Enlace Judío México.- La viuda del informático de 34 años, cuyo papel fue clave para burlar la censura del régimen, confirma que murió en 2015 tras ser torturado en prisión.
El régimen sirio de Bashar el Asad ha confirmado cinco años después de su detención que el desarrollador de software libre y activista sirio-palestino Bassel Khartabil, también conocido como Bassel Safadi, fue ejecutado en prisión. Su viuda y sus colegas han confirmado su muerte en lo que Amnistía Internacional dijo que era un “sombrío recordatorio de los horrores de las prisiones sirias”.
Noura Ghazi Safadi escribió en Facebook el martes pasado que había recibido la confirmación de que los servicios de seguridad ejecutaron a su marido en octubre de 2015 después de torturarlo en prisión. ”Las palabras vienen a mi difícilmente cuando estoy a punto de anunciar la confirmación de la pena de muerte y ejecución de mi marido Bassel Safadi Khartabil”. “Fue ejecutado pocos días después de ser trasladado a la cárcel de Adra (cerca de Damasco) en octubre de 2015. Es un fin propio de un héroe como él”, ha informado su viuda, que se casó con el activista cuando este ya estaba bajo custodia. “Es una pérdida para Siria, es una pérdida para Palestina, es una pérdida para mí”, añade.
ONGs como Human Rights Watch y Amnistía Internacional habían puesto en marcha recursos y campañas para la liberación del informático, que finalmente fue ejecutado a la edad de 34 años.
Khartabil era un activista bien conocido en la comunidad internacional del llamado Internet libre (open Internet) cuyo papel fue clave para que los activistas sirios pudieran sortear la censura en internet impuesta por el régimen de Damasco. Su trabajo fue especialmente importante en un país gobernado por un régimen autoritario durante más de medio siglo y donde reina la censura y que introdujo Internet en la década de 2000 con restricciones.
Bassel Khartabil contribuyó a proyectos de código abierto como Mozilla Firefox o Wikipedia y era el delegado en Siria de Creative Commons, una organización internacional que aboga por la libre circulación del software y las ideas en la red. En 2016, HRW destacó que la detención de informático parecía “el resultado directo de su trabajo legítimo para la promoción y protección del derecho a la libertad de expresión”.
En 2010 puso en marcha en Damasco la compañía Aiki Lab, dedicada a las tecnologías colaborativas, que permitió a los sirios tener “nuevos instrumentos para expresarse y comunicarse”, escribió el diario The Guardian en un perfil sobre el activista en 2015.
Su compromiso a favor de un acceso a Internet más fácil y libre en su país preocupó al régimen de Damasco en un momento en el que las redes sociales estaban sirviendo a los activistas como plataforma para informar e instigar la revuelta contra el gobierno.
Khartabil fue detenido en Damasco en marzo de 2012 en medio de una oleada de arrestos militares, informó Creative Commons en un comunicado confirmando la noticia de su ejecución. Fue encarcelado durante varios años, tiempo durante el cual se le permitió comunicarse con poca frecuencia con miembros de su familia. Luego, en octubre de 2015, fue repentinamente trasladado a un lugar no revelado y todas las comunicaciones con el mundo exterior cesaron.
”Estamos profundamente entristecidos por esta terrible noticia, siempre se le recordará como un símbolo de valentía, luchó pacíficamente por la libertad hasta el final”, dijo Anna Neistat, directora de investigación de Amnistía Internacional. En un comunicado, dijo que “su muerte es un sombrío recordatorio de los horrores que tienen lugar en las cárceles sirias todos los días”.
“Las decenas de miles de personas actualmente encerradas dentro de los centros de detención del gobierno sirio se enfrentan a torturas, malos tratos y ejecuciones extrajudiciales, que sin lugar a dudas constituyen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”, dijo.
El organismo de control, con sede en Londres, dijo en un informe a principios de este año que las autoridades sirias han matado a por lo menos 13.000 personas desde el comienzo de la revuelta de 2011 en una prisión al norte de Damasco conocida como “el matadero”.
El informe de febrero cubría el período de 2011 a 2015, cuando Amnistía dijo que entre 20 y50 personas fueron ahorcadas cada semana en la prisión de Saydnaya en homicidios autorizados por altos funcionarios sirios y llevados a cabo por la policía militar. El gobierno sirio rechazó el informe de Amnistía y negó sus conclusiones.
Fuente:lavanguardia.com
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