Enlace Judío México – “‘Los judíos son nuestra desgracia’, gritan los nazis. La respuesta correcta debió haber sido, ‘No, no los judíos, sino los nazis son la desgracia del pueblo judío”, escribió Kellner en una de las primeras páginas de su histórico diario.
Medio siglo después de que el el ciudadano de la Alemania Nazi, Friedrich Kellner, regalara su diario a un nieto en EE.UU., las publicaciones clandestinas serán publicadas por primera vez en inglés por la editorial Cambridge University Press durante este enero, después de ser publicadas por primera vez en la historia en 2011 en alemán.
Un duro crítico de los nazis, Kellner utilizó su diario para documentar las atrocidades del régimen a partir del 13 de septiembre de 1939, poco más de 10 días después del inicio de la guerra, y hasta el 17 de mayo de 1945, y poco más de 10 días después del término de la misma.
En más de 800 páginas, escribió un total de 676 entradas, nutriéndose de numerosas fuentes y de un formidable conocimiento de la historia. Además del contenido sobre el desarrollo del Holocausto, Kellner escribió sobre el uso de propaganda del régimen para engañar a la población y sobre lo que él consideraba la mala administración criminal de la guerra por parte de los aliados.
El diario de Kellner, que tituló “Mi Oposición“, es visto por algunos historiadores como un barómetro de lo que los alemanes “comunes” podrían haber sabido sobre actividades en el oriente del extendido país, donde los miembros de las SS y otros nazis estaban involucrados en el asesinato masivo de judíos, polacos y eslavos. Parte de la información de Kellner provenía de fuentes que estaban ampliamente disponibles, incluido el periódico del partido nazi y transmisiones de radio ilegales. Para relatar otros acontecimientos, Kellner cuestionaba a sus connacionales y se sumergía en auténticos chismes, adjuntando más de 500 recortes de periódico en el camino.
Una gran sensación de ira llena el diario de Kellner, no solo dirigida en contra de los nazis, sino también con respecto a sus conciudadanos y al mundo que permitió que Hitler se levantara con el poder en 1933.
“No existe un castigo que sea suficientemente difícil de aplicar a estas bestias nazis“, escribió Kellner. “Por supuesto, cuando llegue la retribución, los inocentes tendrán que sufrir junto con ellos. Pero como el 99% de la población alemana es culpable, directa o indirectamente, de la situación actual, solo podemos decir que aquellos que viajan juntos se mantendrán unidos“. Con acusaciones así, no es de extrañar que el diario completo de Kellner no se haya publicado en Alemania hasta el pasado 2011.
Antes del poder de Hitler, Kellner, un veterano de la Primera Guerra Mundial, era un férreo opositor a Hitler y su movimiento fascista. Un socialdemócrata de toda la vida, Kellner pronunció discursos anti-nazis durante los años de la llamada República de Wiemar, la época que vivió Alemania entre 1918 y 1933, por lo que a menudo fue atacado. Después del Kristallnacht de 1938, Kellner buscó presentar cargos contra algunos de los líderes nazis antidisturbios. En represalia por estos esfuerzos, un juez del régimen hitleriano ordenó que él y los “linajes” de su esposa fueran investigados en busca de rastros de ascendencia judía.
Mientras los nazis extendían el terror por Europa, Kellner documentó las atrocidades que el régimen intentaba ocultar. Para poner los eventos actuales en contexto para futuros lectores, hizo referencias puntuales al libro de Hitler, “Mi Lucha“, el cual conocía muy bien. Entre otros crímenes, escribió sobre los “homicidios misericordiosos” de alemanes discapacitados en el Centro de Eutanasia Hadamar, donde cerca de 200 mil personas perdieron la vida, y sobre asesinatos “de retribución” llevados a cabo contra civiles en países ocupados.
“Permitir que personas totalmente inocentes sufran por las hazañas de otro recuerda las horribles hazañas de las bestias salvajes en tiempos pasados”, escribió Kellner el 26 de octubre de 1941, tras el asesinato de 100 civiles franceses por parte de las fuerzas alemanas en represalia por la muerte de dos oficiales nazis.
Los informes de Kellner sobre el Holocausto fueron concisos, incluido su informe sobre una “acción” temprana sobre judíos en Polonia. “Un soldado que se va de aquí dice que presenció personalmente una terrible atrocidad en la parte ocupada de Polonia“, escribió Kellner en 1941. “Observó cómo hombres y mujeres judíos desnudos fueron colocados frente a una zanja larga y profunda y, por orden de los SS, fueron tiroteados por los ucranianos en la parte posterior de sus cabezas, y cayeron en la zanja. Luego la zanja se llenó mientras gritos seguían saliendo de ella “.
Unas semanas más tarde, Kellner escribió sobre “judíos siendo transportados a algún lugar” y “tratados peor que los animales” en el camino. En otra entrada, informó sobre la deportación de familias judías específicas de su pueblo.
“Este tratamiento cruel, despreciable y sádico contra los judíos que ha durado varios años -con su objetivo final de exterminio– es la mayor mancha en el honor de Alemania“, escribió Kellner el 15 de diciembre de 1941. “Nunca serán capaces de borrar estos crímenes”.
Esta lectura de Kellner fue tiempo atrás de que se tomara la decisión del exterminio masivo sistematizado de judíos en las altas filas del régimen de Hitler en la llamada Conferencia de Wansee en 1942.
Kellner no sólo fue crítico del régimen en sus páginas, también de manera pública, por lo que fue etiquetado como “mala influencia” en la población de Laubach incluso por el alcalde de la localidad. Lo amenazaron con encarcelarlo en un campo de concentración junto con su esposa, Pauline, y se realizaron planes para castigarlo después de la victoria final.
“Debería desaparecer”, escribió el oficial nazi Ernst Monnig en un informe sobre Kellner. Aparentemente intrépido, a veces recogía panfletos anti-nazis arrojados por los aliados para colocarlos estratégicamente alrededor de la ciudad.
Tras la liberación de Alemania, Kellner fue nombrado teniente de alcalde de Laubach, donde ayudó con el proceso de desnazificación y revivió al Partido Socialdemócrata. Murió en 1970, mucho antes de que su diario “Mi Oposición” llegara a la atención de los lectores. En 1968, Friedrich Kellner entregó su diario a un nieto nacido en EE.UU., Robert Scott Kellner que contaba con apenas 2 años de edad.
“No pude luchar contra los nazis en el presente, ya que tenían el poder sobre mi voz”, le dijo Kellner a su nieto en ese momento. “Así que decidí combatir contra ellos en el futuro”.
Según Robert Scott Kellner, su nieto y ahora un profesor de inglés retirado, el diario fue el intento de su abuelo de proporcionar a las generaciones futuras un arma “contra cualquier resurgimiento de ese mal”. Como el traductor y editor del libro, Scott Kellner también ha trabajado en un documental sobre su abuelo y varias exposiciones de museo basadas en el diario.
Durante más de 30 años después de la muerte de Friedrich Kellner, pocas personas ajenas a la familia vieron las páginas escritas de “Mi Oposición“. Las escrituras tuvieron una gran oportunidad en 2005, cuando la Biblioteca Presidencial George Bush exhibió partes del diario para su público . Ese respaldo ayudó a lograr la publicación alemana del diario, que según el diario alemán Der Spiegel presentó una narrativa “desafiante” pero esencial de la Alemania de la guerra.
“Friedrich sabía que las personas como los nazis nunca perderían su sed de poder y dominio absoluto”, dijo Scott Kellner. “El último de los sobrevivientes del Holocausto pronto se irá, pero su voz seguirá siendo una nueva voz para controlar a los historiadores revisionistas y negacionistas del Holocausto con una narración irrefutable, una narración no por un nazi o una víctima de los nazis, sino por un alemán promedio que nunca perdió de vista la simple verdad de que una persona siempre puede elegir entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal “, dijo Scott Kellner.
Hace setenta y ocho años, Friedrich Kellner abordó el tema de “culpar a los judíos” en una de sus primeras entradas en el diario. Como era su costumbre, el activista refutó las mentiras del régimen y acusó a sus vecinos de complicidad.
“Para mantener a la gente sin que dirigieran su enojo en contra de su actual opresor, los gobernantes en cualquier época han usado tácticas de distracción para escudar su propia culpa”, escribió Kellner en 1939. “Toda la acción en contra de los judíos no era diferente a la de aventar un pedazo de carne a unas bestias. ‘Los judíos son nuestra desgracia’, gritan los nazis. La respuesta correcta debió haber sido, ‘No, no los judíos, sino los nazis son la desgracia del pueblo judío“, espetó Kellner en su histórico diario.
Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico
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