No maten en nombre de mi hijo

Enlace Judío México – ¿Qué nos hace pensar que al aplicar la pena de muerte evitaremos el crimen? ¿Acaso eso devolverá a mi amado David?

ROBI DAMELIN

Hay un nuevo juego en la ciudad, llamado la pena de muerte. Algunos líderes en Israel están empeñados en seguir los pasos de países tan ilustrados como Bangladesh, Pakistán y Nigeria en su búsqueda para combatir el terrorismo. Incluso el fiscal general rechaza la venganza, y es probable que se oponga a la ley.

Pero esto no impide al partido Israel Beiteinu y a la ministra de Justicia Ayelet Shaked que busquen venganza. ¿Por qué hemos perdido toda comprensión de la naturaleza humana? ¿Qué nos hace pensar que al aplicar la pena de muerte evitaremos el crimen?

Una rápida mirada a las estadísticas mundiales muestra que la pena de muerte nunca ha sido un impedimento para más asesinatos y crímenes. De hecho, en nuestro caso, puede ser un aliciente para más ataques terroristas. Ante la pena de muerte, el ejecutado se convertirá en un héroe popular y será más venerado que un prisionero.

He pensado mucho en el hombre que mató a mi hijo David. Probablemente pasará el resto de su vida en una prisión israelí. Creo que independientemente de las condiciones, estar encerrado en la cárcel sin esperanza no es cualquier cosa. ¿Debo rebajarme al nivel de matar a otro ser humano? ¿Acaso eso devolverá a mi amado David?

Me han dicho que cuando los soldados tocaron a mi puerta con la espantosa noticia de la muerte de David una de las primeras cosas que dije fue: no pueden matar a nadie en nombre de mi hijo. No soy una santa, pero no puedo y no seré parte de tomar la vida de otra persona.

¿Acaso aquellos que abogan por la pena de muerte han pensado en examinar la historia? Miremos a Irlanda, por ejemplo. Sólo después de que el primer ministro Tony Blair enviara a la secretaria británica para Irlanda del Norte, Marjorie Mowlam, a la prisión de Maze, cerca de Belfast, para reunirse con los criminales más nefastos que perpetraron actos por razones políticas y fácilmente podrían haber sido asesinados por sus crímenes violentos, sus representantes políticos decidieron participar en las negociaciones de paz. Unos meses después, estos presos políticos fueron liberados bajo el acuerdo del Viernes Santo.

Me he encontrado con prisioneros que cometieron crímenes terribles y hoy algunos de ellos son los más fervientes defensores de la paz.

Miremos a Sudáfrica, donde se cometieron los crímenes más atroces. Estas personas [que cometieron abusos por razones políticas durante el Apartheid] fácilmente podrían haber sido ahorcados por sus actos, sin embargo, el gobierno de Sudáfrica creó la Comisión de la Verdad y la Reconciliación que otorgó amnistía a estos mismos criminales. Esto es difícil de aceptar, y sin embargo, me he reunido con algunas de estas personas y ellas también están trabajando por la paz y muestran remordimiento por sus crímenes.

La paz no equivale a justicia, y mientras los israelíes no acepten este hecho e insistan únicamente en referirse a la narrativa de lo que se les ha hecho, será imposible lograr una paz duradera. No puedo tolerar la muerte de nadie por parte del Estado. Los derechos humanos y la dignidad reemplazan cualquier deseo de venganza.

Robi Damelin, cuyo hijo David fue asesinado por un francotirador palestino en 2002, es miembro activo y portavoz del Círculo de Padres – Foro de Familias.

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Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico