Enlace Judío México.- Abdelbaki Essati, el imán que las autoridades creen que estaba en el centro de los ataques terroristas en Barcelona y sus alrededores, aparentemente era un maestro del engaño – “demasiado cortés, demasiado correcto“. Aparentemente fue capaz de engañar a los servicios de inteligencia europeos predicando una versión “moderada” del islam, mientras que, al mismo tiempo, orquestaba ataques yihadistas mortales.
GIULIO MEOTTI
Otra imán en Europa, Seyran Ates, predica un verdadero “Islam moderado” pero necesita protección policial las 24 horas del día.
Ates, entrenando para convertirse en imán, parece haber pensado que no había lugar mejor que Berlín para inaugurar su mezquita, Ibn Rushd-Goethe. Es el primer sitio religioso islámico abierto a mujeres solteras, homosexuales, ateos, sufíes, mujeres sin velo – todas aquellas personas a las que muchos islamistas fundamentalistas han dicho que desean silenciar o matar.
Pero después de los flashes de los fotógrafos llegaron las amenazas de muerte. Ahora, se necesitan seis oficiales de policía alemanes para proteger a Ates. Ella no es nueva en amenazas de muerte. Cerró su bufete de abogados en Kreuzberg (un distrito turco de Berlín) después de casi ser asesinada en un ataque terrorista. La bala se alojó entre sus cuarta y quinta vértebras. Le tomó cinco años recuperarse de la lesión.
Una semana después de la inauguración de la “mezquita liberal de Berlín”, su sala de oración estaba virtualmente vacía. El número de fieles era el mismo que el número de personal de seguridad. Los musulmanes parecen tener miedo de ser vistos allí. Ates ha recibido fatwas y amenazas desde Egipto a Turquía. Ella dice que ha recibido “300 correos electrónicos al día que me animan a continuar”, pero “3.000 correos electrónicos al día llenos de odio”, algunos con amenazas de muerte.
Su destino, por desgracia, no es único. Alemania acoge a muchos musulmanes genuinamente “moderados” que deben vivir bajo protección policial. Son periodistas y activistas que han desafiado al terrorismo y al Islam radical. Sin protección, se convertirían en “mártires moderados”. Ayaan Hirsi Ali huyó a los Estados Unidos después de que los Países Bajos se negaran a seguir protegiéndola.
En Alemania, no son los supremacistas musulmanes, tales como los que predican asesinar a homosexuales, los que tienen que vivir bajo protección policial; son los musulmanes que critican a los supremacistas. El único “delito” que estos musulmanes cometieron fue ejercer su derecho democrático a hablar – no en Irán, Siria ni Irak – sino en Europa.
Estos reformadores tratan de mantener vivos los valores de la Ilustración -la libertad de expresión, la separación entre la religión y el Estado, la igualdad de justicia bajo la ley- para romper el silencio forzado del Islam, en el cual la “blasfemia” se castiga con la muerte.
Son ellos los que penetran ese silencio. Defienden el derecho a la democracia, a un poder judicial independiente, a la educación. El precio, sin embargo, ha sido el exilio, la tortura, el ostracismo, la marginación pública y, con demasiada frecuencia, la vida misma. ¿Dónde están los “musulmanes moderados”? En el mundo musulmán, ellos están en la cárcel, en el exilio, en el vuelo – cuando no asesinados – al igual que Salman Taseer, su abogado, bloggers de Bangladesh e innumerables otros. En Europa, estos verdaderos “musulmanes moderados” tienen que vivir bajo protección policial. El multiculturalismo para ellos es una prisión.
Hamed Abdel-Samad, escritor egipcio y autor del libro fascismo islámico, está protegido por la policía alemana. El sociólogo alemán Bassam Tibi ha estado bajo guardia policial durante dos años por haber patrocinado un “Euro Islam”: cómo se podría asimilar a los musulmanes en Europa, un concepto opuesto a la islamización de Europa que los fundamentalistas están tratando de lograr. En una entrevista con la revista alemana Cicero, Tibi admitió su derrota y “capitulación”.
Ekin Deligöz, representante del Partido Socialdemócrata de Alemania, también está bajo protección policial, por haber pedido a las mujeres que rechacen el velo como “símbolo de inferioridad y sometimiento”. Fatma Bläser, víctima de matrimonio forzado y autora de la novela Hennamond, está hoy protegida por la policía. Viaja de escuela en escuela entre jóvenes musulmanes para aumentar la conciencia. Mina Ahadi, que fundó el Consejo de los antiguos musulmanes, también está bajo la protección del gobierno día y noche.
Cuando el periodista más valiente de Turquía, Can Dündar, ex editor del periódico turco Cumhuriyet -los únicos medios de comunicación turcos que expresaron su solidaridad con la revista satírica francesa Charlie Hebdo- abandonó Ankara para Alemania, probablemente nunca habría imaginado que necesitaría protección policial en Berlín también. En Turquía, la policía registró su casa en busca de correos electrónicos y artículos; en Berlín, la policía tiene que proteger su casa contra los fundamentalistas musulmanes que lo quieren muerto. En Turquía, querían matarlo por criticar el Islam político; Europa no es diferente.
Estas son las verdaderas voces “moderadas” en el mundo islámico, a diferencia de muchos supuestos “musulmanes moderados” como Tariq Ramadan, quien recientemente fue arrestado defendiendo la mutilación genital femenina (MGF). Estos heroicos reformadores musulmanes están lejos de los funcionarios islámicos de las principales organizaciones musulmanas, a menudo financiados por dictaduras islámicas ricas en petróleo. Qatar, según una importante investigación del diario francés Libération, es la principal fuente de fondos para la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF), el grupo paraguas islámico más destacado allí. El UOIF también obviamente recibe fondos de Arabia Saudita y “asociaciones benévolas” en Arabia Saudita y el Golfo.
Estos valientes disidentes, que necesitan nuestra ayuda, han estado luchando por defender los valores que son los pilares de la Ilustración de Europa -los que todo Occidente ha llegado a aceptar. Pero no el Islam.
Estos hombres y mujeres han sido incluso comparados con los héroes de la Ilustración, como Voltaire. El dramaturgo francés, sin embargo, no tenía un millón de enemigos que, reconociéndolo desde la televisión, podrían luego conspirar para decapitarlo.
Giulio Meotti, Editor Cultural de Il Foglio, es un periodista y escritor italiano.
Fuente: Gatestone Institute – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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