Harel sabía que Eichmann debía ser llevado ante la justicia y castigado por sus crímenes; las víctimas de su matanza lo exigieron; la justicia y la moral lo exigían; Pero nadie lo buscaba – ninguna agencia, ni gobierno, ni policía. Hasta que el Mossad se hizo cargo.
DORON GELLER
No iba a ser una tarea fácil. Eichmann, sin duda, vivía bajo una identidad asumida, y tenía amigos dentro y fuera del gobierno argentino. Además, Harel determinó que lo capturaría, pero no lo mataría al estilo de los Vengadores. Iba a llevarlo a Israel y hacerle soportar un juicio ante la gente que tan sanguinariamente trató de aniquilar.
Harel pidió a Ben-Gurion su autorización. Ben-Gurión se la dio. Y así entró en vigor la maquinaria operativa de la búsqueda de Eichmann.
Tenían escasas pistas al principio, pero había pistas. Uno de los supuestos hijos de Eichmann, Nicholas, se había involucrado con una judía argentina, y aparentemente no sabía que era judía, se jactaba del papel de su padre en el asesinato de los judíos de Europa. Había mencionado que habría sido mejor si los nazis hubieran “terminado el trabajo” durante la Segunda Guerra Mundial. Nicholas Eichmann también usó el apellido Eichmann abiertamente a veces.
El Mossad lo siguió. Pero cuando comprobaron la antigua dirección de lo que se supone que era la casa de Eichmann, ya no vivía allí. Esa pista no iba a ningún lado, aparte de aclarar que uno de los hijos de Eichmann estaba efectivamente en Argentina con Adolf Eichmann.
Pero la investigación aún se movía lenta y delicadamente. “Los investigadores no podían arriesgarse al peligro de que su presa se enterara de que lo seguían, y aún más difícil era la necesidad de identificar a su hombre más allá de la más mínima duda“. Lo único peor a perder al verdadero Eichmann sería capturar al equivocado. Pero los investigadores tenían una tarea muy difícil. Eichmann había destruido cuidadosamente todas las pruebas de su identidad anterior. Incluso se había quitado el tatuaje que todos los hombres de las SS tenían debajo de la axila izquierda. Todos los investigadores tenían imágenes borrosas antes de la guerra. No había huellas dactilares disponibles.
A finales de 1959 los israelíes descubrieron que Eichmann se había cambiado de nombre después de la guerra a Ricardo Klement. Estaba de camino a Argentina cuando lo hizo. Al parecer sus hijos a veces todavía usaban su apellido.
Eichmann había dirigido un negocio de lavandería durante un tiempo, que se declaró en quiebra. El equipo del Mossad siguió el rastro del hijo de Eichmann y fue conducido a la calle Garibaldi en la sección San Fernando de Buenos Aires. “Inspeccionaron constantemente la casa, fotografiándola desde todos los ángulos con un teleobjetivo, tomando notas de la carencia de una valla, su puerta de fibra, sus paredes sin revestimiento, observando los hábitos del hombre calvo y con gafas que vivía allí con su familia. Estaban seguros de que debía ser Eichmann.
Pero todavía no tenían la prueba.
El 21 de marzo de 1960, “los agentes obtuvieron sus pruebas”. Esa noche Ricardo Klement bajó del autobús y caminó lentamente hacia su casa, en sus manos había un ramo de flores. Klement dio el ramo a la mujer que lo saludó en la puerta. Sus hijos estaban vestidos para una ocasión especial. Más tarde oyeron el sonido de risas, de la gente en humor de celebración.
El 21 de marzo era la fecha del aniversario de las bodas de plata de Eichmann.
No había más dudas.
Isser Harel decidió ir a Argentina para supervisar personalmente la captura de Eichmann. El equipo del Mossad ideó un plan para “capturar a Eichmann y sacarle de Argentina con documentos falsificados, cada detalle fue elaborado y cada contingencia se planificó para que se hicieran cambios menores de acuerdo con la nueva información proporcionada por el equipo en Argentina, que para entonces observaba cada movimiento de Eichmann.
En mayo de 1960 la Argentina celebraría su 150° año de independencia. Otros agentes israelíes fueron enviados a Argentina en relación a un mayor número de personas que estarían presentes para el aniversario del país. Cada hombre fue escogido a mano por Isser Harel por sus cualidades especiales desarrolladas y probadas durante años de trabajo secreto en inteligencia. Todos habían arriesgado sus vidas en países árabes y otros países. En todos se podía confiar y depender de ellos en tiempos de crisis.
El líder del grupo había demostrado su temple ayudando a inmigrantes judíos ilegales a aterrizar en las costas de Palestina bajo los ojos vigilantes de los británicos. Posteriormente tomó acción directa contra los propios británicos. También había peleado contra merodeadores árabes y había sido herido. Más tarde se unió al Mossad de Harel.
Todos los demás habían sobrevivido a la persecución nazi. La mayoría de ellos había visto a la mayoría si no todas sus familias destruidas en los campos de concentración nazis.
El hombre elegido para atrapar y dominar a Eichmann había perdido a su hermana y a sus tres hijos a manos de los nazis. Finalmente tendría su oportunidad de hacer su parte en vengarlos, en la medida en que pudiera.
Otro miembro del equipo había sido uno de los miembros originales de los “Nokmim” o Vengadores que ya hemos comentado.
Fuente: Jewish Virtual Library – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico
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