Enlace Judío México.- Un artículo de Fernando H. Valls publicado hoy por el medio español La Información indica que según la investigación, el imán de Ripoll, Abdel Baki Essati, no fue el auténtico cerebro de los ataques sino un experto militar retornado a Europa, posiblemente Bélgica, desde Siria.
Según este periodista, los yihadistas siguieron el mismo esquema de los atacantes de Charly Hebdo: hace un mes y medio cortaron toda la comunicación con su círculo de amistades y familiares.
Todo apunta a que Abdel Baki Essati, el imán de Ripoll, en realidad ejerció de captador de los jóvenes terroristas cuyo objetivo era provocar una gran masacre en Barcelona. No se cree que este individuo, que solía dirigir la oración colectiva en el local de la localidad, fuera la persona que ideó la estrategia para atentar que quisieron perpetrar los jóvenes yihadistas.
Fuentes cercanas a la investigación indican que están tratando de descubrir quién era la persona que realmente transmitía las órdenes al imán para que, a su vez, las transmitiera a los jóvenes captados. En definitiva, la investigación acerca de los sucesos en Cataluña de los últimos días se centra ahora en quién fue el “planificador” de todo.
Las fuentes consultadas por el mencionado medio explican que lo que planeaban los yihadistas de Cataluña era fruto de una planificación de alguien con “conocimientos en tácticas militares”. No se cree que solo un experto haya podido diseñar una masacre tal como la que se podía haber perpetrado. Por los datos que se tienen en conocimiento, no pudieron ser idea de una célula de inmigrantes afincados en la región, sino que exigen la implicación de alguien con mayor experiencia.
Se sospecha que los atentados fueron ideados por un individuo (o grupo de individuos) que viajó a Siria al frente de batalla y retornó a Europa para ejecutar los planes asesinos. No se descarta que este “ideólogo” no sea un español, o que se trate de alguien residente en otro país europeo, como Francia o Bélgica.
La teoría de la existencia de un “ideólogo” cobra fuerza al saberse que el imán de Ripoll permaneció entre enero y marzo de 2016 en la cuna del yihadismo en Bélgica, en Vilvoorde. Se investiga también si el Audi A3 que conducían los terroristas estuvo en Francia en los días previos al atentado ya que pudo ser fotografiado por la cámara de un radar en París circulando a una velocidad excesiva.
Por estos datos, se mantiene la teoría de que el imán no está en la cúspide del croquis del terror. Abdel Baki Essati, según esto, ejercía un papel clave en la estrategia, pero no el principal. Fue el encargado de reclutar jóvenes de Ripoll, totalmente integrados en la sociedad catalana y que, incluso, como el caso de Moussa Oukabir, había jugado fútbol sala en las categorías inferiores del club local durante varios años y coqueteaba con jóvenes españolas, que para los yihadistas son “cruzadas” según consta en sus textos propagandísticos. En apenas unos meses, consiguió radicalizarlos haciéndoles llegar ideas y consignas a fin de invitarles a hacer la yihad junto a él.
El imán de Ripoll parece que era “un simple camello, que trapicheaba”, según dicen unas fuentes de Abdel Baki Essati, apoyando la sospecha de que era un simple “dinamizador” del grupo de terroristas, pero no quien ideó las órdenes para cometer los atentados que planificaban.
Se aislaron de amigos y familiares hace mes y medio.
Llama la atención de las Fuerzas de Seguridad el hecho de que los yihadistas de Ripoll dejaran de acudir a la mezquita hace un mes y medio. Desde principios del mes de julio ya no se les vio en el local que antes frecuentaban, el mismo procedimiento, según estas fuentes, que el que siguieron los terroristas de Charly Hebdo.
Es habitual que los yihadistas se aíslen totalmente de su entorno: no frecuentan los mismos lugares, no contestan el teléfono, no hablan con su familia (los hermanos Oukabir llevaban quince días sin hablar con sus padres, según ha reconocido su progenitor). Se trata, según los expertos, de un procedimiento estándar entre yihadistas con planes de atentar el romper todos los lazos con amistades y familiares, tal como ha ocurrido en Cataluña.
Otro dato que llama la atención es que el joven Moussa Oukabir, cuyo número de teléfono es 6028169XX, ni siquiera tiene cuenta en las redes sociales comunes entre los jóvenes, como WhatsApp o Telegram. Aparentemente, eliminó todas estas aplicaciones en su día.
Fuente: La Información – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico
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