MORRIS STRAUCH PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO
Hace ochenta y tres años en Brooklyn, NY, nació el hijo de Samuel Sagan y Rachel Gruber, el 9 de noviembre de 1934: Carl. Nombrado en recuerdo de su abuela materna Clara.
Muchos conocimos a Carl Sagan por la serie televisiva de los 1980s, Cosmos, que se calcula ha sido vista por más de 500 millones de personas. Sagan fue el astrónomo de la Universidad de Chicago que hizo trabajos sobre la temperatura de Venus, búsqueda de vida extraterrestre, e inclusión de información de la tierra en las sondas espaciales Pioneer y Voyager. Hizo muchos trabajos de comunicación científica y publicaciones, 600 artículos y más de 20 libros, incluyendo el de Cosmos.
Carl tuvo una hermana, Carol. A los 4 años, en 1939, Sagan quedó maravillado por la Feria Mundial de Nueva York a la que lo llevó su padre, lo fascinaron los prodigios que la ciencia y la tecnología prometían para el futuro. A los 13, después de su Bar-Mitzva, se mudaron a New Jersey por el trabajo del padre, ahí estudió en la Rahway High School. Por su capacidad intelectual le recomendaron a sus padres cambiarlo a un colegio para estudiantes dotados. A los 16 ingresó a la Universidad de Chicago, y entre 1954-60 se tituló de licenciatura y postgrado.
Estando en la Universidad de California, Berkeley colaboró con el equipo Mariner 2 de la NASA. En 1963 obtuvo un puesto de profesor asistente en Harvard, que combinó con otro en el Observatorio Astrofísico Smithsoniano, también en Cambridge. En Harvard no se le otorgó plaza permanente, así que cuando el astrónomo Thomas Gold de la Universidad de Cornell lo invitó como profesor asociado Sagan aceptó y llegó para quedarse en Cornell por casi 30 años como profesor titular y director del Laboratorio de Estudios Planetarios, y director asociado del Centro de Radiofísica e Investigación Espacial.
Algunos definen a Sagan como un científico multidisciplinario. Sus primeras contribuciones las hizo sobre la temperatura de Venus, a partir de sus emisiones de radio. Colaboró con el diseño y gestionamiento de las primeras misiones del Mariner, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, a Venus, las cuales confirmaron sus afirmaciones sobre el planeta.
Fue de los primeros en proponer que la luna de Saturno, Titán, tendría océanos en su superficie y que la luna de Júpiter, Europa, los podría poseer subterráneos. Ayudó a resolver el misterio de la bruma rojiza de Titán debida a moléculas orgánicas complejas que llueven constantemente sobre su superficie. Estudió los cambios de coloración observados en la superficie de Marte y concluyó que no eran estacionales ni vegetacionales, como se pensaba en aquel entonces, sino movimiento de polvo en la superficie causado por tormentas. Hizo estudios de exobiología, en búsqueda de vida en el resto de la galaxia, y reprodujo experimentos del caldo primigenio de producción de aminoácidos. Sagan alertó sobre el calentamiento global en la tierra.
También armó el primer mensaje terrestre en una placa anodizada de oro sobre las sondas espaciales Pioneer 10, 1972, y Pioneer 11, y contribuyo al desarrollo del disco Golden Record enviado con las sondas espaciales Voyager en 1977.
Cuando el Voyager 1 se encontraba más allá de Plutón, Sagan pidió a la NASA que éste tomara una foto hacia la Tierra desde allí:
“En él están todos aquellos de los que has oído hablar… La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, las miles de religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y buscador, cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada par de jóvenes enamorados, cada niño con una esperanza, cada madre y padre, cada inventor y explorador, cada profesor de ética, cada político corrupto, cada superestrella, cada líder supremo, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió allí, en un punto de polvo, suspendido en un rayo de sol. . . .
Piensa en los ríos de sangre derramados por todos esos generales y emperadores para que en la gloria y el triunfo pudieran convertirse en los amos pasajeros de la fracción de un punto.”
Pale Blue Dot: Carl Sagan, 1994.
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