Enlace Judío México – Como seres humanos, desde que nacemos necesitamos estar vinculados con otros, y cuando se presenta una amenaza de perder esta conexión, podemos reaccionar con miedo. En una pareja, esto puede crear lo que Shoshana y Mylen han denominado el “Síndrome de Tom y Jerry”. En su columna semanal, nuestras colaboradoras te explican cómo se desarrolla y cómo solucionarlo.
Mylen Saadia: Hoy les queremos platicar de una teoría que tenemos Shoshana y yo a la que le pusimos “El Síndrome de Tom & Jerry”. Esto se trata un poco de cuando hay 2 personas involucradas que están buscando un vínculo pero que de alguna manera uno siempre va a tratar de esconderse y el otro siempre va a tratar de perseguir.
Para esto les queremos contar un caso.
Shoshana Turkia: Vamos a poner una historia súper hipotética, a nadie le ha pasado, donde hay un matrimonio que no tiene relaciones sexuales. La mujer busca a su marido y entonces antes de que él llegue al trabajo, se arregla, se produce, prepara un par de detalles, para ver si esa noche por fin él le va a hacer caso.
Este hombre llega a su casa del trabajo, finge o pretende estar muy cansado, le da un beso a la mujer, una palmada y le dice: “Hoy estoy muy cansado y tengo mucho trabajo que no he acabado. Nos vemos mañana”. Él se encierra en su despacho y ella se va a dormir frustrada, con las ganas y como se dice vulgarmente, vestida y alborotada.
Eso pasa noche tras noche, semana tras semana, mes tras mes. Hasta que un buen día esta mujer está chateando con sus amigas, revisando algunas cosas del trabajo y su computadora se queda sin batería.
Se le hace muy fácil bajar al despacho de su casa y prender la computadora de su marido para seguir haciendo lo que estaba haciendo. Y se sorprende al encontrar toda la pornografía del marido.
Lo que pasaba en realidad es que él en lugar de que enfrentara el encuentro emocional, físico y erótico con su esposa, desahogaba su impulso sexual a través de la pornografía, masturbándose solo en el despacho en lugar de tener este encuentro.
¿Por qué pasa este caso que es súper hipotético y del que yo estoy segura de que nadie de quien nos está escuchando le ha pasado?
MS: Y a esto es algo a lo que le llamamos el “Síndrome de Tom & Jerry”. Les voy a explicar un poquito de dónde viene.
Los mamíferos cuando nacemos necesitamos de un adulto que cuide de nosotros. No somos autosuficientes. En el momento en que nacemos estamos programados para que alguien cuide de nosotros.
Cuando recibimos ese cuidado, ese cariño y ese amor, nosotros empezamos a crecer y a desarrollarnos. Es nuestro nutriente. Más allá de la comida es ese vínculo amoroso que nos hace sentirnos seguros para explorar el mundo. Estamos programados para que nuestro mundo esté vinculado.
Cuando empieza a haber una desconexión, el cerebro recibe una señal de alarma, de peligro. “Me estoy desconectando de la fuente, de papá o de mamá, de esa persona que me cuida”. Y entonces reacciona con miedo.
Es como si le mandaran una señal al cerebro diciéndole “¡Cuidado, peligro, protégete!”. Esto que nos pasa de bebés es algo que vamos a cargar toda la vida porque estamos programados ante la desconexión y a experimentarlo como una señal de peligro.
Cuando de adultos sufrimos esta desconexión, sentimos que hay un alejamiento con nuestra pareja, vamos a tener tres reacciones básicas ante el peligro, algo que ocurre en todos los animales, pero ahorita voy a hablar sobre cómo funciona en los seres humanos.
En todos los animales ante el peligro tenemos tres opciones: paralizarnos, huir o atacar. Estas tres opciones son opciones ante el miedo y ante el peligro que son completamente naturales que todos estamos programados a hacer dependiendo el tamaño del oso o del león que nos está persiguiendo.
Cuando somos adultos empezamos a buscar alternativas de reacción ante el peligro y en los seres humanos tenemos básicamente las mismas tres: atacar, paralizarnos o huir.
Pero cuando experimentamos esta desconexión, lo que más sucede es que o le subimos al volumen, es decir ese reclamo o enojo, el perseguir al otro, “te necesito” o “te quiero más cerca”, y nos volvemos esta especie de perseguidores: te quiero, te quiero, necesito que me des más, que me des tu cariño, tu amor, ¿por qué no llegaste temprano a la casa?, etc.
Pasas al perseguidor, que ante la desconexión, sube el volumen.
El evitador es el contrario. Ante la desconexión le baja el volumen, se desaparece, evita, se esconde, se hace chiquito, quiere que no se vea que ahí está.
Le da tanto miedo el perseguidor, de que lo agarre, de que lo critique o de que lo ataque, que lo que hace es guardarse. Calladito me veo más bonito.
ST: Lo que pasa con el perseguidor es que percibe esto como una acción pasiva-agresiva. Es decir, en la voz del perseguidor o en la esencia del perseguidor lo que ve por parte de quien está escapando es que tiene algo apreciado que él quiere y que no puede acceder a él.
En las parejas generalmente la forma más manifiesta o más visible es la sexualidad. El dar permiso o cerrarse ante la posibilidad de una relación o de un encuentro sexual, se ha convertido en un arma de poder entre las dos personas que están teniendo otra clase de conflictos.
Esta desvinculación sexual generalmente es solamente el síntoma de otros problemas que vienen atrás. Y es esta imposibilidad de confrontar, de encontrarse y de discutir en un ambiente seguro, en un entorno que permita el llegar a nuevos acuerdos, lo que hace que se rompa este vínculo y generalmente empiece esta persecución.
Es mucho más fácil socialmente ver esta clase de persecuciones si fuera a través del dinero, pero del síndrome que no se habla es el sexual. Y vemos cada vez más parejas que no están teniendo relaciones sexuales porque uno sabe que es deseado y el que está deseando lo sigue persiguiendo.
Pero aquí hay una vuelta de tuerca muy interesante. Una vez que el perseguidor decide parar el ciclo por cansancio, por frustración o porque obtiene lo que está buscando en algún otro lugar, en ese momento el que está siendo perseguido voltea y se convierte en el perseguidor y dice: “Atención, veme, yo también quiero ser partícipe, también quiero que me regreses la atención. Aquí estoy”. Y entonces se invierten los papeles.
¿Qué es lo que pasa?
MS: Es muy difícil identificarlos porque termina siendo un evitador perseguidor y un perseguidor evitador, y no entendemos en dónde está la pareja.
Ahora también hay que entender que hay temas en los que una parte de la pareja es perseguidora y temas en los que el otro es evitador. Puede ser que sea una perseguidora sexual y un evitador emocional, y tener de repente a un evitador intelectual con una perseguidora emocional.
Van a haber temas que cuesta trabajo en la pareja manejar, que son personales y que con este tema de “no te metas, yo me escondo, me protejo y me guardo en mi caparazón”. Mientras que el otro quiere información, necesita saber qué está pasando, que hay dentro de esa cabeza, que hay dentro de ese corazón. Y el otro u otra está guardado.
ST: Sigamos con el caso hipotético que a nadie le ha pasado. Esta mujer descubre esta información y lo que decide hacer es retraerse y ya no perseguir ni buscar sexualmente a su marido. Independientemente si deciden mantenerse en un matrimonio, o decide divorciarse o decide buscar un amante.
Independientemente de esas decisiones, ella quita su energía sexual de la relación. ¿Y qué pasa? Este hombre que llega a casa, ya no ve a su mujer arreglada, esperándolo, deseosa y las primeras dos o tres veces no se va a dar por enterado.
Pero cuando eso empieza a convertirse en el común denominador ¿qué va a pasar con este hombre? Se va a voltear y le va a decir: “Oye, hace mucho que no te arreglas, hace mucho que no estás”. Pero como ya perdió ella el interés sexual en esta relación, se va ir.
Y como dice Mylen, este evitador que ahora se convierte en perseguidor va a tener otra necesidad insatisfecha que es la de reconocimiento. Y esto explica un poco lo que dice Mylen, es decir, que se empieza a volver tan complicada la relación entre perseguidos y perseguidores, que al final no sabemos quién está ejecutando la agresión primaria.
MS: Me gustaría agregar algo más. Cuando un vínculo se ve amenazado con la desconexión, es cuando tenemos estas acciones de reclamo o de bajarme el volumen.
Cuando llegan ya a sesión las parejas es porque lo que están buscando es justamente reconstruir ese vínculo. Esto también puede pasar en un ambiente de negocios, que puede ser un jefe con un empleado que es perseguidor y evitador. Se dan en todos los ámbitos estas relaciones.
Pero cuando estamos hablando de un trabajo profundo, lo que estamos buscando es reestructurar ese vínculo, que nos es importante para nuestra supervivencia, que es lo que necesitamos para sobrevivir.
Al final del día, lo que queremos es encontrar esa figura de apego significativa que esté ahí para nosotros.
Enlace Judío: ¿Cómo se llega a este círculo de evitador y perseguidor?
ST: Para llegar a Tom & Jerry siempre lo que Jerry tiene que hacer es jalarle la cola a Tom. No empieza la caricatura si no hay una provocación.
Y esta provocación no necesariamente está vinculada directamente al conflicto.
Regresemos a este caso hipotético donde ella es la perseguidora sexual y él es el evitador emocional. Él se encierra en el despacho y ella se queda esperando. Puede ser, y es una hipótesis de muchísimas posibles, que es que ella socialmente no le demuestre afecto.
Estás ahí para mí socialmente, que él necesita ser reconocido públicamente, como un hombre atractivo, como un hombre amado por su esposa, ante sus círculos sociales, pero ella decida no tocarlo en público o no besarlo en público, o no ofrecerle una copa de vino cuando están en un evento social o no darle la suficiente importancia.
Y él deja pasar la oportunidad de decirle “Oye, momento, tú no estuviste ahí para mí. Y entonces en represalia, y puede ser esto inconscientemente, se encierre y no le da aquello que está buscando.
Entonces siempre, en el juego de Tom & Jerry, Jerry jala primero la cola de Tom y siempre hay una carga emocional previa al juego que está sucediendo. Y lo que pasa con las parejas y lo que pasa en todas las relaciones es que vamos cargando pedacitos de nuestra historia que no quedan resueltos porque en el momento no parecen lo suficientemente importante como para generar una discusión.
Ahí se van guardando hasta que nos pesa tanto y no podemos decir “Esto es lo que me duele”, que entonces voy y me guardo. Porque la persona que supuestamente iba a estar ahí para mi, ya no está.
MS: También pueden ser como muchos pequeños momentos que muchas veces prolongo y guardo para entrar en conflicto. O pueden ser de estos momentos claves en la vida que llamamos “heridas de apego”, que son cosas muy fuertes que vive la persona y que el otro no estuvo disponible para ella, y que no tuvo esta responsividad que ella necesito. Hablamos de momentos fuertes como la muerte de un ser cercano, accidentes o como un aborto.
Cuando hay un aborto, uno de los dos por miedo no sabe reaccionar y por ejemplo se queda haciendo cuentas, o su manera de reaccionar es buscar la teoría y los libros. En lugar de estar responsivamente, emocionalmente ahí, necesitan responder desde otro lugar que no sea el emocional, que es muy difícil.
Estos momentos fuertes y críticos en la vida de la persona, cuando lo único que necesitaban era que el otro estuviera para ella o para él.
Por ejemplo tuve un caso de una mujer a la que se le murió su papá y entonces en el entierro la pareja estaba todo el tiempo preocupada por los arreglos, las flores, es decir, por toda la logística del entierro, pero nunca estuvo ahí para decirle aquí estoy contigo, ¿qué necesitas de mí?
Se ocupó de la parte logística pero no se ocupó de la parte emocional, entonces se sintió muy abandonada y esto se llama “herida de apego”. Donde esto rompe ese vínculo, porque no estuviste ahí para mi cuando te necesité tanto, que pueden ser pequeños momentos por los que no vale la pena el pleito o momentos muy fuertes, que causan hasta una especie de traición en la persona.
ST: Eso es básicamente la incapacidad de vincularnos con la emoción presente. Lo que pasa es que no estamos educados para hacerle frente a las emociones. Muchas veces este fly, freeze or flight, que es el paralizarse, pelear o volar, se nos da cuando alguien muestra una emoción desbordada, que puede ser miedo, que puede ser angustia, que puede ser enojo.
Y como no sabemos reaccionar ante eso, se rompe ese vínculo emocional y entonces empieza este show de Tom & Jerry.
Se da dentro de otro fenómeno que no está necesariamente está dentro del “Síndrome” per se.
EJ: ¿Cómo un evitador sexual puede estar vinculado con un perseguidor emocional? ¿Cómo se va cambiando este juego a distintos planos (el emocional, el sexual, etc)?
MS: En realidad, la base es “yo siempre voy a estar buscando la conexión”. Pero para conectar se necesita una base segura. Necesito llegar a este lugar seguro, como cuando jugábamos a la base segura, de cuando tocábamos base.
Para yo salir sexualmente, sentirme cómodo, me voy a desnudar emocional y físicamente, de que me voy a quitar la ropa en sentido figurado y metafórico. Necesito saber que ahí no te vas a burlar de mi, que no me vas a controlar, que no me vas a agredir.
Todo esto es el momento en donde, ya sea el perseguidor o el evitador necesita sentirse seguro.
Sabemos que los niños chiquitos cuando tienen un vínculo seguro se atreven a explorar más lejos que si no lo tienen.
Por ejemplo, salen del cuarto, voltean y ven si la mamá sigue ahí, se atreven a ir al siguiente cuarto; vuelven a voltear y si sigue ahí la mamá, puede ir al tercero. Si mamá no está, regresan corriendo. “¡Mamá, mamá! ¡No te vayas!”.
Es esta necesidad de tocar base. Y entre más seguro sea este vínculo, más lejos se puede llegar. Y también pasa con los adultos. Cuando tenemos un vínculo seguro, pueden llegar, tocar base y hacer una carrera; regresan, tocan base, y pueden hacer una maestría.
Nos aventuramos más lejos cuando tenemos un vínculo seguro.
ST: Algo también que es interesante es que si agarramos esta cuadrícula que nosotros manejamos en Presente Continuo de las cuatro autonomías: la económica, la emocional, la erótica y la espiritual para que no se caiga en el síndrome de Tom & Jerry dentro de la pareja, lo más sano sería tener un espacio seguro de revisión de cómo se está en pareja en esos cuatro espacios de juego.
Y entonces muchas veces nos vamos a dar cuenta de que lo que nos duele en apariencia en realidad no es el dolor primario. Es decir si una pareja tiene este juego de Tom & Jerry en lo sexual, posiblemente, lo que dice Mylen, lo que esté faltando es la presencia emocional.
O muchas veces cuando vemos que hay un tipo de control económico, realmente lo que no estamos entendiendo es para qué sirve el dinero.
La forma más clara de verlo es utilizar esta cuadrícula por donde por un lado está lo económico, lo emocional, lo erótico y lo espiritual y por otro lado es: ¿estás o no estás?
El perseguidor ¿está o no está disponible? Y el evitador ¿está o no está disponible?
Hay que hacer un tablero y ver en dónde está la pareja en cada uno de estos espacios de la cuadrícula. Y creo que va a ser un mapa muy claro para diagnosticar el porqué estamos jugando este juego.
MS: Y qué juego juega cada quién si está del lado del perseguidor o del perseguido en cuál de las autonomías.
ST: Para explicar más esta cuadrícula de los perseguidos y los perseguidores y cómo nos relacionamos en los distintos vínculos con la parte económica, la emocional, la erótica y la espiritual los invitamos al taller que vamos a dar.
Es un taller de 10 sesiones las cuales cada una duran 2 horas y media y arrancamos en septiembre. Toda la información se las podemos dar en el correo [email protected]
Vamos a entender cómo tenemos acomodadas estas 4 autonomías y cómo podemos potencializarlas para el ejercicio de nuestras libertades.
MS: La solución a este conflicto son tres cosas: 1.- Buscamos que la pareja esté para nosotros, que tenga disponibilidad emocional, que cuando la estemos buscando esté disponible; segundo, que tenga responsividad, que responda a nosotros cuando los necesitemos; y la tercera, que se involucre emocionalmente.
Si podemos tener disponibilidad, responsividad e involucramiento, tenemos un vínculo reparado, corregido y terminamos este ciclo de Tom & Jerry.
ST: En otras palabras: si te sientes perseguido, la única forma de romper ese ciclo, es compartiendo aquello que el perseguidor está buscando. Porque seguramente es algo que tú también necesitas compartir para estar mejor emocional e incluso sexualmente.
Para contactar a estas dos extraordinarias mujeres, pueden escribirles a [email protected] y para obtener mayor información, ir a la página www.presentecontinuo.com.mx.
Shoshana y Mylen ofrecen un programa constante de empoderamiento y crecimiento personal, con charlas conferencias y seminarios; en esta ocasión ofrecen a los lectores el programa “Construyendo tu autonomía”, que se impartirá todos los martes de 20:30 a 22:30 en las instalaciones del Centro Social Monte Sinaí, a partir del 5 de septiembre y hasta el 7 de noviembre. Para informes e inscripciones, comunicarse al 55969966, ext. 232/207.
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