Enlace Judío México.- Antes de la guerra, Boston era un semillero de lazos con la Alemania nazi, tanto públicos como secretos. Durante la guerra, la juventud judía pagó un precio sangriento por años de virulento odio
MATT LEBOVIC
No lo verá mencionado en la ruta de la ciudad “Ruta de la Libertad”, pero Boston fue una vez el hogar de una próspera red de partidarios nazis. No sólo que los activistas antisemitas de la Cuna de la Libertad recibían fondos y dirección de Berlín, también ayudaban a incitar “pequeños pogromos” contra los judíos bien entrada la guerra.
Durante los mismos años que el Holocausto, “imponentes bandas antisemitas restringieron severamente el movimiento físico de muchos judíos en Boston y Nueva York, lo que les hizo difícil llevar a cabo actividades religiosas, empresariales o sociales normales“, escribió Stephen H. Norwood, profesor de historia en la Universidad de Oklahoma.
En Boston y en otras partes, la incitación antijudía fue alimentada por el Padre Charles Coughlin, “fundador de la radio del odio”. Aunque residía en Michigan, el mayor seguimiento de Coughlin lo tuvo en Boston, donde los miembros de su Frente Cristiano escuchaban las llamadas del sacerdote a organizar boicots y correos masivos contra judíos.
“Cuando terminemos con los judíos en América, pensarán que el trato que recibieron en Alemania no fue nada“, dijo Coughlin durante una diatriba en el Bronx. El propagador del odio también publicó “Justicia Social”, un periódico que reimprimió “Los Protocolos de los Sabios de Sión” en 1938, justo cuando la persecución de los judíos alemanes alcanzó un punto febril.
Los partidarios de Coughlin, mayoritariamente estadounidenses de origen irlandés ganaron para Boston el apodo de “la ciudad venenosa”. Por ejemplo, el Frente Cristiano trabajó con vendedores para que incluyeran panfletos antisemitas con los productos, y los propietarios de restaurantes fueron instados a incluir texto denunciando a los judíos entre los especiales en el menú. No era un antisemitismo “cortés” a puertas cerradas, sino una campaña de incitación en curso.
Dirigida por el vendedor de seguros Francis P. Moran, la sucursal de Boston del Frente Cristiano se reunía para mitines en Hibernian Hall de Roxbury. Allí, Moran una vez gritó: “¿Quiénes son los chupadores de sangre que conspiran para enviar a nuestros muchachos a morir en Inglaterra?” Como en un mitin nazi en Alemania, la multitud rugía en respuesta, “¡los judíos!“
No es sorprendente que la retórica del Frente contra los judíos se derramara por las calles. En los barrios de Boston, bandas ambulantes de adolescentes atacaban a los judíos y vandalizaban sus propiedades. Según relatos contemporáneos, las “bandas católico-irlandesas” organizaban “cacerías judías”, entrando en barrios judíos para atacar a judíos jóvenes. A veces, hasta media docena de matones se acumulaban en un coche y se lanzaban sobre un estudiante judío, atrapándolo por sorpresa.
Tan extendida fue la violencia de pandillas contra los judíos en Dorchester, que la revista Newsweek le dedicó un artículo en 1943. Del mismo modo, el Atlantic Monthly trató de avergonzar a los líderes católicos de Boston por no haber condenado los ataques a judíos, “¿Es usted judío?”
La conspiración nazi de Boston
Con su activo Frente Cristiano y varias universidades pro-nazis, la “ciudad venenosa” de Boston fue la principal base de reclutamiento para los nazis durante los años treinta.
Hasta hace pocos años, el alcance de los vínculos entre los antisemitas de Boston y el gobierno nazi no estaba claro. Fue necesario un sacerdote católico romano del Colegio de Boston – Charles Gallagher de la orden de los jesuitas – para conectar los puntos entre el frente y los oficiales de las SS.
Los historiadores ya sabían que el cónsul general de Alemania en Boston era un oficial de las SS y amigo de Heinrich Himmler, el arquitecto del Holocausto. Como principal diplomático del Reich en Nueva Inglaterra, Herbert Scholz colgó una gran bandera suástica en su oficina en Beacon Hill. Más significativamente, Scholz trabajó con el Frente Cristiano de Moran para dirigir campañas antisemitas, y – a través de los contactos de la SS – financiar la sucursal de Boston.
Un vínculo clave entre Scholz y Moran fue la transcripción del juicio de Scholz en Nuremberg, donde el diplomático nazi habló de trabajar en Boston con Moran. Además, los fondos de las SS ayudaron a Moran a obtener oficinas en el elegante Hotel Copley Square, donde el Frente se constituyó como grupo de defensa de la Constitución hasta 1940.
También ese año, el FBI disolvió el Frente Cristiano de la Ciudad de Nueva York como célula terrorista. Alarmado por el hecho de que el Frente continuara operando en Boston, los líderes británicos autorizaron a los espías MI6 a crear un contra-movimiento de base en el corazón de Nueva Inglaterra: el Comité de Defensa Irlandés-Americano. Compuesto de católicos opuestos al nazismo, la “guerra en la sombra” del comité contra el Frente ayudó a conducir a los “nazis de Copley Square” a la clandestinidad en 1942.
‘Bandas antisemitas merodeando’
Incluso después de que la policía de Boston cerrara el Frente Cristiano en 1942, la violencia contra los judíos se intensificó durante cada año de la guerra. Una generación de instigación antijudía se había arraigado en todos los niveles de la sociedad, desde el presidente pro-nazi de la Universidad de Harvard a adolescentes acumulaban sus cuentas de víctimas de la “caza judía”.
En octubre de 1943, una de esas pandillas golpeó severamente a dos muchachos judíos, Jacob Hondas y Harvey Blaustein. Al llegar a la escena, la policía arrestó a los adolescentes judíos y los llevó a la Estación 11, donde policías de Boston los golpearon con mangueras de goma. Incluso después de estas afrentas, un juez falló contra las víctimas y los multó.
“Estos ataques contra niños judíos son responsabilidad total del gobernador Saltonstall, del alcalde Tobin, de la iglesia y del clero -todos los cuales durante tres años han ignoraron la tragedia“, declaró Frances Sweeney, editora de “Boston City Reporter” y formidable oponente del Frente Cristiano.
Llamando a Boston la ciudad más antisemita del país, Sweeney recordó al público la persecución del pasado liderada por católicos. Conocida como “cruzada de una sola mujer” contra el Frente, Sweeney también puso en marcha una “clínica de rumores” del Boston Herald para combatir la propaganda del Eje.
Gracias a Sweeney y a otros simpatizantes, el antisemitismo en Boston disminuyó después de la guerra. La comunidad judía empezó a organizarse, y un nuevo líder de la iglesia – el cardenal Richard Cushing – buscó la reconciliación. Aunque la violencia contra los judíos acosó algunos de los mismos barrios en las décadas posteriores, esas tensiones no estaban relacionadas con los olvidados nazis de Copley Square.
Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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