Enlace Judío México.-El “Beit ha Majpelá” (traducible como “la Casa de las Tumbas de los Patriarcas”), es un edificio de tres plantas en la ciudad palestina de Hebrón, pegado a la Tumba de los Patriarcas.
EDGARDO KRAWIECKI PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
El 29 de marzo del 2012 fue tomada por colonos judíos de la ciudad y comenzó a ser habitada por 15 familias. Pero a la semana, el 4 de abril de aquél año, fue evacuada por la Policía de Israel por una orden directa del Ministro de Defensa. Todos los intentos por volverla a habitar han sido hechos con un trasfondo judicial que llega hasta este año 2017.
Según las familias que la tomaron, la casa fue comprada a los dueños palestinos por terceros y ahora les pertenece. También argumentan que la Administración Civil israelí autorizó la ocupación de la residencia, de modo extraoficial.
El que vendió la casa, el palestino Muhamad Abu Shala, y un tercero que puso el dinero, fueron detenidos por la policía palestina. Abu Shala continúa detenido en el 2017, sin juicio previo y bajo torturas, según organizaciones de derechos humanos que denunciaron este hecho.
Está acusado de vender propiedades palestinas a israelíes, cosa que está prohibida por las leyes de terrenos de la Autoridad Nacional Palestina, cuya ofensa puede ser punible con la pena de muerte. Mientras tanto, fueron apareciendo otros palestinos que reclamaban ser los dueños de esta propiedad, negando que la hubieran vendido.
A la luz de la falta de coordinación con las fuerzas de seguridad israelíes y el nivel político israelí, la Administración Civil por órdenes del entonces Ministro de Defensa, Ehud Barak, emitió un edicto de desalojo para los residentes de la casa. El área fue declarada zona militar cerrada y la casa fue evacuada el 4 de abril de 2012. Barak lo explicó del siguiente modo: “No es posible una situación en la que se tomen acciones ilegales para determinar o dictar la administración de los hechos sobre el terreno”.
Durante los pocos días en que la casa estuvo ocupada, los políticos de la derecha israelí expresaron su apoyo a las familias judías que pasaron por allí, incluido el ex diputado de Kadima, Otniel Schneller (que colocó una mezuzá a la entrada de la casa) y el ministro de Transporte del Likud, Israel Katz. Los entonces ministros Daniel Hershkowitz, Gideon Saar, Limor Livnat y Iuli Edelstein expresaron su oposición a la orden de evacuación. Otros ministros y diputados criticaron la conducta del ex ministro de Defensa Barak.
Según las familias judías, el edificio fue comprado para que ellos pudieran habitarlo por la compañía “Aladion Leakarat”. Esta empresa presentó una solicitud para abrir procedimientos destinados a registrar el edificio a su nombre con el fin de permitir el asentamiento de las familias judías en esta propiedad. En septiembre del 2012, un funcionario de la Administración Civil decidió rechazar la solicitud. La compañía apeló la decisión y el 30 de junio de 2013 el Comité de Apelaciones Militares la aceptó. El comité determinó que el funcionario cometió un error al declarar que la solicitud de los compradores para abrir el proceso de registro no cumplía con las condiciones mínimas. El comité recomendó al jefe de la Administración Civil ordenar una reexaminación de la solicitud y dictaminó que el funcionario pagaría los gastos judiciales de 5.000 shékels (unos 1250 euros).
El 22 de septiembre de 2013, tras un atentado a tiros en Hebrón en el que murió un soldado israelí, el primer ministro Netanyahu ordenó una “acción inmediata para poblar la casa de las tumbas de los Patriarcas”. Sin embargo, dos días después, la fiscalía aclaró que “el primer ministro expresó una posición de apoyo a la población del edificio, solo sujeto a las disposiciones de la ley”, y por lo tanto “no hay intención de aprobar la ocupación del edificio antes de la finalización de los procedimientos”.
En diciembre de 2015, el Comité de registro preliminar de la administración civil decidió que los colonos no habían probado realmente que habían comprado la casa y que los documentos presentados para probar la compra no habían sido confiables. En junio de este 2017, el Comité de Apelaciones de la administración civil dictaminó que el Comité de registro preliminar tuvo una serie de errores e ignoró ostensiblemente los documentos que se le presentaron. Decidió llamar a una nueva audiencia para revisar todos los documentos del caso.
El 25 de julio de 2017, las 15 familias judías ingresaron nuevamente a la casa de los Patriarcas. Varios ministros del actual Gabinete de Gobierno expresaron su apoyo a la medida y el primer ministro Netanyahu ordenó al ministro de Defensa Lieberman que los evacuara “hasta nuevo aviso”. El comandante de la brigada de Hebrón declaró el lugar como una “zona militar cerrada” para evitar la entrada de otras personas.
Hay un antecedente interesante para apuntar con la llamada “casa de la discordia”. Fue cuando en el año 2007, 16 familias judías decidieron instalarse en un edificio de tres plantas inacabado en la ciudad palestina de Hebrón. En aquél entonces sin ventanas, con el suelo y las paredes sólo cubiertas por hormigón, sin acceso a electricidad y agua, estas personas ocuparon el lugar porque había sido comprado por un judío estadounidense a un palestino a través de un mediador que nunca reveló la identidad del interesado en la vivienda. Un millón de dólares recibió de forma escalonada durante dos años el propietario del edificio que hoy aparece cubierto de banderas israelíes y cuidado por una garita del Ejército israelí para, desde una posición estratégica, controlar la ciudad de Hebrón.
Después de idas y venidas, el 11 marzo del 2014 los tribunales israelíes fallaron a favor de las familias colonas y en abril de aquél año el ministro de Defensa las autorizó para habitarla.
Mientras en el Gobierno israelí intentan bajar los decibeles en todos los territorios ocupados, intentando no hablar de las anexiones de territorios en la Margen Occidental que proponen miembros de su Gabinete, el viceministro de Defensa Eli Ben Dahan (del partido La Casa Judía, de Naftalí Bennett) ha salido últimamente con una iniciativa para convertir Tel Rumeida, en Hebrón –donde hay un barrio de colonos y un sitio arqueológico del período calcolítico-, en un Parque Nacional israelí. Obviamente, es un lugar considerado por la ley internacional como ilegal para el asentamiento de israelíes.
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