Enlace Judío México – Un líder musulmán de la región del Cáucaso que luchó contra el Imperio Ruso por la libertad de sus tierras, sirvió como inspiración para una niggun que el Rebe Schneersohn enseñó a partir de la década de los años 50 en Lubavitch, e incluso hizo que Leonard Bernstein usara un tefilin por primera vez en su vida.
Durante la tarde del día de Simjat Torá de 1958, el Rebe Menachem Mendel Schneersohn comenzó a cantar una nueva niggun, muy poco familiar, ante su congregación en el auditorio de Lubavitch. Una melodía que enseñaría a sus adeptos y que seguiría cantándose años después.
“Escuché esta tonada de unos jasídicos, así como una historia. Cuando el gobierno ruso comenzó a expandirse y a capturar grandes territorios, se enfocaron en las montañas del Cáucaso que estaban habitadas por gente cuyo emperador era un tal Shamil.
“A pesar de que el gobierno ruso tenía una ventaja numérica sobre estos habitantes de la montaña, les fue imposible conquistarlos debido a la dificultad para alcanzarlos.
“Hasta que los rusos engañaron a Shamil, le prometieron que harían la paz y le prometieron indulgencias y eventualmente lo capturaron, exiliándolo en Rusia.
“Estando en el exilio, recordaba las montañas donde era libre, sin las restricciones y limitaciones a las que ahora estaba esclavizado, en donde era libre como un águila en los cielos y donde cantaría su melodía, que comienza con un anhelo y termina con la esperanza de que algún día regresará a su hogar” comentó ante los asistentes.
El Rebe habló además de la historia de Shamil como una parábola. Veía a la niggun como una metáfora del alma judía. De como el alma ansia la libertad de la prisión carnal.
Históricamente, el Imam Shamil era un líder tribal de la etnia de los avares en el Norte del Cáucaso, y además un musulmán sufí, que enfrentó a los rusos y su deseo de expandirse conquistando la región caucásica.
Al final de una larga batalla, Shamil se rindió a las tropas rusas y fue hecho prisionero en un pequeño pueblo en Dagestán.
Posteriormente fue exiliado en la ciudad de Kaluga, cerca de Moscú. Fue liberado en 1869 y los rusos le permitieron pasar los últimos días de su vida en la ciudad de Meca.
Falleció finamente en 1871 en la ciudad de Medina, y fue enterrado en un cementerio musulmán localizado ahí donde grandes personalidades de la historia islámica yacen.
En 2010, Tamar Zigman, de la Biblioteca Nacional de Israel se acercó al rabino Yehoshua Mondshine, un investigador del jasidismo que trabajó en los archivos de la Biblioteca para saber más sobre la niggun. Mondshine le comentó que un jasídico llamado Avraham Mauer escuchó en 1969 a un no judío cantando el niggun de Shamil.
Mondshine le recomendó a Zigman que tratara de buscar el origen de la melodía en el ámbito teatral. La idea recomendada fue también apoyada por el profesor Edwin Seroussi de la Facultad de Música de la Universidad Hebrea.
“Esta melodía me ha interesado por muchos años. Asumo que el Rebe de Lubavitch dijo que la escuchó de unos jasídicos. Asumo que estos judíos que la cantaban habían vivido en la región rusa.
“Los componentes musicales de la melodía son diferentes de los que tradicionalmente se encuentran en las niggunim jasídicas, y especialmente en las de Lubavitch.
“Los rusos se fascinaron con Shamil, y su historia aparece en la literatura del siglo XIX y XX. Es posible que su tonada haya sido usada en una película o en una obra de teatro.
“Probablemente los judíos rusos entraron en contacto con la melodía a través de esto. No tengo prueba concreta de esto, para lo que requeriría un alto conocimiento del ruso para poder investigarlo. Pero me instinto me dice que es muy probable” comenta Seroussi.
Una curiosa historia que Seroussi conoce relacionada a la melodía de Shamil será publicada próximamente en un artículo en la revista Studia Judaica.
En el año de 1970, un jasídico llamado Shmuel Spritzer participó en un evento musical en Portland, en donde fue invitado también el famoso compositor judío norteamericano Leonard Bernstein.
Spritzer le pidió al famoso compositor que se pusiera un tefilin, pero se negó. A pesar de haber nacido y crecido en un ambiente religioso y ser un sionista declarado, Bernstein jamás fue observante en su vida adulta.
Al comenzar una plática entre ellos, Bernstein le pidió que cantara algo. Spritzer se negó a cantar, pero prefirió tocar una melodía que le gustaba mucho: el niggun de Shamil.
Terminada la melodía Bernstein comentó: “Me gusta esta canción, me siento conectado a ella. No se cómo explicarlo pero me otorga un sentimiento de liberación”.
Spritzer le dijo que le explicaría más sobre la canción si aceptaba ponerse el tefilin, a lo que Bernstein aceptó. Esta fue la primera vez que Bernstein usó un tefilin en su vida.
Fuente: La Biblioteca Nacional de Israel
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