Enlace Judío México.- La elección de Avi Gabai puede ser vista como la imagen patente de la crisis ideológica por la que atraviesa gran parte de la sociedad israelí, representada otrora por el “socialdemócrata” Partido Laborista. También podríamos analizarla bajo la luz de la fe de los conversos en los tiempos modernos.
EDGARDO KRAWIECKI PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
¿Hasta qué punto se asemeja el mundo en el que parecemos hundirnos en la actualidad, debido a la fascinación y la omnipresencia de una imagen reproducida (léase, vendida) en todas partes hasta el desarraigo de la memoria? ¿Hasta qué punto puede llegar el olvido de la propia identidad?
Las declaraciones del nuevo jefe del Partido Laborista vienen causando estupor en la piel de todo el arco de centroizquierda de Israel. Primero sostuvo que “nunca” estaría en una coalición de Gobierno junto a partidos árabes de Israel. Luego, que si él fuera el próximo primer ministro “no evacuaría ningún asentamiento judío en la Margen Occidental” ni aunque se firme un acuerdo de paz. Y ahora afirmó en Beer Sheba que “la izquierda israelí se ha olvidado de lo que es ser judío”, como si Meretz y el Laborismo abrevaran en los principios del judaísmo ortodoxo.
“Todo empieza en nuestra Torá”, espetó Gabai, que ya había dicho anteriormente que “Dios le ha dado la Tierra de Israel a Abraham”. Intencionalmente, Gabai remite a la declaración de Benjamín Netanyahu, cuando le dijo al oído al Rabino Kaduri de Shas en el año 1997 que “la izquierda se ha olvidado lo que significa ser judío”.
Sus seguidores parecen estar medio desconcertados con su líder citando a Netanyahu, aunque no debería ser para tanto. Y los medios israelíes echan más leña al fuego revelando que, incluso en el pasado, Avi Gabai ha votado al Likud.
Hasta hace un año y medio atrás (desde el 14 de mayo del 2015 hasta el 31 de mayo del 2016) Avi Gabai era el ministro del Medio Ambiente del actual Gobierno de Benjamín Netanyahu. Apenas dos meses después de haber sido elegido como líder del partido Laborista ya se advierte su fuerte giro a la derecha: lo que muchos podrían ver como algo similar a las antípodas principistas de unos y otros dentro del arco político israelí no parece ser para tanto; aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
Avi Gabai fue el mentor ideológico de Kulanu, el partido encabezado por Moshé Kajalón que sacara 10 mandatos en las elecciones del 17 de marzo del 2015. Y que firmara un acuerdo de votos sobrantes con Israel Beiteinu, el partido de Avigdor Lieberman. Kajalón era uno de los ex halcones del Likud, que había desertado poco tiempo antes de su partido madre también por desavenencias con Bibi, que le ofrecía el oro y el moro para que se quedara a su lado. Prefirió cortarse todo y jugar sus propias cartas de liderazgo, acabando en la actual coalición como ministro del Tesoro (Economía). Y por detrás de las bambalinas, tenía a Avi Gabai como mentor en las sombras.
Volviendo a Avi Gabai, es recordado en cada alusión como un empresario que supo ser muy exitoso y que furtivamente llegó a ser el director de Bezeq, la Telefónica de Israel. Según la revista Forbes, en los dos años que dirigió Bezeq ganó la friolera de 52 millones de shékels (unos 13 millones de euros) solamente entre los años 2005 y 2007 en que duró en este cargo. Con esa suma en el bolsillo, ya se podría dedicar de allí en más a la vida política, probar partidos de derecha y de centroizquierda a futuro y olvidarse de los padecimientos de la mayoría de los seres vivos.
Gabai bucea en aguas extrañas
Avi Gabai nació en el año 1967 como séptimo hijo de ocho hermanos en Jerusalén en el seno de una familia humilde originaria de Marruecos, que moraba en el barrio de Baka. Sus padres habían llegado a Israel tres años antes.
Ya de chico se destacó como un niño inteligente y carismático. Fue a la secundaria en el barrio de clase media de Rejavia y cuando le tocó ir al ejército fue reclutado en el ala de inteligencia y destinado a la ponderada unidad 8200. Los egresados de esta unidad tienen más o menos abiertas las puertas al cielo, dentro de los cánones de la sociedad israelí. Al liberarse de Tzahal, hizo un primer título en Economía y una maestría en Administración de empresas, cursados en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Mientras despuntaba su Hobby por el buceo, las maratones y las largas caminatas.
Cuando era ministro de Netanyahu, fue el único miembro del Gabinete que se opuso al proyecto del gas natural como lo había planificado el Gobierno (Es lo que más ha rescatado la ex líder del partido Sheli Iejimovich para brindarle su apoyo dentro del Laborismo en estas primarias).
Y fue nombrado también por Bibi Netanyahu para diseñar una política para el Keren Kayemet le Israel (Fondo Forestal del país).
En diciembre del 2016 se unió al Partido Laborista. Y nadie imaginaba que medio año después ya sería designado su líder en lugar de Bushi Hertzog. En las primarias del 4 de julio pasado salió segundo y pasó al Ballotage junto al ex líder del partido Amir Peretz. El 10 de julio se llevó a cabo la segunda vuelta y Avi Gabai se impuso contra todos los pronósticos por el 52% contra el 48% de su contrincante.
El “Instituto israelí para la democracia” concluyó en un estudio reciente sobre el índice de votación en Israel por sector, que la población secular vota en un 60% al centroizquierda y solamente un 33% vota a la derecha. Pero a medida que se centra en la población más religiosa las tendencias cambian de sobremanera. Entre la población religiosa nacionalista, tradicionalista, que suele utilizar un solideo tejido (“kipá srugá”, en hebreo) un 64% vota a la derecha y un 22% al centroizquierda. Y cuando se trata de ortodoxos, un 83% vota a la derecha o partidos ortodoxos y solamente un 13% al centroizquierda. Para el centroizquierda, ir a pelear por los votos ortodoxos es más o menos un caso perdido. Pero Gabai apunta a los votos religiosos tradicionalistas y nacionalistas, ya que cree que allí sí puede llegar a arrastrar agua para su terreno si les habla en términos de derecha, con un lenguaje que les es familiar.
Nada de lo que Avi Gabai ha dicho con la terminología que suele utilizar la derecha israelí es de casualidad. Como tampoco lo es que suela ir a rezar al Muro de los Lamentos con una “kipá” bien grande sobre su cabeza.
Avi Gabai nos está diciendo hoy que va a derrotar a Netanyahu en las próximas elecciones y que lo va a hacer atrayendo votos de la derecha nacionalista.
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