La dirección de una piscina en Perchtoldsdorf, a poca distancia de la capital austriaca de Viena se ha visto obligada a colocar señales en las que se indica al público migrante musulmán que no entren en los vestuarios de mujeres, y que no pongan las zarpas sobre las mujeres bañistas. Los carteles presentan el texto en inglés, francés y árabe, no hay traducción al alemán, claramente estas advertencias no están destinadas a los visitantes locales, sino a los migrantes musulmanes. [1]
EDUARD YITZHAK
Las señales están dirigidas a los musulmanes, pues en este país alpino, así como en Alemania, Dinamarca, Suecia y otros países europeos, se han dado numerosos casos de agresiones sexuales en las piscinas, y son musulmanes de todas las edades, hasta impúberes, como los de la banda de niños sirios de tan sólo siete años que fue arrestada por agredir sexualmente a muchachas jóvenes en una piscina en Alemania en octubre de 2016.
Los devotos migrantes musulmanes creen que las mujeres “infieles” son pura indecencia que puede ser poseída y manoseada por los fieles del Islam tal como les adoctrinan sus imanes salafistas.
¿Pero sólo los violadores y agresores sexuales pertenecen al Islam?
No, en absoluto, y como ha afirmado Colette de Troy, coordinadora del Observatorio de la Violencia del Lobby Europeo de Mujeres, ninguna clase cultural o geográfica o de edad está a salvo de la brutalidad doméstica: “La violencia es uniforme y contra lo que se cree no está relacionada con la pobreza, el alcohol o las drogas”. Sólo una minoría de mujeres que sufren violencia de género la denuncian, a lo que se añade que las víctimas encuentran dificultades a la hora de solicitar esa protección, siendo estas muy elevadas en los países musulmanes. [2] En los países musulmanes gobernados por los islamistas se ha impuesto la Sharía y la consideración de que el laicismo es un gobierno ateo, una ateocracia, que está condenada al fracaso. La hermenéutica de los textos del Corán, que los líderes religiosos musulmanes efectúan, y que impregna toda la sociedad musulmana, con pocas y honrosas excepciones, respecto a la mujer, son:
1. Exclusión de género
2. Castigos corporales (mutilaciones y castigos de honor.)
3. Pena de muerte por motivos religiosos
4. Supremacismo del Islam y el predominio del Corán y de la Sharía –ley islámica- en la política.
No pocos políticos y/o “expertos”, políticamente correctos que por ignorancia en algunos casos, -lo que es terrible dada su posición de poder social-, y lo que aún es peor, en la generalidad de aquellos (políticos y “expertos”) por interés en desviar la atención fuera del substrato ideológico religioso coránico en que subyace la discriminación de la mujer en el Islam, erróneamente consideran que la pobreza, la incultura y el retraso social son la causa que justifica el “abrazo” de los países más pobres al islamismo más retrógrado como tabla de salvamento, caso de Sudán, Afganistán o Pakistán. Esto es falso pues los “líderes” en la imposición del islamismo pertenecen a los países más ricos de la zona como Arabia Saudita, República Islámica de Irán, Indonesia y Líbano.
Aunque teóricamente los pocos países “laicos” árabes y/o musulmanes reconocen como derechos de la ciudadanía la igualdad ante la ley, las mujeres siguen discriminadas legalmente. [3]. En la mayoría de países árabes y/o musulmanes declaran que la Sharía es la base ideológica y fundamento en última instancia de las leyes del país que sustentan una extrema discriminación contra la mujer, todo ello legitimizado por el Corán y por los dichos y hechos de Muhammad, los hadices, base de la Sunna.
En el Curso de Mujer en el Mundo Árabe y Musulmán, “De ignorancias y manipulaciones”, editado por Ahmed Hijazi en Mundo Árabe.org [4] afirma: “… Las mujeres lapidadas sufren lo mismo que las encerradas en los burdeles o las expuestas en los escaparates de Ámsterdam, todo representa un crimen contra el mismo género en nombre de la religión o de la libertad del mercado. … Es cierto que las religiones tienen un problema en su visión respecto a la mujer. Siempre la tienen alejada y condenada a ser inferior. … Las tres religiones monoteístas siempre han preferido dar sus banderas a los hombres haciéndoles santos y misioneros para llevar a los “infieles” al camino “recto”. El papel de la mujer en las instituciones religiosas no ha sido más que el resultado del soborno hacia la sociedad de los “creyentes” por parte de la jerarquía patriarcal. No hemos visto en toda la Historia una mujer profeta, una mujer jeque, una mujer cardenal, una Papisa etc. Las santas fueron glorificadas como tales tras su muerte”.
El judaísmo nunca ha hecho proselitismo y nunca ha tenido misioneros ni ha intentado imponer su religión a ningún pueblo. En el judaísmo han existido profetisas, y por ende, el cristianismo las acepta como tales. [5]. En el cristianismo católico la mujer ha sido exaltada en la figura de María, madre de Jesús, que para algunos católicos es corredentora junto a su hijo. [6]
La comparación y equivalencia que hace el autor árabe-musulmán entre el sufrimiento de una mujer lapidada por la aplicación del Corán y de la Sharía, con el que pueda tener una “trabajadora del sexo”, muestra en toda su crudeza la falta de consideración y desprecio a la vida de las mujeres, asesinadas en nombre del Islam. Laura Inés Techaren escribe en Red Feminista que las mujeres musulmanas europeas también están sometidas al “rigor” islámico. [7]
No existe un solo versículo, ni en el Talmud, ni en la Torá [Antiguo Testamento, para los cristianos], ni en el Nuevo Testamento que permita o justifique golpear o ser violento con la esposa, sino todo lo contrario. [8]
El rol de la mujer en el judaísmo es más elevada que la del hombre, pues es ella la que da la judeidad a sus hijos, y no el hombre.
“Un hombre debe amar más a su esposa, por lo menos como a sí mismo; pero debe honrarla más que a sí mismo” (Yebamot 62 b, Sanedrín 76 b). “Un hombre debe comer y beber menos de lo que sus medios le permiten, debe vestir de acuerdo con sus medios y debe honrar a su esposa e hijos (a través de vestidos y vivienda adecuados) con más de lo que sus medios le permiten” (Julín 84 b). “Come y bebe menos y aumenta los ahorros para realzar tu vivienda” (Pesajim 114 a).
En el Cristianismo Pablo, en su Epístola a los Efesios 5:21-33 y a los Colosenses 3:19, ordena a los esposos que deben amar a sus esposas como a sí mismos.
En el Corán no hay ni un solo texto en el que se exija al hombre que ame a su/s esposa/s
No hay ningún texto en el Corán, por pequeño que sea, en que demande u ordene a sus fieles que amen a sus esposas, pero en cambio abundan otro tipo de textos:
En el Islam los hombres están un grado por encima de las mujeres y pueden golpearlas.
Corán 2:228: … pero los hombres están un grado por encima de ellas. Alá es poderoso, sabio.
El marido puede golpear a su esposa sólo si ella no hace lo que él le pide. Los golpes deben cesar si la mujer cumple con las exigencias de su esposo. Golpear debe ser entendido como el último recurso, después de los abusos verbales y el abandono sexual de la mujer.
Corán 4:34: Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos más que a otros y de los bienes que gastan. Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo que Alá manda que cuiden. ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Alá es excelso, grande.
El Corán no habla de que los hombres y las mujeres sean iguales; todo lo contrario: equipara a éstas con una huerta, y exhorta a los hombres a que se sirvan de ellas como estimen oportuno:
Corán 2:223: Vuestras mujeres son campo labrado para vosotros. ¡Venid, pues, a vuestro campo como queráis, haciendo preceder algo para vosotros mismos! ¡Temed a Alá y sabed que Le encontraréis! ¡Y anuncia la buena nueva a los creyentes!
Si la esclava no-musulmana y que ha sido tomada como botín de guerra y deviene concubina persiste en no ser musulmana puede ser castigada:
Corán: 8:12: Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: «Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean. ¡Cortadles el cuello, pegadles en todos los dedos!»
Corán 8:17: No erais vosotros quienes les mataban, era Alá Quien les mataba. Cuando tirabas, no eras tú quien tiraba, era Alá Quien tiraba, para hacer experimentar a los creyentes un favor venido de Él. Alá todo lo oye, todo lo sabe.
Está documentado que el mismo Muhammad golpeó a su esposa favorita (ella proporcionó su propio testimonio). No se sabe cómo trató a sus mujeres menos favorecidas.
Hadiz Bujari 72:715: Una mujer vino a Muhammad y le rogó que su marido cesase de golpearla. Su piel estaba tan gravemente magullada que ella fue descrita como más verde que el velo verde que llevaba puesto. Muhammad no amonestó a su marido, sino que le ordenó a la mujer que regresara a él y se sometiera a sus deseos sexuales.
Hadiz Musulmanes 4:2127: Muhammad golpeó a su esposa favorita, Aisha, en el pecho, una noche, cuando salió de la casa sin su permiso. Aisha narra, “Me golpeó en el pecho, lo que me causó dolor”.
Hadiz Abu Dawud 2141: Iyas bin ‘Abd Allah ibn Abi Dhubab informó sobre el Apóstol de Alá (la paz sea con él) diciendo: No se castigue a las sirvientas, pero cuando Omar llegó al Apóstol de Alá (la paz sea con él) y le dijo: “Las mujeres se han envalentonado contra sus esposos, él (el Profeta –Muhammad-) le dio permiso para golpearlas. Luego vinieron muchas mujeres del entorno de la familia del Apóstol de Alá (la paz sea con él), quejándose de sus maridos. Ellos no son los mejores de entre vosotros”. Al principio, Muhammad prohibió a los hombres que golpearan a sus esposas, pero él anuló esto cuando se le informó que las esposas se envalentonaban ante sus maridos. Los golpes son a veces necesarios para mantener a las mujeres en su lugar.
Hadiz Abu Dawud 2142: El Profeta (la paz sea con él) dijo: A un hombre no se le pedirá que explique por qué golpeó a su esposa.
Hadiz Ishaq 969: Ordena que una mujer casada sea “puesta en una habitación separada y golpeada ligeramente” si ella “actúa de una manera sexual hacia otros”. Según el Hadiz esto puede ser por una ofensa como el hecho de estar a solas con un hombre con quien no está relacionada.
Según la Shari´a -la ley islámica-, un marido puede golpear a su mujer por cualquiera de las siguientes cuatro razones:
– Si ella no pretende ponerse bella para él (es decir, se arregla para ella misma),
– Si ella se niega a satisfacer sus demandas sexuales,
– Si ella sale de la casa sin su permiso o por un “motivo legítimo”
– Si descuida sus deberes religiosos
Cualquiera de estos también es motivo suficiente para el divorcio.
Después de tomar La Meca en el año 630 de la E.C. Muhammad ordenó el asesinato de una joven esclava que había compuesto canciones burlándose de él.
Los apologistas musulmanes dicen que Muhammad ordenó que no fuese perjudicada la mujer, pero la realidad histórica muestra todo lo contrario [9] como en Bujari (59:447), cuando las órdenes de Muhammad fueron que todos los hombres de la tribu de Banu Quraiza debían ser asesinados y las mujeres y niños fueran tomados como esclavos (inmediatamente después de haber asesinado a sus maridos las mujeres fueron obligadas a la esclavitud sexual, lo que no se califica como “daño” en el modelo islámico).
Hay una serie de casos en que el mismo Muhammad asesinó brutalmente a una serie de mujeres. Uno de ellas fue Asma Bint Marwan, una madre de cinco niños, que escribió un poema criticando a los medinenses por haber aceptado como profeta a Muhammad después de que éste hubiera ordenado el asesinato de un hombre de edad avanzada. En este caso, Muhammad sacó el bebé dormido en el pecho de Asma Bint Marwan la apuñaló hasta la muerte.
En los Hadizes son moneda corriente los casos de mujeres lapidadas tras ser en el suelo plantadas y apedreadas por mandato de Muhammad por el delito de inmoralidad sexual. Sin embargo, el profeta del Islam, Muhammad, de hecho animó a sus propios hombres a violar las mujeres capturadas en la batalla (Hadiz Abu Dawud 2150) y no les castigó por haber matado a las mujeres no-musulmanas (como Jalid Ibn Walid hizo en varias ocasiones (Hadiz Ibn Ishaq 838 y 856). [10]
La violación es prácticamente imposible de denunciar, pues requiere el testimonio de cuatro hombres musulmanes, que en caso de no tenerlos, la mujer violada es considerada fornicadora, si es soltera, o adúltera. En caso de ser mujer casada, se la castiga con la pena de muerte, y a la soltera con 80 azotes.
Corán 24:4: A quienes difamen a las mujeres honestas sin poder presentar cuatro testigos, flageladles con ochenta azotes y nunca más aceptéis su testimonio. Ésos son los perversos.
Esto ciertamente no significa que todos los musulmanes golpeen a sus esposas, sólo que el Islam sí que les permite pegarles.
Los musulmanes sólo pueden toma cuatro esposas como máximo, y Muhammad es el único que puede tomar las que quiera:
Corán 4:3: Si teméis no ser equitativos con los huérfanos, entonces, casaos con las mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero, si teméis no obrar con justicia, entonces con una sola o con vuestras esclavas. Así, evitaréis mejor el obrar mal.
Corán 33:50: ¡Profeta! Hemos declarado lícitas para ti a tus esposas, a las que has dado dote, a las esclavas que Alá te ha dado como botín de guerra, a las hijas de tu tío y tías paternos y de tu tío y tías maternos que han emigrado contigo y a toda mujer creyente, si se ofrece al Profeta y el Profeta quiere casarse con ella. Es un privilegio tuyo, no de los otros creyentes -ya sabemos lo que hemos impuesto a estos últimos con respecto a sus esposas y esclavas, para que no tengas reparo. Alá es indulgente, misericordioso.
El Corán cita el placer sexual sólo del hombre como recompensa divina en la eternidad en la que la mujer recibe un rol pasivo y de sumisión absoluta.
En el paraíso de Alá los hombres podrán disfrutar cada uno de sus 72 huríes, vírgenes de ojazos negros.
Corán 43:69-70: Los que creísteis en Nuestros signos y os sometisteis a Alá, ¡entrad en el Jardín junto con vuestras esposas, para ser regocijados!
Corán 44:54: Así será. Y les daremos por esposas a huríes de grandes ojos.
Corán 52:20: Reclinados en lechos alineados. Y les daremos por esposas a huríes de grandes ojos.
Corán 78: 31-33: “En cambio, a los temerosos de Alá se les deparará el éxito: vergeles y viñedos, de turgentes senos, de una misma edad”
Corán 44: 51-55: “Los que teman a Alá estarán, en cambio, en lugar seguro, entre jardines y fuentes, vestidos de satén y de brocado, unos enfrente de otros. Así será. Y les daremos por esposas a huríes de grandes ojos. Pedirán allí en seguridad, toda clase de frutas”.
Corán 37: 40-48: “En cambio, los siervos escogidos de Alá tendrán un sustento conocido: fruta. Y serán honrados en los Jardines de la Delicia, en lechos, unos enfrente de otros, haciéndose circular entre ellos una copa de agua viva, clara, delicia de los bebedores, que no aturdirá ni se agotará. Tendrán a las de recatado mirar, de grandes ojos”
Mishkat al-Masabih 4: 42:24 Sunan al-Tirmidhi 2536: “El Santo Profeta (Muhammad) dijo: Al creyente le será dada una tremenda potencia en el Paraíso para hacer el coito. Esto fue cuestionado: Oh Profeta de Alá puede hacer él (Alá) esto. Él (Muhammad) dijo: Alá le dará la potencia de cien personas”
Corán 55: 56-57: “Estarán en ellos las de recatado mirar, no tocadas hasta entonces por hombre ni genio, ¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?”
Corán 55: 70-77: “En ellos habrá buenas, bellas, -¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis? huríes, retiradas en los pabellones, -¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?- no tocadas hasta entonces por hombre ni genio. ¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis? Reclinados en cojines verdes y bellas alfombras. ¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?”
“El número de vírgenes en el Paraíso por varón musulmán oscila de 2 a 72”
(Sahih Bujari 4:54:476 Al-Tirmidhi 2562)
El hadiz Tirmidih afirma un mínimo de 72 esposas en el séptimo cielo, quizás para los musulmanes no muy devotos.
Al-Tirmidhi 2562, 2687: Muhammad dijo: “La mínima recompensa para la gente en el Paraíso es 86.000 sirvientes y 72 huríes”
En los hadices, Muhammad va un paso más lejos y amplia la promesa de vírgenes a incluir sexo libre allí donde no hay límite del número de compañeras sexuales.
Mujeres y jovencitos están expuestos como si fueran frutas en un mercado, donde se puede elegir lo deseado.
Al Hadiz, volumen 4, página 172, número 34: “Ali informó que el apóstol de Alá dijo: En el Paraíso hay un mercado donde ni se compra ni se vende, pero se compone de hombres y mujeres y cuando un hombre desea unas hermosas vírgenes, el hará el coito con ellas.”
Las teorías que sirven de justificación para denigrar a la mujer, ¿son mal interpretaciones o son la auténtica interpretación del Islam?
El Islam no es una religión centralizada y gobernada por una jerarquía suprema que canonice o legitimice la correcta” interpretación de los textos coránicos, y desautorice la heterodoxia como tal.
En Occidente los apologistas –y colaboracionistas- del Islam intentan presentar la “cara más amable” del Islam, sirviéndose de la ausencia de una máxima jerarquía para evitar las críticas de los que discrepan o disienten del Islam, del Corán y de la Sharía.
Ellos creen que con lo anterior pueden descalificar las posturas que toman los regimenes islámicos, desagradables y de difícil o imposible aceptación en el mundo no-musulmán, afirmando que tales enfoques son malinterpretaciones o desviaciones del “auténtico” y “genuino” Islam.
Estos apologistas del Islam faltan a la verdad con pleno conocimiento en cuanto consideran que hay un Islam “auténtico” e ideal, y uno real, que a su vez es una malinterpretación del primero. Ellos saben que el mismo Islam afirma que no pretende ser una teología, sino una forma de vida particular y colectiva, y que las leyes que emanan del Corán y de la tradición rijan la vida política.
La Historia del pensamiento muestra que cualquier teoría o ideología sobre la realidad, sólo es válida cuando se aplica en dicha realidad y la trasforma. Y es en dicha aplicación que puede ser juzgada, aceptada o rechazada.
El platónico mundo ideal del Islam sólo está en las mentes, si es que lo está, de estos panegiristas y aduladores.
Estos defensores y mercenarios apologistas occidentales que pretenden “conocer” el “auténtico” Islam y que afirman que el “auténtico” Islam defiende la igualdad de género y que eleva a la mujer, no han refutado en ninguna universidad musulmana las discrepantes “malinterpretaciones” de los jeques, qadís, mulás, imanes, o ayatolás que justifican coránicamente pegar a la/s esposa/s, ni han defendido sus postulados, ni lo han intentado, y saben que en Arabia Saudita o en Irán serían acusados de pervertir el Islam.
Y las féminas apologistas y mercenarias del Islam saben que si “predicasen” su particular punto de vista sobre el Islam en algunas tierras musulmanas serían ellas mismas “elevadas” en la soga de una horca.
Cuando se critica la horrible situación de la mujer en el mundo musulmán y su sufrimiento, estos apologistas y mercenarios del Islam se justifican señalando que la violencia de género es pre-islámica y que el Islam intenta resolver esta situación, pero obvian que es el mismo Corán el que insta a los hombres a golpear a sus esposas cuando les desobedezcan:
Corán 4:34: Los hombres son responsables del cuidado de las mujeres en virtud de lo que Dios les ha concedido en mayor abundancia a ellos que a ellas, y de lo que ellos gastan de sus bienes. Y las mujeres virtuosas son las verdaderamente devotas, que guardan la intimidad que Alá ha ordenado que se guarde. Pero a aquellas cuya animadversión temáis, amonestadlas primero; luego dejadlas solas en el lecho; luego pegadles. Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Alá es excelso, grande.
Nada de esto es cultural, ni estamos ante artilugio histórico alguno. Los malos tratos están legitimizados por el mismo Corán y santificados por Alá.
No hay más Islam que el que podemos ver en los países musulmanes. Y es a este Islam al que hay que juzgar.
El deber de juzgar al Islam
No sólo se puede juzgar al Islam, sino que se le tiene que juzgar, ya que el Islam se considera facultado para juzgar el comportamiento de toda la humanidad y se cree investido del poder divino de premiar y castigar a los humanos en función de su conducta, juzgando lo que es válido y ético y lo que es inmoral. El mismo Islam pretende ser la ley moral emanada de la misma divinidad, por lo que no ha de temer ser juzgado.
El Islam se considera a si mismo como la única, exclusiva y verdadera religión que procede de la divinidad, y que el resto de religiones e ideologías son desviaciones, invenciones humanas, por lo que su valor es nulo frente a aquel.
Existen fundamentos empíricos y analíticos para juzgar al Islam por la legitimización que concede en nombre de Alá a la violencia de sus fieles contra sus esposas y contra el resto de la humanidad.
El supremacismo islamista emana del mismo Corán [11]
Corán 2:120: Ni los judíos ni los cristianos estarán satisfechos de ti mientras no sigas su religión. Di: «La dirección de Alá es la Dirección». Ciertamente, si sigues sus pasiones después e haber sabido tú lo que has sabido, no tendrás amigo ni auxiliar frente a Alá.
Corán 33:40: Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros varones, sino el Enviado de Alá y el sello de los profetas. Alá es omnisciente.
Corán 34:28: No te hemos enviado a ti (Oh Muhammad), sino como un universal (mensajero), para el hombre, dándole buenas ordenes y advirtiéndoles (sobre el pecado), pero la mayoría de los hombres no entienden.
Corán 3:31: Alá es todo perdonador, el más Compasivo.» Di (Oh Muhammad): «Obedezcan a Alá y al Mensajero (Muhammad).» «Pero si dan la espalda, entonces a Allá no le gustan los no creyentes.
Corán 4:170: ¡Oh humanidad! De verdad, ha venido a ustedes el Mensajero (Muhammad), con la verdad de su Rabb (sostenedor). Entonces, crean en él, es lo mejor para ustedes. Pero si son incrédulos, entonces a Alá le pertenecen todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. Y Alá es el Todo Conocedor, El Más Sabio.»
Corán 47:33: ¡Oh tú que crees! Obedece a Alá y obedece al Mensajero (Muhammad), y no rindas en vano tus actos.»
Corán 4:80: Aquel que obedece al Mensajero (Muhammad), en efecto ha obedecido a Alá, pero aquel que es incrédulo, entonces no lo hemos enviado (Muhammad) a ustedes como un monitor sobre ellos.»
Corán 61:9: Él es Quien ha mandado a Su Enviado [Muhammad] con la Dirección y con la religión verdadera para que prevalezca sobre toda otra religión, a despecho de los asociadores [los cristianos trinitarios por asociar Alá con Jesús].
La absurda defensa de los apologistas del Islam
Los defensores y mercenarios apologistas occidentales que pretenden “conocer” el “auténtico” Islam no han estudiado nunca en una madrassa, ni en una escuela religiosa musulmana, ni en una “universidad” musulmana. Y simultáneamente descalifican como malinterpretaciones del Islam aquello que es considerado como correcto desde la perspectiva islámica en todo el mundo musulmán
Estos defensores y mercenarios apologistas occidentales que dicen “conocer” el “auténtico” Islam se creen singulares y poseedores en exclusiva del privilegio de discernir que interpretación del Islam es correcta y cual no.
Lo aplicación política, jurídica-legal y social del Islam en la vida de los diversos países que se adhieren al Islam, a la Sharía y al Corán es lo que nos permite criticar las bases ideológicas interpretadas por aquellos que son considerados como sus fieles más devotos y creyentes más fervientes. Dicho substrato ideológico-religioso es el que alimenta la estructura ético-legal que rige en dichos países.
No todos los musulmanes golpeen a sus esposas, sólo que el Islam si que les permite pegarlas, y de ahí procede la legitmización social del mal trato que se da a las mujeres en las tierras del Islam.
Mientras los líderes de opinión y gobernantes no analicen el fundamento religioso de la misoginia de estos “nuevos” europeos, y desvíen la mirada hacia el vacío cósmico, no erradicarán en absoluto las agresiones contra las mujeres, como está ocurriendo en Suecia, país que hasta hace unas décadas estaba en la vanguardia de la igualdad de genero y libertad sexual y ahora es considerada como la capital de las violaciones en Occidente. [12]
Si los políticos y líderes de opinión occidentales en general y europeos en particular buscan verdaderamente la igualdad de género y libertad tienen que combatir las creencias religiosas de aquellos que sustentan religiosamente el odio hacia el “infiel”, que discrimina a la mujer y la considera “campo labrado” del macho, que predica la judeofobia, que anima a la destrucción de Israel y de los valores judeo-cristianos.
En caso contrario, se reemplazará la libertad por el totalitarismo islámico, la igualdad en la absoluta discriminación, la solidaridad en brutal persecución de las minorías.
NOTAS
[2] Ameco Press. Información para la Igualdad. El estatus de las mujeres musulmanas es retrógrado en casi todos los países árabes. 8 de marzo de 2008 https://www.amecopress.net/spip.php?article1263
[3] En algunos países cercanos a España, como los países del Magreb los códigos de familia exigen a las mujeres un tutor para casarse, no pueden oponerse a los matrimonios convenidos y sólo pueden divorciarse en casos extremos y con la connivencia de sus maridos, y no pueden viajar sin permiso del conyugue, disponer de sus propiedades sin autorización de padre, marido o tutor, no les dan la patria potestad ni pueden dejar herencia a sus propios hijos.
[4] MUNDO ARABE.ORG https://www.mundoarabe.org/mujer.htm
[5] Sara, Miriam, Débora y Juldá (quien profetizó a las mujeres en los tiempos en que Jeremías profetizó a los hombres), que son específicamente llamadas nivi’ah en el texto bíblico, y Hannah, Abigail (la esposa del Rey David) y Esther. https://www.tora.org.ar/contenido.asp?idcontenido=548 https://www.cis.cl/articulos/mujeres_profetas.htm
[6] https://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=5969
[7] El auge del islamismo extremista en Francia pone en jaque los derechos obtenidos por las mujeres en los últimos años.
En los suburbios de Francia, las mujeres de origen musulmán son obligadas por los hombres de la familia a llevar velo. Experimentan violencia sexual y poligamia. Y de este modo, las generaciones venideras, se encuentran frente a la reproducción del poder machista en los guetos.
Según el diario de español El País, “más allá de las fachadas elegantes de París y otros grandes núcleos urbanos, se despliega un mundo de guetos, donde la vida es difícil para la mayoría de los habitantes, particularmente si son mujeres: un clima de violencia sexual y de acosos responde a la reconstrucción del poder machista, favorecido por la tradición patriarcal de las familias de inmigrantes y potenciado por la instalación del islamismo extremista, que cuestiona todos los avances de la condición femenina.”(Diario El País, 31/12/05)
Estas situaciones de eterno conflicto y violencia se deben, entre otras cosas, a que por lo general, las culturas que ingresan en otras culturas como producto de los movimientos migratorios intentan intervenir de forma extrema en la cultura originaria. Es decir, los musulmanes que hoy forman parte de la sociedad francesa pretenden imponer sus usos y costumbres sin importar que casa sociedad tiene su propia idiosincrasia. Pretenden penetrar con su cultura obviando legislación y derechos adquiridos.
De un tiempo a estar parte, las chicas que habitan esos barrios se han dado cuenta que la única salida al caos patriarcal impuesto por la ortodoxia de los musulmanes es la escuela. Sin embargo, las jóvenes han terminado por creer menos que su mayores que la educación sea una posible vía de emancipación. Hasta aquí llega el poder de los hombres musulmanes.
Con respecto a esto, según un grupo de investigadores sociales las cifras son alarmantes: “Entre los jóvenes de origen magrebí, el 27% de las chicas abandonan la escolaridad obligatoria sin haber logrado diplomarse, frente a nada menos que un 42% de varones. Sólo un 20% de mujeres de origen magrebí cursan estudios superiores, frente a un 34% de chicas procedentes de otros países europeos y un 44% de mujeres de origen francés.”(Diario El País, 31/12/05) https://www.redfeminista.org/noticia.asp?id=4489
[8] EN EL JUDAÍSMO
En el Cantar de los Cantares [Shir HaShirim], los sabios de Israel ven una alegoría sobre el amor entre la congregación de Israel y D-s. https://www.torahenfamilia.com/index2.asp?vart=527 Dijo Rabí Akiva: “Todas las escrituras son santas (Kodesh), pero Shir Hashirim, es santísimo (Kodesh Kodashim)” (Masejet Iadaim 3:5) Dios alaba y ama a Israel como el esposo debe alabar y amar a su esposa. Eres bella en el hogar, eres bella en el techo como está escrito en Devarim 22: “Eres bella en este mundo, eres bella en el mundo venidero, eres bella mi amada”.
Estas comparaciones de amor entre la congregación de Israel y el Santo bendito, como los del esposo con su amada esposa, hacen a este libro santísimo (Kodesh Kodashim)
La Torá califica de (Rashá) perverso e impío al que levanta la mano para golpear a su prójimo (aun si no le golpeó) (Midrash Rabá, Bamidbar 18:10, y Éxodo 2:13)
“Todo hogar en el cual reina la paz es querido del cielo”. (Avot de Rabí Natán, cap. 28). “La discordia en el hogar acaba por destruir el hogar”. (Derej Erets Zota 9)
Rabi Hayim Halevy Donin, en El Ser Judío. Guía para la observancia del judaísmo en la vida contemporánea. Rabi Hayim Halevy Donin. Segunda Edición 1988. Organización Sionista Mundial. Departamento de Educación y Cultura Religiosa para la Diáspora. Jerusalem 5748 (1988). Relaciones entre marido y mujer. Páginas 142-145, recuerda los textos del Talmud y la Torá que dicen: La tranquilidad del hogar (Shalom Bayit), donde reinen la armonía y la buena voluntad entre marido y mujer, debe ser el valor supremo, la principal preocupación y objetivo de toda pareja. Todo aquello que conduce al Shalom Bayit posee mérito. Palabras o acciones que tienden a destruir esa paz y armonía del hogar, introduciendo sospechas, cólera o resentimiento, no tienen ningún mérito, aún si las palabras o las emociones expresadas pueden describirse como “honestas”, o “verdaderas” o de “autorrealización”.
De acuerdo con el precepto bíblico, un esposo es responsable por el alimento, el vestido y los derechos conyugales con su esposa (Éxodo 21:10). Este precepto nos enseña que es de la responsabilidad del marido satisfacer las necesidades físicas de su mujer.
Un hombre nunca debe forzar a su esposa en contra de su voluntad. Por el contrario, las relaciones conyugales deben llevarse a cabo siempre con el consentimiento pleno de la mujer.
Si existe un sentimiento de odio –de él hacia ella, o de ella hacia él, aún si se desea la unión física en sí, ésta debe evitarse. Si existe cólera entre un marido y su mujer, está prohibido realizar el acto conyugal hasta que la cólera desaparezca y palabras tiernas reemplacen a las acerbas.
Una mujer nunca debe demorar deliberadamente su inmersión en la mikvé, o hacerse de otra manera inaccesible a su esposo, solamente con el propósito de molestarle o enfadarle.
Utilizar el acto conyugal como un arma contra su propio compañero, como un medio de castigarle, o como un medio para lograr sus propósitos, o como un medio para lograr sus propósitos en otros asuntos, es una ofensa muy seria en las relaciones entre marido y mujer.
Los sabios [del judaísmo] también previenen que un hombre debe ser sumamente cuidadoso para no ofender a su mujer y no herirla con sus palabras. Esto se aplica cuando las palabras entre ellos se dicen en privado. Puede imaginarse cuanto más grande será la severidad del daño y el pecado cometido cuando tales ofensas o críticas sean pronunciadas delante de otros.
“Un hombre debe amar más a su esposa, por lo menos como a sí mismo; pero debe honrarla más que a sí mismo” (Yebamot 62 b, Sanedrín 76 b).
“Un hombre debe comer y beber menos de los que sus medios le permiten, debe vestir de acuerdo con sus medios y debe honrar a su esposa e hijos (a través de vestidos y vivienda adecuados) con más de lo que sus medios le permiten” (Julín 84 b). “Come y bebe menos y aumenta los ahorros para realzar tu vivienda” (Pesajim 114 a).
“En los asuntos del hogar y en la alimentación y vestido de sus hijos e hijas, un hombre debe seguir el consejo de su esposa, ya que como resultado de ello, la paz y la armonía reinarán en su hogar” (Baba Metziá 59 a). Nuestros sabios dicen: “Un hombre debe alabar siempre a su esposa por el bien de la armonía conyugal” (Midrash Yelamdenu).
“Mujer virtuosa, ¿Quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas” (Proverbios 31:10). “¿Quién es rico?” Rabi Akiva dice: “Aquel que tiene una esposa cuyas maneras son agradables” (Shabat 25 b)
“La ira en un hogar es como un gusano entre semillas de sésamo” (Sotá 3). “Debido a que las semillas de sésamo son tan pequeñas que cuando un gusano arruina algunas, todas deben ser descartadas porque es imposible separar las semillas buenas de aquellas comidas por los gusanos” (Pesajim 66)
“Por la ira el sabio puede perder su sabiduría” (Pesajim 66). Pero si la ira pasa, es mejor estar enojado y luego arrepentirse, con las debidas disculpas y humildad, que tratar de justificar la ira insistiendo en que era justificada. Una persona debe aprender a escuchar con paciencia y atención los deseos y exigencias o argumentos de una esposa e hijos antes de responder, de manera que la respuesta sea considerada y apropiada, y no precipitada o irreflexiva.
La Mishná dice en el Tratado de Abot: “¿Quién es respetado? Quien respeta a la gente”… “A quien Me respeta, respetaré” Levítico 19:18: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo. “Lo que odias para ti no lo hagas a tu prójimo” Talmud, (Babá Metsiá 62)
Está prohibido humillar a su prójimo, (y por ende aún más a su propia esposa), ya sea con palabras o con acciones, y cuanto más en público. “El que hace palidecer a su prójimo en público no tendrá parte en el mundo futuro”. Pirké Avot cap. 4
Los sabios del judaísmo comentan acerca del versículo del Génesis 2:22: “Vayíben Ado–nay Elo–him et-hatsela asher-lakach min-ha’adam le’ishah vayevi’eha el-ha’adam” (E hizo el Eterno Di-s de la costilla que había tomado del hombre, una mujer, y la dio al hombre) que “Vayíben” significa “Y construyó” puede también deriva de la raíz “Biná”, que quiere decir entendimiento, comprensión. Por lo que [los sabios del judaísmo] concluyen que la mujer fue agraciada en el momento de su creación con un entendimiento superior al del hombre.
En la Torá está escrito que el mismo Dios de le ordena al patriarca Abraham: “Acerca de todo aquello que te dijere Sará haz caso a su palabra…” (Génesis 21:12)
¿Quién es judío?, el que nace de madre judía o quien se convierte al judaísmo.
De acuerdo con la legislación judía, judío es aquel que: a) es hijo de madre judía (ley que deriva del pasaje de Deuteronomio 7:1-5:) o b) aquella persona que se convierte formalmente al judaísmo bajo la supervisión halájica de un reconocido Bet Din (corte judía) presidida por tres dayanim (jueces). Este proceso de conversión está desarrollado en textos legales judíos tales como el Talmud, el Shulján Aruj y las interpretaciones de la ortodoxia rabínica.
En cuanto a la pérdida del judaísmo, acorde con la ley judía (Halajá), no existe modo de perder el judaísmo. Quién nace judío o se convierte no pierde su condición de judío incluso después de cometer uno de los tres peores pecados: paganismo, asesinato o aberraciones sexuales.
En el judaísmo la pertenencia a la comunidad se adquiere por la madre. Por lo que la esposa adquiere un rango y estatus elevadísimo, pues es la que dará a los hijos del marido la judeidad.
El Talmud y la Torá están repletos de citas en las que se hace hincapié en el honor de la mujer y en el respeto que le debe su esposo, y viceversa. En El Matrimonio, una misión. Guía para la vida matrimonial. Sima Bazri. Edición Jerusalem 2001 podemos leer:
“Y la trajo Isaac a la tienda de Sará, su madre, y tomó a Rebeca para que fuera su mujer y la amó…” (Génesis 24:63)
“Sobre quien ama a su esposa como a su propio cuerpo y la honra más que a su mismo ser, es lo que dice el versículo… y sabe que en tu casa reinará la paz”
“El marido ha de honrar siempre a su esposa pues la bendición sólo reside en el hogar gracias a la mujer” (Talmud, Babá Metsiá 59 a). “Por siempre sea el hombre cuidadoso del respeto de su mujer” (Babá Metziá 19-1) Por siempre, es decir, en toda situación y bajo cualquier circunstancia.
La Braitá en Iebamot dice: “Como nos enseñaron nuestros sabios: Quien ama a su mujer como a su cuerpo, y la respeta más que a su cuerpo y quien conduce a sus hijos y a sus hijas en el camino recto… sobre él dice es escrito: Y sabe que la paz reinará en tu hogar” (Job 5)
Dijo Rabí Helbo: “Por siempre sea el hombre cuidadoso del honor de su mujer, pues la bendición llega a su hogar gracias a su mujer. Y así aconsejó Rabá a los habitantes de Mahoza, su ciudad: Respetad a vuestras esposas y os enriqueceréis” (Babá Metziá)
En el judaísmo no sólo está total y absolutamente prohibido al marido el maltrato físico de su esposa, sino que también está totalmente prohibido el maltrato psicológico:
“Por siempre sea el hombre cuidadoso de no maltratar a su mujer, pues por ser su lágrima frecuente, muy pronto se siente maltratada” (Babá Metziá 59) Por siempre, es decir, aun cuando la mujer hubiera hecho sufrir a su marido, éste debe cuidarse de no hacerle lo mismo a ella. Y recordemos que quien enunció estas palabras fue un sabio cuya mujer lo maltrataba constantemente (Iebamot 63)
En el Zohar está escrito que el sufrimiento de la mujer se une a la Providencia. Los sabios del judaísmo dijeron: “A la mujer, su marido la alegra” (Kidushin 34), es decir que al hombre se le ordenó actuar con suma inteligencia, a fin de traer paz y alegría al hogar, y no esperar a que su mujer lo haga, pues ella es quien recibe y no quien da.
El consejo que Dios da al hombre -en boca de Salomón- en Kohelet [Eclesiastés] 9:9 Goza de la vida, con la mujer que amas, todos los días de tu vana vida, que Dios te ha dado debajo del sol; porque ésta es la porción de tu vida y del duro trabajo con que te afanas debajo del sol.
El Divorcio –Guet- En El Ser Judío. Guía para la observancia del judaísmo en la vida contemporánea. Rabi Hayim Halevy Donin. Segunda Edición 1988.Organización Sionista Mundial. Departamento de Educación y Cultura Religiosa para la Diáspora. Jerusalem 5748 (1988). El Divorcio. Páginas 146-147, leemos: Cuando a pesar de todos los esfuerzos para mantener la paz del hogar y la armonía en las relaciones entre marido y mujer, la amargura, disputas continuas, y las llamas de la disensión prevalecen, es mejor que la pareja se separe y no sigan viviendo juntos. En estas circunstancias, la Torá permite que los lazos del matrimonio se disuelvan por medio del divorcio.
La ley que permite el divorcio se basa en preceptos bíblicos. El procedimiento está estrictamente regido por la Halajá. El término hebreo para el divorcio es guet. Un matrimonio religioso consagrado “de acuerdo con la Ley de Moisés e Israel” sólo puede ser separado también “de acuerdo con la
Ley de Moisés y de Israel”. … Sin un guet, el estado matrimoniadle una pareja permanece válido.
Si el divorcio es la única solución para la infelicidad de una pareja, debe ser entonces un divorcio completo, un guet, llevado a cabo en una forma adecuada y reconcomio frente a Dios bajo los preceptos de la fe bajo los cuales se consagró primeramente el matrimonio.
Aunque la Torá permite el divorcio y estipula que pueda realizarse cuando la causa es la simple incompatibilidad entre los cónyuges, nunca debe ser llevado a cabo en forma arbitraria o apresurada, sino únicamente cuando ha desaparecido toda esperanza de reconciliación y continúan prevaleciendo disputas y amarguras. “Entonces, la ley del divorcio está dada para la tranquilidad de la persona y la unidad de la familia. Aquellos que se divorcian cuando es necesario, traen el bien sobre ellos, no el mal” (A. E. Kitov)
Aún así, la tragedia humana, inherente a cualquier divorcio, especialmente cuando deben tomarse en consideración los niños, no puede ser descrita en forma más gráfica y patética que por la sentencia talmúdica que dice que cuando tiene lugar un divorcio “hasta el altar de Di-os derrama lágrimas”.
EN EL CRISTIANISMO
La Epístola del apóstol Pablo a Efesios 5:21-33:”y sometiéndoos unos a otros en el temor de Cristo. Las casadas estén sujetas a sus propios esposos como al Señor, porque el esposo es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él mismo es salvador de su cuerpo. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, de igual manera las esposas lo estén a sus esposos en todo.
Esposos, amad a vuestras esposas, así como también Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, a fin de santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra, para presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que sea santa y sin falta. De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propio cuerpo; más bien, lo sustenta y lo cuida, tal como Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. Grande es este misterio, pero lo digo respecto de Cristo y de la iglesia. Por tanto, cada uno de vosotros ame a su esposa como a sí mismo, y la esposa respete a su esposo”.
La Epístola del apóstol Pablo a los Colosenses 3:19: “Esposos, amad a vuestras esposas y no seáis ásperos con ellas”.
[10] https://www.thereligionofpeace.com/Quran/003-wife-beating.htm
[11] El Dr. Norlain Dindang Mababaya ha escrito sobre Muhammad en IQNA -Iranian Quran News Agency- (Agencia de Noticias Coránicas de Irán) que El profeta Muhammad (BP): El Mensajero de Dios para toda la humanidad.
https://www.iqna.ir/es/news_detail.php?ProdID=231930
[12] Suecia: Capital de violaciones en occidente. Por Ingrid Carlqvist y Lars Hedegaard. 14 de Febrero de 2015 https://es.gatestoneinstitute.org/5379/suecia-violaciones
Taharrush jamá´i. por Eduard Yitzhak, 18 de febrero de 2016 GEES https://www.gees.org/articulos/taharrush-jamai
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