Enlace Judío México – Dos días después del encuentro del presidente sirio Bashar Assad y su homólogo ruso Vladimir Putin en Sochi, la oposición notablemente fragmentada de Siria se reunió en la capital saudita para cerrar filas y presentar una visión unificada previo a la nueva ronda de conversaciones de paz en Ginebra.
En tanto que Assad ha asegurado su puesto, la oposición sigue plagada de desacuerdos y debilitada por la distracción de sus aliados en otros conflictos.
Horas antes de la reunión en Riad, figuras de la oposición, incluido el jefe del Alto Comité de Negociaciones para Siria, Riad Hijab, renunciaron en señal de protesta, y acusaron a otros de estar dispuestos a aceptar el liderazgo de un tirano desacreditado.
La oposición siria ha luchado durante mucho tiempo para demostrar su relevancia bajo un liderazgo de académicos y políticos exiliados, o clérigos islamistas y yihadistas ultraconservadores. A pesar de una gran variedad de aliados internacionales – países occidentales, países ricos del Golfo y Turquía – la oposición siempre ha estado debilitada por la multitud de aliados, que compiten sobre su influencia.
El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Adel al-Jubeir, dijo el miércoles que su país apoyará a la oposición siria para unir filas previo a las conversaciones de paz en Ginebra.
¿Quién es la oposición siria?
Las protestas contra el régimen que estallaron en 2011, fueron una rebelión espontánea contra el gobierno de Assad, inspiradas en gran parte por las manifestaciones de la “Primavera Árabe”. La rebelión se convirtió en una confrontación violenta cuando el gobierno abrió fuego contra los manifestantes y detuvo a miles.
Los oficiales del ejército comenzaron a desertar, uniéndose a los milicianos, en su mayoría de las zonas rurales, que más tarde formaron el núcleo del Ejército Sirio Libre (ESL), la principal fuerza rebelde que combate a Assad desde mediados de 2011.
El ESL se convirtió en el principal blanco de la ayuda externa, pero nunca recibió armas o municiones para ganar ventaja sobre el gobierno sirio. El liderazgo del ESL, que carecía de una estructura centralizada, era propenso a disputas internas y fue eclipsado por grupos islamistas apoyados por donantes del Golfo y Turquía.
Esto permitió que las potencias extranjeras eligieran a sus grupos e impulsarán sus propias visiones en Siria.
¿Qué la divide?
Parte de los desacuerdos se remontan a sus patrocinadores. Arabia Saudita y Qatar compiten en su influencia sobre los diferentes grupos de oposición. Otras facciones son apoyadas por Turquía.
El Consejo Nacional Sirio, con sede en Estambul se formó en 2011. Un año más tarde, fue reemplazado por la Coalición Nacional compuesta por representantes de grupos civiles con el apoyo del ESL. La coalición fue reconocida por Francia, Reino Unido, la Unión Europea y EE. UU., seis Estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo y 100 países como “el representante legítimo” del pueblo sirio. Pidió derrocar el régimen de Assad y sus fuerzas de seguridad y aceptó asistir a las conversaciones en Ginebra. El SNC lo boicoteó.
Los kurdos de Siria han diferido sobre a qué grupos unirse. El partido kurdo dominante, respaldado por EE.UU., que controla casi el 25 por ciento del territorio sirio aboga por un sistema federal y, por primera vez, ha sido invitado a las conversaciones organizadas por Rusia.
La oposición en Damasco desconfía de la influencia de los islamistas sobre el grupo exiliado y critica el papel desempeñado por los países del Golfo. Aunque es tolerada por el gobierno, insta a cambiar el régimen.
Rusia, el principal defensor de Assad, y Egipto, que mantuvieron contactos con el gobierno sirio, decidieron unirse al clamor. Se formó un grupo de oposición en El Cairo con un ex funcionario del gobierno, Yihad Maqdisi. El grupo apoya una transición política en las conversaciones de Ginebra dirigidas por la ONU.
Y en Moscú, otro grupo, que también incluye al ex viceprimer ministro y miembro del partido comunista sirio, Jamil Qadri, apoya las reformas bajo el liderazgo de Assad.
En 2015, Riad decidió formar un nuevo grupo paraguas: el Alto Comité de Negociaciones para Siria (HNC, por sus siglas en inglés) dirigido por Riad Hijab, un ex primer ministro quien actualmente reside en Qatar. El grupo representó a la oposición en las conversaciones de Ginebra y las negociaciones sobre seguridad patrocinadas por Rusia en Astana.
Previo a la nueva ronda de negociaciones internacionales que tendrá lugar el 28 de noviembre en Ginebra, parece que surgirá un nuevo comité de oposición que reúna a los grupos de Riad, Moscú y El Cairo.
Cambios de poder
La cumbre de Riad este miércoles se produce mientras los esfuerzos liderados por Rusia han logrado congelar gran parte del conflicto en Siria, a través de intensas negociaciones con Turquía, Irán, Jordania y Estados Unidos durante este año.
Ahora, le corresponderá a Arabia Saudita ofrecer un bloque de oposición inclusivo para las próximas conversaciones con el gobierno en Ginebra y Sochi, para traducir el estancamiento en Siria en un progreso diplomático, dijo un mediador sirio en condición de anonimato.
Las conversaciones previas se vieron frustradas por la negativa del HNC a aceptar grupos opositores fuera de El Cairo y Moscú cercanos a Assad. Esto permitió que Assad y Rusia paralizaran el proceso diplomático con el argumento de que no estaban negociando con una coalición de oposición representativa mientras avanzaban para combatir a los rebeldes armados en Siria.
Rusia e Irán, que respaldaron a Assad para recuperar el control de casi la mitad del país, se han asociado con Turquía, uno de los principales patrocinadores de la oposición siria que ahora está más preocupado por la creciente influencia kurda en el norte de Siria. Estados Unidos se ha enfocado en combatir a los militantes del Estado Islámico, aliándose con las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos. Mientras que el presidente Obama dudó en apoyar a los rebeldes sirios, el presidente Donald Trump puso fin al programa que financió a los rebeldes moderados tras la investigación de la CIA.
Según los informes, la conferencia de Riad se organizó luego de estrechas consultas entre Rusia y Arabia Saudita. El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, afirmó que la renuncia de Hijab representa “la partida de las figuras de la oposición con ideas radicales” y expresó la esperanza de que el movimiento sea un elemento unificador de la oposición. “Apoyamos los esfuerzos de Arabia Saudita en ese sentido”, dijo.
Mientras tanto, los disidentes ven a Moscú como un intento de crear una ruta paralela a Ginebra, que ordena una transición política para Siria.
La repentina y feroz batalla fuera de la capital siria la semana pasada, instigada por rebeldes con un apoyo externo limitado, ha abrumado al ejército y expuesto la ineficacia de las fuerzas de Assad sin apoyo externo.
Fuente: Haaretz, Reuters / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico
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