Enlace Judío México.- ¡No comprendo tanto alboroto con el tema del traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, si sabemos que obviamente no se va a instalar en la ciudad vieja ni tampoco al este de Jerusalén! Pues atentaría con los planes de paz, y ahí sí que se armaría un gran conflicto.
MTRA. KAREN BENSUSSEN KOSBERG.
Me parece que Estados Unidos está en su derecho de poner su embajada en Jerusalén y en definitivo no atenta contra los intereses palestinos, pues la parte occidental de Jerusalén es habitada por judíos, construida por judíos y cuidada por judíos.
Israel no requiere de violencia, ni exporta terroristas para hacerle saber al mundo que tenemos un país y que así como todos los demás países tienen su libertad para establecer su capital donde consideren conveniente, el Estado de Israel también tiene el mismo derecho.
El problema es que cuando se trata del Estado de Israel, todo el mundo se siente con el derecho de intervenir, opinar, condenar y censurar, como si éste fuera un asunto mundial. Este es un asunto únicamente nacional, y con ello me refiero a que al igual que el resto de los países del mundo, las decisiones y declaraciones en referencia al tema les incumbe única y exclusivamente a los israelíes. Aunque se revuelque de furia el mundo árabe, que por cierto en los últimos años ha legado al mundo sangre, terror y violencia.
Jerusalén ha sido la capital del Estado de Israel desde su creación, lo sabe Israel, lo sabe el mundo y lo saben los países árabes.
Hoy simplemente se declaró un principio de realidad existente desde 1967, quiera aceptarlo el mundo árabe o no, es solo su conflicto, no el de Israel.
Todas las instituciones gubernamentales desde el parlamento hasta los ministerios se ubican en Jerusalén. Me parece que esta es una realidad que no necesitaba de palabras, simplemente con observar se comprende lo que los tercos no quieren ver y se les tiene que restregar en la cara.
Claro está, Israel no organizará grupos terroristas radicales judíos para hacerle entender al mundo que Jerusalén es parte de Israel, somos y seguiremos siendo un pueblo de entendimiento, de razón y democracia.
Y por supuesto, como hoy recalcó el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, la ciudad vieja, central para las tres grandes religiones permanecerá en status quo.
Entonces ¿cuál es la protesta? Simplemente las acciones del presidente Trump reflejan una realidad que muchos no quieren ver, y no es que simpatice mucho con el nuevo presidente norte americano, lo que sí me queda claro es que cualquiera que haya sido la razón que lo motivó a realizar la declaración, ha reforzado la soberanía de un Estado, el único en el mundo que siempre es sujeto a escrutinio y cuestionamiento en cuanto a su legitimidad.
Fuente:estudiosmundo.com
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