“Antes de comenzar a escribir, ya estaba inventando historias”: Nir Baram en entrevista exclusiva

Enlace Judío México – Como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro Judío que se lleva a cabo en la Colonia Condesa de la Ciudad de México, el novelista israelí Nir Baram está de visita en nuestro país, para presentar su libro Las buenas personas, que ha sido un éxito de ventas y ha abierto una controversial conversación en su país de origen y el resto del mundo judío.

Enlace Judío: Uno de los temas en tu libro son las máscaras. Hablas acerca de cómo las personas usan máscaras a veces para ocultar y a veces para mostrar cosas hacia el mundo exterior. ¿Nos puedes decir qué piensas acerca de eso?

Nir Baram: Yo estaba interesado especialmente al crear Las buenas personas en la cuestión de las máscaras porque la novela tiene que ver con un colaborador y el rol que pretendía tener en el régimen nazi.

Estaba también interesado, no en lo que respecta a una máscara que ocultará a un rostro, sino en la gente a la que esa máscara le tendrá que dar la cara.

Esto se me hizo muy interesante para una novela en específico. Porque creo que a los personajes de “Las Buenas Personas” no puedes verles su verdadero rostro, porque su verdadero rostro es como una combinación de máscaras.

Y otro tema que me parece muy importante es pensar en los personajes de otras novelas que leo y que escribí.

EJ: La palabra “bueno”, un adjetivo, es una palabra muy subjetiva. Si tienes ya a la gente “buena” ¿quién sería la gente “mala”?

NB: El título de la novela es completamente irónico. Yo no creo que si lees la novela veas a la gente “buena” y “mala”. Es como una broma que yo hice en la premisa de que la gente puede hablar sobre la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto y tratar de encontrar gente “buena” y “mala”.

Creo que cualquier persona que lea la novela puede ver que todos los personajes, incluso la gente responsable por las atrocidades, y todos los demás personajes no pueden ser definidos de ningún modo como “buenos” o “malos”.

Esto fue una especie de ironía acerca de la discusión entre “buenos” y “malos” en la Segunda Guerra Mundial y en general.

EJ: Uno de los temas en la novela es que tendemos a ver en blanco y negro hacia el pasado, a diferenciar entre gente “buena” y gente “mala”. Vemos nuestro pasado, y en este caso, el pasado del pueblo judío en estos términos, entre víctimas y perpetradores.

Lo que tu tratas de hacer es irrumpir esta narrativa con tu obra. Uno de los temas principales del Holocausto, y de las historias que se cuentan sobre el mismo, es que tenemos que recordar. Si tenemos que recordar, tenemos que hacerlo de un manera un poco diferente…

NB: Creo que la historia del Holocausto y el educar a la gente acerca del Holocausto, específicamente desde un punto de vista judío como el mío, es algo muy importante. Pero está también presente la manera en la que el Holocausto es usado en Israel, para que te sientas desde muy joven como la víctima eterna de la historia.

Esto es algo que Israel hace todos los días desde el jardín de niños o desde la primaria. Creo que esto es muy peligroso. El Holocausto en sí mismo es un evento histórico que sin duda tiene que ser aprendido. Pero creo que el Holocausto para los judíos, especialmente para la sociedad israelí, es algo muy inquietante.

Porque cuando engañas a alguien desde una edad muy joven para que se vea a sí mismo como una víctima, y para que entienda su historia como la historia de la victimización, no es algo cierto, porque la historia de los judíos en Europa o en los países árabes es mucho más compleja, hubo muchos logros, y también muy buenas e interesantes épocas. Creo que es algo muy peligroso. Y parte del problema en Israel es este sentimiento de victimización.

EJ: Hay una narrativa actual alrededor del mundo justo como la hay acerca del pasado, de que hay gente “buena” y “mala”; de que la gente “buena” siempre hace cosas buenas y de que la gente mala siempre hace cosas malas.

¿Acaso en tu novela tratas de hacer un comentario sobre la situación actual?

NB: Creo que “La Sombra del Mundo” es una novela muy contemporánea, y como las “Las Buenas Personas”, trata el tema de cómo la gente joven, vive de una manera especial bajo el capitalismo, desde una perspectiva diferente. Por lo que por supuesto tiene que ver en nuestro modo de vida que tenemos el día de hoy.

Porque creo que lidia con el tema del encuentro entre una persona o personas específicas y sus valores y su ética, y de qué les pasa cuando se encuentren con las diferentes fuerzas en el mundo.

El encuentro entre el individuo y las fuerzas del mundo siempre ha sido interesante en las literaturas. Creo que los libros de Balzac son muy interesantes en esta cuestión. Y creo que cada periodo histórico y que cada literatura contemporánea trata de entender de modos diferentes las condiciones que ocurren cuando los individuos se encuentran con el mundo exterior. Esto es parte del proceso con el que la literatura siempre ha lidiado.

EJ: Una cosa que estaba platicando con Fania Oz esta mañana era el tema de que a los judíos se les considera el “Pueblo del Libro”. Pero ella dijo que eso es algo que se dijo primero en el Corán y que ella preferiría que se definiera a los judíos como el “pueblo que le enseña a leer a sus niños a la edad de 3 años”.

¿Qué es lo que piensas acerca de esto?

NB: Creo que es una importante tradición tratar de pensar y de entender a los judíos a través de ello, pero no creo que sea una tradición viva y próspera en nuestra vida cotidiana hoy.

Creo que esto es parte del caso único del judaísmo y los judíos en el modo en que preservan su cultura, sus ceremonias religiosas, gestos y creencias, y de cómo mantienen una interesante discusión con sus descendientes.

Los judíos han novelizado a otras sociedades, especialmente en Israel. Por lo que si vas y ves a la sociedad israelí, verás las mismas tendencias que verás en la sociedad occidental, o quizá no tan occidentales.

Hoy eso es más como una especie de gesto nostálgico sobre el pueblo que queremos ser, y no necesariamente del pueblo que somos.

EJ: ¿Qué es una historia?

NB: Es una manera de interpretar el mundo. Y creo que las historias para algunas personas son necesarias. Para mí son muy necesarias. Incluso antes de que empezara a escribir yo ya estaba inventando historias, porque esta era mi manera para entender e interpretar el mundo. También a través de la fantasía, creando y desarrollando historias.

Creo que las historias son necesarias para la gente, como lo es dormir y cualquier otra actividad.

EJ: ¿Qué es un libro?

NB: No lo sé. Algo que amo. Eso es todo lo que tengo que decir.

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