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domingo 24 de noviembre de 2024

La guía del presidente para reconocer a Jerusalén como capital de Israel

Enlace Judío México – ¿No es acaso el reconocimiento norteamericano de Jerusalén Occidental, donde la Knesset, la residencia del presidente, la Oficina del primer ministro, el Ministerio de Exteriores y la Corte Suprema están localizadas así como la mayoría de los barrios judíos, un paso en la dirección correcta? No necesariamente.

RAPHAEL AHREN

Los EE.UU. tuvieron 8 capitales antes de establecerla en Washington, D.C. ¿Quienes son los norteamericanos para negarle a los israelíes el derecho a tener la suya propia?

El titular del Ministerio de de Asuntos de Jerusalén, Ze’ev Elkin, se movió en esas líneas la semana pasada en una conferencia sobre el estatus legal de Jerusalén, pidiendo a la administración de EE.UU. que moviera su embajada desde Tel Aviv hacia Jerusalén para reconocerla como capital eterna de Israel.

Al contrario de otros países, Israel solamente ha tenido una ciudad capital, apuntó Elkin.

“Los EE.UU., por ejemplo, tuvieron 8 capitales temporales antes de que George Washington firmara el Acta de Residencia del 16 de julio de 1790 que estipulaba la creación de una ciudad capital permanente a lo largo de la rivera del Río Potomac, lo que hoy es conocido como Washington, D.C.” mencionó.

Elkin se refería al parecer al hecho de que entre 1774 y 1790, el Congreso de EE.UU. y sus instituciones precedentes se reunieron en Baltimore, Lancaster, York, Filadelfia, Princeton, Annapolis, Trenton y Nueva York, antes de que Thomas Jefferson, Alexander Hamilton y James Madison acordaran la aprobación del “Acta para el Establecimiento de la Sede Temporal del Gobierno de los Estados Unidos”.

“Nadie niega que Washington es la capital de los Estados Unidos”, Elkin dijo. “Ningún otro país asumiría sugerir que Nueva York o Los Angeles serían una mejor capital para EE.UU., y sin embargo con el caso israelí así es”.

El lunes, el presidente de EE.UU., Donald Trump evitó firmar la exención que pospondría la recolocación de la embajada americana desde Tel Aviv a Jerusalén. Tal exención ha sido requerida por la ley de EE.UU. cada seis meses desde 1995, con ello evitando mover la embajada. Se espera que publique una exención esta semana.

Pero al mismo tiempo, se dice que está listo para reconocer de manera pública a Jerusalén como capital de Israel, un movimiento que es bienvenido por Israel y al que los palestinos se oponen firmemente, quien clama la parte oriental de la ciudad como su capital, así como todo el mundo árabe y musulmán.

¿Pero acaso Trump reconocerá a todo Jerusalén como la capital de Israel, o solo su parte oriental, como Rusia lo hizo este año? Dependiendo del fraseo de esta esperada declaración, los israelíes pueden terminar decepcionados.

Cuando el Ministerio de Exteriores Ruso publicó una declaración el 6 de abril diciendo que Moscú considera a “Jerusalén Occidental como la capital de Israel”, los oficiales israelíes se quedaron mudos. Es lógico que algunos de ellos se hayan alegrado por el primer reconocimiento de una potencia extranjera de la soberanía israelí sobre una parte de la ciudad. Pero también se dieron cuenta que reconocer solamente la parte Occidental de ella parecería negar los reclamos de Israel sobre la parte Oriental, incluyendo la Ciudad Vieja, que capturó en 1967 y que subsecuentemente anexó de manera efectiva.

La declaración de Rusia, por ejemplo, específicamente dijo que Moscú ve a “Jerusalén Oriental como la capital del futuro estado palestino”. Al no querer hacer enfadar al mundo árabe y esperando mantener vivo el sueño de intermediar el “definitivo” acuerdo de paz palestino-israelí, Trump podría elegir una fórmula similar.

¿Será bueno o malo para Israel?

Uno podría argumentar que el reconocimiento parcial es mejor que ninguno. Después de todo, la comunidad internacional se ha rehusado hasta ahora a reconocer la soberanía israelí sobre cualquier parte de la ciudad. ¿No es el reconocimiento norteamericano de Jerusalén Occidental, donde la Knesset, la residencia del presidente, la Oficina del primer ministro, el Ministerio de Exteriores y la Corte Suprema están localizadas así como la mayoría de los barrios judíos, un paso en la dirección correcta?

No necesariamente, dijo el profesor Shlomo Slonim, un experto de la Universidad Hebrea sobre política de EE.UU. y derecho constitucional.

“El reconocimiento de Jerusalén Occidental como capital de Israel es un paso hacia la división de nueva cuenta de la ciudad”, dijo.

Los ministros Yariv Levin y Miri Regev estarían de acuerdo con Slonim. La semana pasada, ambos amenazaron con cortar el financiamiento estatal al próximo torneo ciclista del Giro d’Italia si los organizadores continuaban diciendo que la carrera tomará parte en “Jerusalén Occidental”.

“En Jerusalén, la capital de Israel, no hay ni occidente ni oriente. Hay una Jerusalén unificada”, los dos ministros del Likud mencionaron en una declaración en conjunta. Los organizadores del evento rápidamente pidieron disculpas y removieron la palabra “Occidental” de su material de prensa, para molestia de los palestinos.

El Acta de la Embajada de Jerusalén de 1995, que fue aprobada por una gran mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes, pero que no fue firmada ni por el entonces presidente Bill Clinton ni por los presidentes subsecuentes, es muy clara sobre las partes de la ciudad a las que se refiere.

“Jerusalén deberá permanecer como una ciudad íntegra”, dice en su sección 3. Desde entonces, las incontables resoluciones del Congreso han reafirmado la convicción de los legisladores de EE.UU. de que una Jerusalén unida debería ser reconocida como la capital del Estado judío.

En septiembre de 2016, después de encontrarse con el primer ministro Benjamín Netanyahu en Nueva York, Trump, el entonces candidato republicano para presidente, se comprometió a reconocer a la Jerusalén unida como la capital de Israel.

“El señor Trump reconoció que Jerusalén ha sido la capital eterna del Pueblo Judío por más de 3 mil años y de que los EE.UU., bajo una administración de Trump, finalmente aceptará el mandato de hace mucho del Congreso para reconocer que Jerusalén es la capital íntegra del Estado de Jerusalén”, de acuerdo a una lectura de la reunión.

Por otro lado, Trump está empeñado a negociar un acuerdo definitivo palestino-israelí, y sabe que reconocer a Jerusalén como capital de Israel podría ser “el beso de la muerte” para el proceso de paz, como los oficiales palestinos han advertido.

Si reconoce a Jerusalén como la capital de Israel, Trump tiene 3 opciones, dijo Eytan Gilboa, un experto en la política de EE.UU. de la Universidad Bar-Ilan.

“Puede decir ‘Jerusalén’, ‘Jerusalén Occidental’ o ‘Jerusalén Unida’. hay debate acerca del fraseo exacto incluso dentro de la administración” dijo.

Lo más probable es que Trump termine por decir “Jerusalén”, con ello dando rienda suelta a todos los lados para interpretar su declaración simplemente como lo deseen, Gilboa especuló. Israel tendrá la posibilidad de citar la ley y los anteriores compromisos del presidente para argumentar que se refería a toda la ciudad. Los palestinos, mientras tanto, podrán aferrarse a la esperanza de que solamente se refería a Jerusalén Occidental.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico

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