Enlace Judío México.- El 2 de febrero del año 2000 fue determinante para la Dra. Shulamit Goldsmit. El entonces Rector de la IBERO, el padre Enrique González Torres, la convocó para hacerle un encargo importante: crear y desarrollar el Programa de Cultura Judaica.
El objetivo fue, desde un principio, la difusión, docencia e investigación de la historia y cultura del pueblo judío, dentro de un marco académico que permite discutir y debatir, desde diferentes perspectivas, el legado de esta comunidad al mundo.
“Fue el mayor regalo. Me puse a trabajar con toda dedicación. Me comuniqué con la Tel Aviv University, The Hebrew University of Jerusalem, que de inmediato me empezaron a proponer conferencistas. También se vinculó con la Universidad Ben Gurión del Negev.
“También me relacioné con oficinas y organizaciones de la comunidad judía en México y comenzamos a armar cursos, diplomados, conferencias, exposiciones de pintura y todo tipo de actividades”, dice emocionada Goldsmit, tras recordar uno de los momentos más maravillosos de su vida.
La expectativa del programa era tan grande que, pocos días después de concebirse, Andrés Ancona, profesor de Filosofía, le propuso crear el Coloquio de Culturas Judaicas, mismo en el que han participado ponentes de Italia, Israel, Estados Unidos y académicos de España, quienes destacan por el estudio del judaísmo.
De acuerdo con Shulamit, la comunidad judía representa 5% de la población total de la IBERO, que pareciera poco, pero es muy relevante y activa en la vida de la Universidad Iberoamericana. Por ello, el interés de tener un espacio de reflexión.
Adscrito al Departamento de Historia de la IBERO, el Programa de Cultura Judaica desarrolla algunas actividades para vincularse con la comunidad universitaria: las jornadas judaicas y la celebración de las fiestas principales del calendario judío, como el año nuevo (Rosh Hashaná), la fiesta de las luminarias (Januká) y la cena de Pascua (Seder de Pesaj).
“Mucha gente me ha ayudado a que el programa sea tan fuerte hoy. Ahora es como si fuera un joven adulto que aún tiene mucho que crecer y desarrollar porque sus horizontes son enormes. Se queda en la mejor casa, con los mejores padrinos que lo conocieron desde el nacimiento”, platica Goldsmit.
En este punto rememora que una pieza importante de la creación de este programa universitario fue la Dra. Julia Palacios, coordinadora de Vinculación y Relaciones Externas del Departamento de Comunicación, quien tras regresar de un viaje a Israel propuso la idea a González Torres. Lo demás, es historia.
El Programa de Cultura Judaica ha permitido acercar a la comunidad universitaria con la judía. Desde su instauración, se celebran las festividades antes mencionadas, y como parte del programa se han hecho dos viajes a Jerusalén. Además, se imparten cursos de ídish.
En 2002, el Programa se integró a la Maestría en Historia, con especialización en Judaismo Contemporáneo; y en la parte de publicación ha editado cuatro libros sobre temática judía y comunitaria, el más importante, un ejemplar que recogió el legado de David Ben Gurión, fundador del Estado de Israel.
“Un idioma casi en extinción que muy pocos hablamos. Aquí tenemos curso de literatura irish que es parte del programa. Una joya que tiene renombre en todas partes”, señala Goldsmit, quien calificó a la universidad como buena, hermosa y receptora.
Una vida dedicada a la Universidad
Uno de los regalos más hermosos que ha recibido la doctora Shulamit Goldsmit Brindis fue estar al frente del Programa de Cultura Judaica de la Universidad Iberoamericana desde su creación.
Pero tras casi 18 años como coordinadora de dicho programa, y 30 años trabajando para la IBERO, la académica del Departamento de Historia se despide de esta institución en donde asegura ha pasado momentos muy felices.
Para despedirse, la Dra. Goldsmit Brindis eligió un día especial para ella, lleno de simbolismo: el año nuevo judío que, como cada año, se celebra en la IBERO desde que surgió el Programa de Cultura Judaica.
La llegada de Goldsmit a la IBERO no fue casualidad, parte de su historia estaba trazada en esta institución. Abandonó la carrera en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) porque se casó y tuvo hijos.
Ingresó a la IBERO para estudiar Antropología. Durante su carrera, tuvo a maestros de la talla del Dr. Arturo Warman, intelectual, político y etnólogo mexicano; el Dr. Ángel Palerm, antropólogo, profesor e investigador; y el doctor en Antropología Social, Andrés Fábregas.
Pocos semestres después, revalidó materias para entrar a la Licenciatura en Historia, pues el tiempo que le demandaba la Antropología se empalmaba con su trabajo de mamá.
“Con un poco de dolor, recuerdo que tardé 12 años en hacer la licenciatura porque no podía venir todas las tardes. Muchas veces estuve a punto de dejarla porque era muy difícil, pero mi querida maestra Beatriz Ruiz Gaytán Fernández, quien en ese tiempo era la directora de la carrera, me motivaba, así como la Dra. Cristina Torales, quien siempre me apoyó hasta que terminé la carrera”, expresó Goldsmit.
Pese a los retos a los que se enfrentó, fue en esta etapa cuando la Dra. Shulamit empezó a dar clases, tras una invitación para compartir sus conocimientos acerca de uno de los temas que siempre le ha apasionado: la historia de Rusia.
Al tiempo, empezó a dar cursos en el Departamento de Historia, en el Departamento de Relaciones Internacionales y en el Departamento de Comunicación, este último, con los alumnos más inquietos.
Ávida de conocimientos, Goldsmit empezó la Maestría en Historia, la cual tardó menos en terminar a diferencia de la licenciatura. Una vez terminado su posgrado, justo al tiempo en el que empezaron a nacer sus nietos, decidió realizar su doctorado en Ciencias Sociales y Políticas.
En esta época, estudió un semestre en Cambridge. “La mayor felicidad estuvo ahí”, dijo. La doctora Patricia de los Ríos asesoró su tesis, la cual estuvo inspirada en la historia de su familia, pues su papá fue de origen polaco y su mamá de Tabasco.
En su paso por la IBERO, entre 1991 y el 2000, también se desempeñó como coordinadora de Humanidades, en la Dirección de Educación Continua en donde realizaba diplomados y cursos. Fue en ese entonces cuando empezó a trabajar de tiempo completo en la universidad.
Goldsmit asegura que se va de la IBERO triste, pero tranquila pues sabe que el Rector, el padre David Fernández, y la universidad tienen un gran aprecio por la comunidad judía. Ella dedicará tiempo para estar con su familia, para pintar y, probablemente, escribir un libro.
Fuente: IBERO
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