Enlace Judío México.- Un informe del instituto de investigación ONG-Monitor muestra que 5,1 millones de euros de fondos de los impuestos fueron transferidos a organizaciones españolas anti-israelíes solo en 2015, y este no es un fenómeno nuevo. 30 años de relaciones entre Israel y España. Es el momento de poner fin a la doble moral.
ODELIA AZULAY
La reciente visita del presidente Rivlin a España dio a Israel la oportunidad de mejorar sus relaciones con Madrid por primera vez. Los españoles quieren comer el pastel y dejarlo intacto: por un lado, exigen que Israel no reconozca la independencia de Cataluña. Al mismo tiempo, España sigue financiando organizaciones anti israelíes, más de 20 millones de euros en los últimos años. Este es el momento en que Israel debe dejar en claro que no hay obsequios gratuitos, y que para su apoyo en España existe un claro “precio” diplomático: detener el financiamiento de estas organizaciones.
En la visita de estado para marcar treinta años desde el establecimiento de relaciones entre los dos países, esperaba al presidente una protesta inusual por parte del tercer partido más grande de España en la actualidad, “Unidos Podemos“, cuyos miembros abandonaron el Pleno durante su discurso. “Unidos Podemos” es un partidario declarado de la campaña de BDS (Boicot, Desinversión, Sanciones, movimiento de boicot a Israel) y trabaja para promover el boicot de Israel en toda España. Esta brecha entre la recepción oficial y estatal y la protesta que ha enfrentado el presidente Rivlin refleja un conflicto mayor que es la característica central de las relaciones israelí-españolas.
La actitud de España en el tema palestino es resultado directo del mapa político de España en la actualidad. Desde la década de 1970, ningún partido ha logrado socavar el dominio de los dos principales partidos: el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Sin embargo, en las elecciones generales celebradas en diciembre de 2015, ninguno de ellos logró ganar la mayoría de los votos.
La reelección en junio de 2016 llevó al fortalecimiento de la extrema izquierda, una fusión de varios partidos, que hoy es la tercera fuerza política más grande en España, y controla la mayoría de las comunidades autónomas en el país.
Muchos ven el surgimiento de la izquierda como una contra-reacción a la larga dictadura militar de Franco. En la práctica, en la extrema izquierda de la España de hoy resuenan muchos ecos de las posiciones de sus colegas populistas de la derecha en toda Europa – soporte al separatismo, el nacionalismo y el euroescepticismo – algo que sirve en España de terreno fértil para el fortalecimiento de los sentimientos anti-israelíes.
Por ejemplo, el separatista Partido de Izquierda EH Bildu, que ganó el 60% de los votos en las últimas elecciones regionales vascas, llamó en 2015 a “la inmediata liberación de Jalidah Gerard“, miembro de la organización terrorista del FPLP (Frente Popular para la Liberación de Palestina) condenado por incitar al secuestro de soldados israelíes.
Además, durante 2017, seis ONG españolas firmaron una declaración que llamaba a “tomar fuertes medidas” contra Israel con motivo del 70 aniversario del plan de partición de la Palestina del Mandato, adoptada por las Naciones Unidas. Dicen: “Esta declaración ha llevado a la Nakba de 1948, la demolición de más de 530 activos palestinos y la expulsión de 750.000 palestinos de su tierra natal“. En la declaración, las organizaciones acusan a Israel de limpieza étnica, y de ‘más de 100 años de opresión de los derechos del pueblo palestino‘.
Lamentablemente, también el gobierno central español financia a estas organizaciones a través de la Agencia para la Cooperación Internacional y el Desarrollo (AECID), una división del Ministerio de Asuntos Exteriores español. De hecho, cuatro de las seis organizaciones que recibieron fondos de ellos durante 2015 tienen relación con diversas ramas de la organización terrorista FPLP – reconocida como tal por EE.UU., la UE, Canadá e Israel.
Un informe del instituto de investigación ONG-Monitor muestra que 5,1 millones de euros de los fondos de impuestos fueron transferidos a organizaciones españolas anti-israelíes solo en el año 2015, y esto no es un fenómeno nuevo. Un informe anterior demostró que en los años 2009-2011, 15 millones de euros fueron transferidos de España a organizaciones que trabajan para promover la deslegitimación, el boicot y guerra judicial contra Israel.
Destacando el establecimiento de relaciones entre los dos países, esta podría ser una buena oportunidad para que Israel exija que Madrid ponga fin al doble rasero respecto a Jerusalén. Por un lado, Madrid hace caso omiso de la decisión de UNESCO que niega el vínculo entre el pueblo judío y el Monte del Templo, y por la otra exige una declaración clara de que apoya su relación con Cataluña. Por un lado, hace caso omiso del ascenso de elementos anti-israelíes a los escaños parlamentarios e incluso financia campañas del BDS, y por el otro, disfruta de la ayuda de la inteligencia israelí y la cooperación transfronteriza. Si realmente quieren continuar mejorando las relaciones entre los dos países, esta dualidad debe acabar.
Odelia Azoulay es investigadora en la sede Monitor Israel del NGO Monitor Research Institute
Fuente: NRG – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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