Enlace Judío México.- El tema de esta semana es Janucá. Y si bien estamos en medio de la explicación de la historia de Janucá, de sus leyes y de sus costumbres, muchos lectores me han insistido que escriba “ahora” sobre Yerushalayim (Jerusalén) y explique por qué esta ciudad es nuestra capital.
RABBI YOSEF BITTON
Y creo que tienen razón…
Por eso, lo que voy a hacer en los próximos días, BH es escribir sobre Yerushalayim, y al pie del email presentaré los links que corresponden a Janucá.
Además, creo que hay suficiente material, online y por escrito, sobre Janucá y por el otro lado no hay mucho material que describa la historia de Yerushalayim. Un tema que, si los Yehudim queremos defender nuestros derechos, tenemos que conocer muy bien.
Hoy me voy a concentrar en explicar algo que creo no es muy conocido: que Yerushalayim fue “concebida”, incluso antes de su establecimiento como la ciudad capital de Israel.
YERUSHALAYIM, CIUDAD CAPITAL
La ciudad capital es, por lo general, la sede del gobierno nacional. Y una de las características de una ciudad capital moderna es que no debe pertenecer jurídicamente a un estado o a una provincia en particular. La “capital” debe ser “federal” o sea para toda la nación, y no “estatal” o “provincial”. Así pasa, por ejemplo, con Buenos Aires, Ciudad de México o Washington DC. Este último es un distrito federal, que no está bajo la autoridad de ningún estado, ni siquiera el estado de Maryland, el área geográfica donde se encuentra esta ciudad. Esto garantiza la imparcialidad de esta ciudad con respecto a los demás estados, y justifica que sea la sede del gobierno nacional y de las instituciones federales.
El antiguo estado monárquico de Israel, en los tiempos de los reyes, Shaul, David y Shelomó, estaba formado por 12 tribus, y a cada una le correspondía un lugar geográfico específico, asignado en los tiempos de Yehoshua bin Nun, el sucesor de Moshé. Si bien la Torá alude a una ciudad “elegida” (המקום אשר יבחר ה) donde estará el Bet haMiqdash y la Sede Jurídica de Israel, la historia oficial de Yerushalayim comienza recién con el rey David. Veamos.
Al morir el rey Shaul y sus descendientes, los representantes de las 12 tribus de Israel y los ancianos llegaron hasta Hebrón, ciudad donde David era el líder de la tribu de Yehudá, lo ungieron y lo declararon rey de todo Israel (Shemuel II, capitulo 5). Y el primer acto que David realiza como nuevo rey de Israel es la conquista de Yerushalayim. En ese entonces Yerushalayim estaba en manos de los Jebusitas, el único pueblo Canaanita que aún no había sido conquistado, desde la época de Yehoshua Bin Nun. David ofreció a los Jebusitas abandonar la ciudad en paz. Los Jebusitas rechazaron la oferta y desafiantes, se burlaron de David. Le dijeron que la ciudad era impenetrable, y para demostrar su confianza en la solidez de su fortaleza la ciudad iba a ser defendida simbólicamente por soldados “ciegos y cojos”. El libro de Shemuel nos cuenta muy brevemente que la ciudad fue conquistada ingresando a través de un túnel subterráneo o tsinor. El nuevo rey de Israel se estableció en esa fortaleza y cambió su nombre por ‘ir David (la Ciudad de David). Digamos de paso que este lugar es hoy el sitio arqueológico más excavado del mundo, y que ya se han descubierto allí los restos de las impresionantes murallas de la fortaleza Jebusita (ver este impresionante website https://www.cityofdavid.org.il/es).
LA CIUDAD DE DAVID
Allí, en esa fortaleza llamada metsudat zión, David estableció su corte, la sede del gobierno y su palacio, que fue construido con maderas de cedro, importadas del Líbano. Luego construyó un altar y trajo allí el arón haberit, el Arca Sagrada, que unos años después sería llevada definitivamente al Bet haMiqdash (Gran templo de Yerushalayim). Pero eso es otra historia…
David reinó en Yerushalayim por 33 años. Yerushalayim, estaba ubicada en la frontera entre el territorio de la tribu de Binyamín y el territorio de Yehudá, pero políticamente no pertenecía a ninguna de las tribus de Israel porque no había sido conquistada por Binyamín o por Yehudá. Esta neutralidad le permitía ser la capital de Israel y pertenecer a todas las tribus por igual.
Hay algo más. En este mismo capítulo, Shemuel II, 5:6, el texto escribe una palabrita inusual que es clave para esta disquisición. Los comentaristas bíblicos notaron que cuando David se dirigió a conquistar Yerushalayim fue con “sus propios hombres”. Israel estaba dividida en tribus y cada tribu tenía su propio ejército. Normalmente, una vez consagrado “rey” David tenía que haber elegido los soldados de su tribu, Yehudá, para pelear. Sin embargo David fue con sus propios hombres, que no provenían de una tribu en particular. Estos hombres eran como su “guardia pretoriana” o lo que hoy se llamaría “National Guard”, una fuerza militar que no representa a una provincia en particular sino específicamente al rey, al poder federal. Jerusalén fue deliberadamente conquistada por fuerzas militares nacionales. Ninguna tribu puede entonces reclamar posesión exclusiva sobre Jerusalén.
EL MONTE MORIA
Finalmente, años más tarde y por encargo Divino el rey David dirige su atención a la tierra de Aravná el Jebusita, una propiedad adjunta a la Ciudad de David. Esto es el Monte Moriá, donde Abraham llevó a su hijo Itsjaq, y donde el rey Salomón erigiría el Gran Templo de Jerusalén. Esta área es hoy en día el predio del Bet haMiqdash, el Kotel (muro de los lamentos), la explanada del Kotel, la ciudad vieja, etc. Aravná ofreció cederle al rey David esta propiedad gratuitamente. Pero David insistió en que la quería comprar. Los Sabios explicaron hace 2.000 años atrás, que el predio del Gran templo, es uno de los 3 lugares de Israel que los descendientes de los pueblos Canaanitas (ya desaparecidos) no podrían disputar su posesión, ya que no fueron conquistados por la fuerza sino comprados. Lo más interesante de este punto, relacionado con la condición “federal” de Yerushalayim, es que se mencionan dos sumas diferentes de dinero en dos textos paralelos. El libro de Shemuel dice que le costó a David 50 sheqalim adquirir esa tierra, pero el libro de Crónicas (dibré hayamaim) habla de 600 sheqalim. Los comentaristas explican que el precio fue de 600 sheqalim, y que los 50 sheqalim fue lo que pagó cada una de las 12 tribus. En otras palabras, Yerushalayim también fue comprada no por una sino por todas las tribus de Israel.
Desde el momento de su fundación Yerushalayim fue concebida como una ciudad “federal” y no tribal. Es la ciudad capital porque no pertenece a una tribu en particular, sino a todos los miembros del pueblo Israel.
Continuará…
Fuente: halaja.org
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