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jueves 21 de noviembre de 2024

La verdadera Mezquita Al Aqsa no está en Jerusalén

Enlace Judío México.- Las calumnias musulmanas acerca de Jerusalén y la Mezquita Al Aqsa han revelado y demostrado ser mentiras a través de la divulgación de fuentes originales.

DR. MORDECHAI KEDAR

Un conocido proverbio dice que “los mentirosos necesitan tener buena memoria”. El razonamiento es claro: un mentiroso necesita recordar sus propias mentiras y a quién él las dijo para evitar contradecirse a sí mismo y revelar su mendacidad. Esta regla se aplica también a cuestiones importantes. Jerusalén, por ejemplo, cuya santidad para los musulmanes suníes se basa en una interpretación tardía y política de un versículo coránico, mientras que para los musulmanes chiíes es sólo la tercera ciudad más sagrada, considerada por debajo de La Meca y Medina (hoy la ciudad de Najaf en el sur de Irak) .

Las primeras fuentes islámicas afirman que la “Mezquita Al Aqsa”, que se menciona sólo una vez en el Corán, era una de las dos mezquitas situadas cerca de Ji’irrana, una aldea situada entre La Meca y Taaf en la Península de Arabia (ahora Saudi Arabia) Una de las mezquitas fue llamada “al-Masjid al-Adna”, que significa “la mezquita más cercana” y la otra “al-Masjid al-Aqsa”, la “mezquita más alejada”. Cuando el Corán se refiere a la mezquita de Al Aqsa mientras cuenta el mito del viaje nocturno del Profeta Muhammad desde la “mezquita sagrada” de La Meca a Al Aqsa, esto significa, la “mezquita más alejada”, se está refiriendo a la mezquita de Ji ‘ Irrana.

En 682 D.C, cincuenta años después de la muerte de Mahoma, Abdullah Ibn al-Zubayr, el hombre duro de La Meca, se rebeló contra los omeyas que gobernaban Damasco y no les permitió cumplir con el Haj en La Meca. Puesto que la peregrinación de Haj es uno de los cinco mandamientos islámicos básicos, se vieron obligados a elegir Jerusalén como su alternativa para un lugar de peregrinación. Para justificar la elección de Jerusalén, los omeyas reescribieron la historia contada en el Corán, trasladando la mezquita al Aqsa a Jerusalén, y añadiendo, como buena medida, el mito del viaje nocturno de Mahoma a Al Aqsa. Esta es la razón por la que los sunitas ahora consideran a Jerusalén su tercera ciudad más santa.

El Islam chiíta, perseguido sin misericordia por el califato Umayya, no aceptó la mentira de la sacralidad de Jerusalén, razón por la cual la segunda ciudad más sagrada de los chiitas es Najif en Irak, el lugar del sepelio del fundador chiíta Ali bin Abi Talib. Muchos de los ancianos chiíes, iraníes y de Hezbolá, solo comenzaron a llamar a Jerusalén santa después de la rebelión de Khomeni en 1979 para evitar que los sunitas los acusaran de ser blandos con el sionismo.

La primera mentira, en ese caso, es la afirmación falsa de que la “mezquita más alejada” está en Jerusalén.

Más mentiras se agregaron a la primera, la principal prevaricación es la ubicación exacta de esta mezquita llamada Al Aqsa, que hasta no hace mucho tiempo, era el edificio de la cúpula de plata en el extremo sur del Monte del Templo.

Toda la zona del Monte del Templo se conoce como al-Haram al-Sharif – “el sitio santo y noble” – pero un cambio se produjo después de la Guerra de los Seis Días, cuando las voces judías pudieron ser escuchadas, particularmente la del Rabino Principal de Haifa, Rav She’er Yashuv HaCohen, pidiendo el establecimiento de una sinagoga en el Monte. Inmediatamente después de la guerra, el jefe de las FDI, el rabino Shlomo Goren, también dijo que quería celebrar actos religiosos en el Monte del Templo. Se pensaba que los musulmanes no se opondrían, ya que al Aqsa estaba en el extremo sur del recinto y la sinagoga no estaría cerca.

Como resultado, sin embargo, los musulmanes decidieron anunciar que al Aqsa mencionada en el Corán se refiere no sólo a la mezquita en el extremo sur del recinto, sino que es el nombre de toda la zona del Monte del Templo, abandonando el nombre original -Haram al-Sharif. Mi colega, el profesor Yitzchak Reiter, discute extensamente este tema en su libro “De la Meca a Jerusalén y atrás”, 2005. El cambio de nombre del Monte del Templo es claramente una mentira, con dos documentos, uno conocido y otro menos conocido, revelando la verdad.

La fuente más conocida es un folleto preparado en 1924 por nada menos que el Mufti Haj Amin el Husayni, que fue abiertamente antisemita (y más tarde amigo de Hitler) y que se reimprimió muchas veces en los años posteriores a su primera publicación. El Dr. Daniel Tassel, de Lexington, Massachusetts, me dio un ejemplar original impreso en 1930, por lo cual le agradezco mucho su generosidad. El título del folleto es “Una breve guía a al-Haram al-Sharif – Jerusalén”. Tenga en cuenta que el área no es llamada al Aqsa. La mezquita al Aqsa aparece como un capítulo en el folleto, después del capítulo sobre la Cúpula de la Roca, la estructura de la cúpula dorada en el centro del recinto. Está claro que para Haj Amin al-Husayni, el Mufti de Jerusalén, la mezquita al Aqsa es simplemente el edificio en el extremo sur del recinto, porque eso es lo que es.

El menos conocido de los dos documentos es uno fotocopiado recientemente en la casa de mi amigo Chaim Steinberger en Nueva York. Chaim tiene una gran colección de mapas de la Tierra de Israel y me mostró un mapa turístico jordano ordinario de Jerusalén que fue ejecutado en 1965, dos años antes de la Guerra de los Seis Días de 1967. En ese momento, Jerusalén Oriental todavía estaba ilegalmente ocupada por el Reino Hachemita de Jordania, mientras que el mundo entero guardó silencio y no pronunció una palabra contra esta ocupación totalmente ilegal. El mapa fue dibujado por un jordano llamado Abd al-Rahman Rassas que trabajó como un topógrafo oficial y fue autorizado por la Autoridad Hashemita de Turismo de Jordania. El mapa lleva las palabras: “recomendado y aprobado por la Autoridad Oficial de Turismo de Jordania”. (Ver foto al final del artículo)

Una lectura del mapa muestra que en 1965 el complejo del Monte del Templo todavía era llamado “al-Haram al-Sharif”, que estaba en “el Monte Moriah”, y que la “mezquita al Aqsa” era simplemente un edificio en el extremo sur de al-Haram al-Sharif. En otras palabras, treinta años antes del acuerdo de paz entre Israel y el Reino de Jordania, los jordanos identificaron al Aqsa como un edificio en el extremo sur de al-Haram al-Sharif, que a su vez está construido en el Monte Moriah.

Los mentirosos del Islam decidieron “expandir” al Aqsa – cuya localización real está realmente en el desierto árabe – para abarcar todo el área del Monte del Templo sólo después de que los judíos liberaran el sitio de sus templos en la Guerra de los Seis Días de junio de 1967. Después de todo, los judíos podrían querer construir una sinagoga en el Monte del Templo bajo la dirección de los rabinos Goren y She’er Yashuv Hacohen.

Por ejemplo, el Sheik Ikrima Sabr, Mufti de Jerusalén 1994-2006, en un discurso pronunciado el viernes 4 de enero de 2002, dijo lo siguiente (mis adiciones entre paréntesis, MK): “Oh musulmanes (en todo el mundo), cuando hablamos de la bendecida Mezquita de Al Aqsa, nos referimos a una mezquita cuya área es 144 dunam (el tamaño de al-Haram al-Sharif en su totalidad) incluyendo las paredes, el Muro de al-Buraq, los pasajes, pasillos, entradas y plazas, además de la parte cubierta (el edificio en el extremo sur), la parte antigua (debajo de la parte techada) y la Piedra Fundamental (bajo la Cúpula de la Roca), la oración Marwani (Los Establos de Solomon), todos son al Aqsa … “.

Otra mentira, revelada como tal por el mismo mapa, sigue a los talones de éste. Se refiere al sitio de los Templos Sagrados judíos. He escuchado muchos sermones del viernes en árabe, que desafortunadamente no se registraron, incluyendo algunos en los que el predicador afirmó que al-Haykal al-Maz’oum – “el supuesto templo (judío)” – nunca estuvo en Jerusalén. Un predicador afirmó que estaba en el Monte Sinaí y en otro caso, el predicador dijo que estaba en el monte Gerizim cerca de Naplusa, donde “los samaritanos preservan las tradiciones judías auténticas”. El mapa jordano devela las mentiras de cada uno de estos oradores islámicos.

Uno se pregunta por qué la Mezquita Al Aqsa es tan importante para los musulmanes y por qué le han otorgado tal prominencia que se está aceptando como uno de los principios básicos de su fe. La respuesta radica en el hecho de que el Islam se define como una religión que no entró en el mundo para vivir en paz con el judaísmo y el cristianismo, las religiones que lo precedieron, sino como una religión universal que está destinado a borrarlos y tomar el mundo. El Islam se ve a sí mismo como “Din al-Haqq”, la verdadera religión, y el judaísmo y el cristianismo como “Din al-Batil”, las falsas religiones. Los musulmanes temen que el retorno del pueblo judío a sus tierras, ciudades y el lugar de sus templos le otorgue al judaísmo el estatus de una religión vibrante, activa y verdadera, lo que representa una amenaza teológica para la existencia misma y la razón de ser del Islam.

Esa es la razón por la que toda la actividad judía en el Monte del Templo, sobre todo la oración judía, los enfurece, y lo harán todo, incluso difundiendo prevaricaciones y mentiras descaradas, para evitar que los judíos regresen a los lugares desde donde fueron exiliados casi 2000 años hace. Eso es lo que hace que el conflicto sobre Jerusalén sea la base de una lucha teológica cuya fuente es la incapacidad del mundo musulmán para reconocer la historia y los derechos religiosos de los creyentes no musulmanes, todos los cuales están programados para desaparecer, según el Islam.

Todos los demás aspectos del conflicto, nacionalistas, políticos o legales, son capas de camuflaje que ocultan la verdadera disputa, la teológica, entre Israel y sus vecinos.

Hoy, ahora que hemos sido bendecidos con los comienzos de un regreso a Sión, traemos a la mente la destrucción de los Templos y la dispersión de nuestro pueblo entre las naciones del mundo. Podemos ver con nuestros propios ojos que el regreso del pueblo judío a su tierra, a su capital y al sitio de los Santos Templos es un anatema para muchos y especialmente para nuestros vecinos musulmanes. La cuestión que se plantea es si todavía tenemos que vivir con las falsedades musulmanas en relación con el Monte del Templo -después de que fuimos capaces de liberar nuestra tierra y la capital de la ocupación islámica- o si debemos informarles de lo que saben bien, pero tratan de reprimir: que son nuestros antepasados quienes estuvieron aquí hace 3000 años y adoraron al Dios único, mientras sus antepasados eran tribus paganas en el desierto saudí, que bebían vino, enterraban a sus hijas vivas y adoraban ídolos.

Cuando nos respetemos a nosotros mismos y a nuestra herencia lo suficiente como para defender nuestros derechos, ellos nos respetarán y nos dejarán en paz.

Que el pueblo judío pronto sea bendecido con la redención completa.

 

 

Traducido del hebreo por Rochel Sylvetsky, Arutz Sheva editor de Op-ed y del judaísmo.

​ ***El Dr. Mordechai Kedar es profesor titular en el Departamento de Árabe de la Universidad Bar-Ilan. Él sirvió en la inteligencia militar de la FDI durante 25 años, especializándose en el discurso político árabe, medios de comunicación árabes, grupos islámicos y la arena doméstica siria. Muy familiarizado con los medios de comunicación árabes en tiempo real, es frecuentemente entrevistado en los diversos programas de noticias en Israel.

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