FILJU – Xavier Güell y su sinfonía del Holocausto en “Prisioneros del paraíso”

Enlace Judío México – En el marco de la Primera Feria Internacional del Libro Judío, que se realizó en el Centro Cultural Bella Época de la Colonia Condesa, el pasado 20 de agosto se realizó la presentación del libro Prisioneros del Paraíso, del escritor español Xavier Güell.

La estremecedora novela Prisioneros del Paraíso de Xavier Güell se encuentra entre la narrativa y la música, ya que el escritor es músico y director de orquesta, quien se abrió recientemente camino en el mundo de la literatura con este éxito.

En sus propias palabras describe su objetivo al escribir, y es que sus historias perturben al lector. Tomando como base la vida del compositor de origen checo Hans Krasa, quien es llevado al Campo de Terezín junto con otros compañeros, el autor ilustra los agobiantes día que vivieron miles de personas en un lugar que trataba de ilustrar y proyectar una imagen de cultura y bienestar para la comunidad judía.

Con estos elementos Xavier Güell ha escrito un fresco maravilloso de la lucha del arte contra la barbarie, sobre el dolor y la superación en un homenaje bellísimo a la música cuando esta alcanza el límite de la sensibilidad humana.
José Wollfer nació en México, estudió música, estudió dirección de orquesta. En 2002 fundó el festival radar. De 2007 a 20110 fue director del Festival de la Ciudad de México, hoy Festival del Centro Histórico.

La presentación del libro se llevó a cabo por medio de preguntas y respuestas.

José Wollfer: Este libro se centra en unos personajes quizá no tan conocidos. Quisiera que Xavier nos platique lo que lo llevó a escribir este libro.

Xavier Güell: Es difícil, la dificultad reside en entender la historia trágica, pero a la vez nos puede mejorar como seres humanos. ¿Qué pasa cuando un trozo de pan se convierte en algo sustancial para vivir otro día? ¿Cómo se vive de alguna manera la experiencia de perderlo todo de la noche a la mañana? Ed el caso de estos grandes artistas, no sólo músicos, que vivieron encerrados en Terezín por dos años y medio. Desde finales del 41 hasta finales del 44. Todos ellos eran muy conocidos como artistas en toda Europa. Respetados y mimados por la vida. De la noche a la mañana se encuentran absolutamente sin nada. ¿Cómo se hace para sobrevivir ante esa circunstancia? ¿Cuáles son las motivaciones que te presentas y planteas para poder seguir viviendo? Para no decir BASTA y abalanzarte contra un oficial de la SS para que te pegara un tiro. Estos no sólo no se suicidaron, sino que en esas condiciones tan terribles consiguieron transmutar del dolor extremo a la alegría por medio de compartir a través de los demás compañeros la música, el arte y en general lo que hacían. Saber que era una posible salida que les haría tener una vida un poco mejor.

La música, las obras que se pintan, el teatro y el arte en Terezín, contra toda lógica no son obras totalmente desesperanzadas, hay luz en ellas. De hecho la ópera que compone el protagonistaeds una obra dirigida a los niños, Había miles y miles de niños sin actividad alguna. Necesitaban algo que les pudiera consolar y dar algún estímulo. Esa obra se va a convertir en algo importantísimo. Los pocos prisioneros que sobrevivieron, sus testimonios nos lo dicen. La música para ellos era más importante que el aire que respiraban, de alguna manera paraban el tiempo o abrían una puerta a la esperanza. Esa puerta a la esperanza implicaba seguir adelante, seguir compartiendo, seguir descubriendo finalmente cuál es el secreto último de la vida. Ese secreto último efectivamente se conoce en situaciones límite en forma muy especial. Ninguno de nosotros sabemos cómo reaccionaríamos ante unas circunstancias parecidas. Es evidente que el deseo de sobrevivir es algo animal, también había egoísmo y reacciones negativas.

Hubo también, en una enorme cantidad de prisioneros y seres humanos una trasmutación de sus propias personalidades, de sus propias vidas; un abrirse a los demás, dar valor y comprender que la generosidad era la única llave que les podía dar la posibilidad de seguir sobreviviendo. Esa experiencia extraordinaria, absolutamente emotiva de un pueblo que sufre desconsoladamente pero es capaz de todas formas de tener el coraje y la dignidad de seguir adelante a través de la belleza, el arte, la música.

Me parece que es sustancial conocer esta experiencia en la medida que nos mejora como seres humanos.

JW: Para quienes no conozcan el episodio histórico alrededor del que escribió su novela, el Campo de Terezin era al que los alemanes llamaban Theresienstadt. A él llegó un número muy notable de artistas, entre ellos Viktor Ullman, Hans Krasa. Se da la circunstancia de que se convirtió en una suerte de escaparate, de falsa vitrina de los nazis hacia el exterior. Era una manera de que la Cruz Roja presenciara las óptimas condiciones en las que según los nazis estaban los prisioneros del campo: No solamente sobreviviendo, sino haciendo música, exaltando los nazis esta capacidad creativa que se ve en ese campo de concentración. Después de que esto sucede se filma una película propagandística.

XG: Tres miembros de la Cruz Roja el 21 de junio de 1944 visitan el campo de Terezín, hacen su informe y lo presentan como un paraíso. Escogen Terezín para hacerlo por ser el campo donde se encontraban gran cantidad de artistas y lo que llamaban prominentes: científicos, médicos, intelectuales, con profesiones de todo tipo.

JW: Pocos meses después, en octubre, la mayor parte de ellos son mandados a Auschwitz, el número de gente que sobrevive es mínimo.

XG: Lo que pasa es que el 23 de junio de 1944 es el desembarco de los aliados en Normandía. Los alemanes ya saben que han perdido la guerra.

JW: Nos tomó por sorpresa esta nueva faceta tuya. Recuerdo con bastante nitidez el principio de la novela donde están en el vagón del tren varios de los personajes. En el momento que se detiene el tren se abren las puertas y meten de nuevo a una gran cantidad de nuevas personas, en un vagón que de por sí ya está repleto. Hay una escena especialmente conmovedora en la que un nazi le dispara a un niño, el padre le pide al soldado que lo mate, a lo que él accede. De ahí ya vas introduciendo a los personajes. Ya que comenté este principio de tu libro quisiera que nos platiques ¿cómo hiciste este tránsito de músico, gestor, promotor, aquella faceta en la que te ubicamos, a este papel de novelista?

XG: “Los músicos tenemos facilidad para escribir. Hay muchas cosas comunes. El sentido del ritmo es importante tanto en la música cómo en la literatura. Los silencios, por ejemplo, para la música son tan sustanciales como en la escritura. Es posible aplicar en la literatura la trama que tiene cualquier obra musical, una sinfonía o una ópera.

Lo que quiero en este momento de mi vida es transformar las notas en palabras. Porque me parece que es posible, esa especie de pulso lírico que aproxima la literatura a la música.

Siguiendo esta línea yo creo que se puede realizar un acercamiento profundo de la literatura a la música. A mí me interesa especialmente incidir en esta nueva faceta de mi vida. Después de dos novelas seguiré escribiendo, teniendo en cuenta mi condición de músico. No quiero decir que escribiré sobre música, sino que la forma en que un músico escribe es completamente diferente a los demás.

Mi primera novela la escribí a los cincuenta y seis años La música de la memoria, que narra en primera persona todos los avatares de los más grandes compositores de todos los tiempos.

 

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Elena Bialostocky: Nací en la ciudad de México el 18 de Noviembre de 1946 de padres mexicanos por naturalización. Mi padre Tadeo Stark, nació en 29 de Junio de 1922 en Varsovia, Polonia. Mi madre Cirla Rosemberg, nació el 27 de Mayo de 1926 en Chernijov, Rusia. Ambos llegaron a México a muy corta edad. Soy la segunda de 4 hermanas. Estudié el kínder, primaria y secundaria en el Colegio Hebreo Tarbut. Estudié un solo año de preparatoria en el Colegio Israelita de México y comencé la carrera de Enfermería en la Es cuela de Enfermería del Hospital ABC. Siempre he sido muy inquieta y me ha gustado el trabajo comunitario. Trabajé por más de 8 años en el Comité de Madres de Colegio Hebreo Tarbut, fui presidenta del comité de Kínder por un año, que es donde estudiaron mis hijas. El encuentro con mi realidad fue cuando comencé a trabajar en Enlace Judío, comencé para la venta de publicidad, pero un día me pidieron que cubriera un evento y a partir de ese momento descubrí mi pasión periodística. Reportajes, notas, eventos, conocer gentes es sólo una pequeña parte de las actividades que lidero en este sitio que es de todos nosotros.