento es precisamente el corazón de la razón por la que se inició esta campaña en primer lugar”.
Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico
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