May Samra en exclusiva para Enlace Judío México- El nombre de José Vasconcelos está íntimamente relacionado con la historia de México, pues fue Secretario de Educación, candidato a la Presidencia de la República en 1929, el noveno rector de la UNAM y, según Wikipedia, “uno de los pilares de la literatura, la educación y la política de México”. La Biblioteca José Vasconcelos, amén de otros espacios públicos en México, atestiguan la importancia de este gran intelectual.
Aún así, la historia recuerda su “lado oscuro”: su ideología pro nazi y su antisemitismo, patentes tanto en sus obras como en la funesta revista Timón, que se difundió en 1940.
Dirigida por el mismo Vasconcelos, Timón combinaba caricaturas antisemitas dignas de la propaganda de Goebbels con textos “sutiles” como éste, del número 16: “Hitler es la escoba de Dios que está barriendo de la superficie de la Tierra todo lo malo que se había acumulado durante siglos”.
“En los textos que Vasconcelos escribió para la revista Timón” escribió en 2015 Rogelio Villareal en Milenio, “campea el espíritu abiertamente nazi de un intelectual que se tragó completos los mitos de la Atlántida y de la conspiración mundial de los “judeomasones”, y al que su visceral anticomunismo llevó a prologar el célebre libelo Derrota mundial, de Salvador Borrego, y a cantar la excelencia de Los protocolos de los sabios de Sión. Vasconcelos, cuyo nombre adorna la biblioteca pública más grande y destacada del país, es también autor del desfasado lema de la UNAM: “Por mi raza hablará el espíritu”, el cual compuso al ser nombrado rector de esa casa de estudios en 1920″.
“El nazi Vasconcelos”, como lo llama Villareal, creía en la inminente victoria del III Reich pero, tres días después de que la Wehrmacht hiciera su entrada en París, el 15 de junio 1940, Timón fue confiscada por la Secretaría de Gobernación.
Conocí la revista Timón cuando, en el 2008 de la mano de Peter Katz y de Simone Leff, sobrevivientes del Holocausto, fuimos a visitar la exposición “Cantos Cívicos”, de Miguel Ventura en el MUAC. La portada de Timón, con la imagen de Dios barriendo la Tierra, adornaba la entrada. También había un bioterio, una especie de laberinto habitado por ratas.
La visita no terminó bien. Simone y yo nos refugiamos en el baño, único recinto donde los cantos nazis no perforaban el tímpano. La sobreviviente sollozaba en mis brazos, recordando que a uno de sus tíos lo encerraron en un calabozo lleno de enormes ratas hambrientas, que lo devoraron.
Años después, en el consultorio del dentista Isaac Masri, conocí a Héctor Vasconcelos, hijo de José Vasconcelos. Entrevistado por Enlace Judío en la Ciudad de las Ideas, Héctor es hoy Secretario de Mexicanos en el Exterior y Política Internacional del Comité Ejecutivo Nacional de MORENA. De ganar la Presidencia Manuel López Obrador, Vasconcelos será titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores en México.
Para hablar de su padre, Héctor accedió a recibirnos, en su departamento de Polanco, tapizado de libros, en el cual cuelga un dibujo de Yehudi Menuhin, uno de los más grandes violinistas del siglo XX, de ascendencia judía, dedicado en Gstaad “a mi amigo Héctor”.
May Samra: Héctor platícanos un poco de tu relación con tu padre, José Vasconcelos quien fuera EL educador de México
Héctor Vasconcelos: Mira, yo nací ya cuando él tenía 62 años, soy el único hijo de su segundo y último matrimonio, tuvo dos hijos en su primer matrimonio y sólo yo en el segundo, y como decía yo, más bien era yo una especie de nieto para mi padre, que un hijo, ¿no? Porque pues imagínate, cuando yo tenía 5 años, él tenía ya 67, entonces fue una relación muy cercana pero breve porque él fallece cuando yo tenía 14 años y solamente pudimos convivir durante los primeros 14 años de mi vida
MS: ¿Y cómo era su relación?
HV: Era una relación basada en los libros, en la lectura, él nunca me llevó a un partido deportivo, lo cual yo lamento ahora, pero en fin, ni sabía prácticamente que existían esas cosas, yo era un hijo único, entonces no tenía contacto mayormente con otros niños. Él empezó a leerme todas las tardes cuando estaba en México y estaba casi todo el tiempo en México, establecimos una rutina en que él me leía entre las 6 más o menos, las 6 y las 7:30 u 8 de la noche, y pues, ¿cuál crees que es el primer libro que me leyó? ¡La Odisea! luego de ahí, pasamos a la Iliada luego a la Eneida, Esquilo y Sófocles, una educación muy clásica, muy griega, ¿no?
De manera que fue una relación muy cercana y a la vez lejana por las diferencias enormes de edad y porque él, más bien, me incorporó a su mundo y no trató de meterse en el mundo de un niño de cinco o diez años ¿no?, de tal suerte que yo a los diez o doce años ya seguía los asuntos internacionales, recuerdo por ejemplo que yo le di a él la noticia de la muerte de Stalin, una mañana me acuerdo como si hubiere sido la semana pasada que le dije “Papá, papá, se murió Stalin” y yo tenía en ese momento siete años, no tendría yo por qué haber sabido quién era Stalin, pero bueno, así fue la cosa.
MS: Qué interesante, pues esta educación te formó
Y siempre basada en los clásicos, grecolatinos, ahora lo que sí me dejó eso es una relación muy íntima, muy contínua, muy cotidiana con el hecho de leer, para mi leer, es quizá lo más importante, fuera de cuestiones como el amor en fín, no hay nada más importante para mí que la lectura yo todo lo resuelvo leyendo, para trabajar leo, para descansar leo, para disfrutar lo que sea, leo, y claro, la raíz de esto está en esa relación que establecimos mi padre y yo a una edad tempranísima.
MS ¿Cómo un gran educador como tu padre, se vuelve alguien que abraza el nazismo?
HV Mira, en primer lugar te quiero decir, que para mí, abordar ese tema es una cosa sumamente dolorosa, me parece que a partir de la mitad de los años 30’s, mi papá dio un viraje hacia la derecha, que yo considero absolutamente deplorable, incluso una tragedia tanto en términos personales de él, como en términos nacionales, porque hubiera sido extraordinario contar con su opinión, con su juicio durante las últimas décadas de su vida, pero con las posiciones que él había tenido de joven como revolucionario, al lado de Francisco I. Madero y ciertamente como librepensador y un hombre que creía profundamente en la democracia, entonces, aceptando que este es un tema difícil y doloroso para mí, sí me interesaría mencionar algunas cosas, no para justificar sus posturas de alrededor de 1940, pero sí para tratar de encontrarle alguna explicación.
Hay varios factores cruciales para entender este asunto, mi padre había perdido las elecciones, había perdido oficialmente según el recuento oficial, las elecciones presidenciales de 1929 y él adjudicaba que no se le había reconocido su victoria electoral porque él estaba absolutamente convencido de haber ganado, lo adjudicó a dos factores, a los generales revolucionarios que ya desde entonces eran muy corruptos y a la embajada norteamericana, por eso el cuarto volumen de sus memorias se llama “El pro Consulado” porque él pensó que los Estados Unidos habían establecido en México un verdadero pro consulado y que las cosas básicas, esenciales del país no se decidían sin la venia de la embajada norteamericana, entonces es un primer elemento, porque ¿qué ocurre en los años 30?, sobre todo al final de los años 30 y al inicio de los 40, Alemania entra en guerra con Estados Unidos e Inglaterra, entonces ahí entra esta cuestión de ‘el enemigo de mi enemigo, es mi amigo’ ¿no?
Hay otro fenómeno, en toda América Latina, sobre todo en el Cono Sur, hay mucha germanofilia en esos años, Argentina, en Chile, y hubo muchas figuras que no vieron con claridad el veneno terrible inaudito que significaba el nacionalsocialismo y entonces vieron con simpatía, sobre todo al principio de los años 30, lo que se estaba desarrollando en Alemania, ahora hubo otras grandes figuras, inclusive en Alemania que tuvieron la lucidez para percibir que aquello que se estaba gestando en Alemania desde 1933 era algo que yo siempre he dicho, era la mayor amenaza a la cultura occidental que ha existido, porque el nazismo, el nacional socialismo es una negación tanto de la raíz judía como de la raíz greco-latina de la cultura occidental, entonces esta aberración que surge en Alemania y en España en los años 30, fue detectada por ciertas personas, estoy pensando por ejemplo en el caso de Thomas Mann, el más grande novelista alemán, se exilia de Alemania desde los años 20, desde antes de que Hitler tomara el poder, porque percibió que aquello era, como él decía, pactar con Mefistófeles.
Entonces, por qué decía yo esto, porque las simpatías que mi padre llegó a tener que yo digo siempre, que no era, la simpatía no era hacia Hitler, o hacia el Nacional Socialismo, sino más bien, hacia Alemania y uno puede revisar los textos que él escribió en esos años, 1939, 40, que es cuándo él se relaciona con la deplorable revistucha ésta, Timón, y lo que mi padre defendía siempre en esos años, era el derecho de Alemania a lo que ellos llaman, los alemanes, el hacer Lebensraum, el hacerse de un espacio en Europa porque sentían los alemanes de aquella época, anterior al nazismo, que Inglaterra y Francia se habían repartido prácticamente la influencia mundial, y no le habían dejado un espacio a Alemania desde el tratado de Versalles; en efecto, ese tratado estranguló a Alemania, yo creo que bastante merecidamente, pero en fin, entonces lo que algunas gentes trataban de defender, era ese espacio para Alemania, el famoso Lebensraum. Ahora, esos dos o tres factores que acabo de mencionar, creo yo que si bien no justifican, pueden dar una explicación, un acercamiento a este momento, sombrío de mi padre en que se asocia a una revistucha nazi.
¿Qué pasó, ya en términos que yo pude atestiguar? Durante mi niñez, yo aprendí a respetar, admirar y a querer a grandes figuras del judaísmo, que eran íntimos amigos de mi madre, estoy pensando en Arthur Rubinstein, en Henryk Szeryng sobre todo, mi madre era una pianista por su profesional, una concertista que había convivido con gente como Rubinstein y Szeryng en Europa, y cada vez que ellos venían a México, su punto de encuentro era la casa de mi madre, Rubinstein venía a estudiar en cuánto llegaba a México, le llamaba por teléfono a mi mamá y practicaba en mi casa antes de sus conciertos.
Entonces yo crecí con una inmensa admiración hacia esas figuras y cuándo yo ya alrededor de los 12 o 13 años me voy enterando de lo que había ocurrido en la Segunda Guerra Mundial, en las décadas anteriores, me voy enterando del Holocausto, me quedé asombrado cuándo empecé a oír que mi padre había simpatizado con la Alemania o como dicen muchos, con el propio Hitler, y un día ya debo haber tenido 13, 14 años fue muy poco antes de su muerte, le dije, recuerdo muy bien, una tarde le dije “Oye papá, pero cómo es posible que dicen que tú simpatizaste con los nazis” que para mí era desde ya, verdaderamente lo peor que ha habido en la historia, así lo afirmo, ahora al menos en la historia occidental, y entonces me dijo, “mira mijito, yo me enteré realmente del Holocausto, al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1940, yo no sabía eso, sí oíamos rumores, pero pensábamos que era propaganda anglosajona, propaganda gringa” y las evidencias es decir las fotografías, las filmaciones todo esto, empiezan, por ejemplo, a surgir después de 1945.
MS Sí, pero las leyes de Núremberg fueron en 1935 y las Noche de los Cristales en el…
HV …38, no y aún antes, no, déjame decirte, y a todos los que nos estén escuchando, que yo creo que desde 1933 ya los nazis sembraron las semillas del horror que iban a establecer en Alemania, desde la quema del Reichstag en febrero del 33, la gran quema de libros de muchos de los grandes autores de la cultura occidental, creo que es de mayo del 33.
MS Sí, pero el tema contra los judíos empezó con las leyes de Núremberg en 1935…
HV Las leyes, pero raciales, creo que antes de Núremberg, se empezaron a implementar desde antes del verano del 33, osea que si alguien observaba con cuidado, acuciosamente lo que estaba pasando, es para que, de hecho yo siempre he pensado, no entiendo por qué la comunidad internacional, no paró ese régimen que había destruido todas las instituciones democráticas de Alemania, a través de una especie de intervención conjunta etcétera, porqué dejaron que las cosas llegaran a 1939, 40, para responder, pero bueno, el hecho es que mi padre me dijo, “Yo empecé a ver las evidencias, hasta después de la segunda guerra mundial, antes yo y muchas otras gentes, creímos que era pura propaganda norteamericana”.
MS ¿Incluso las leyes de Núremberg? Y de hecho la Noche de los Cristales, porque si estaban ustedes tan al tanto del acontecer internacional, pues seguramente, habían escuchado que esto había sucedido.
HV Sí, eh, de eso yo no le pregunté específicamente, ni de la Kristallnacht ni de Núremberg, no le pregunté, yo le pregunté así en general, y fue lo que él me respondió, ahora, pues yo supongo que sí, sí pensaban que era propaganda quizá en los 30’s, porque realmente el Holocausto inicia, yo he estudiado el periodo muy bien, porque me interesó muchísimo como un fenómeno aberrante de Occidente, parece que todos debemos estar muy conscientes de lo que ocurrió ahí para que jamás vuelva a ocurrir, entonces ustedes recordarán que la decisión de exterminar al pueblo judío se toma, no recuerdo si en enero o febrero del ’42, en la conferencia de Wanssee, lo que nosotros llamamos el lago Constanza, entonces esto inicia los campos de exterminio, los campos de concentración, que yo recuerde se empiezan a construir y las grandes deportaciones ocurren a partir del ’42, no?, porque primero yo recuerdo que se invitó a los judíos a que abandonaran Alemania, luego se les empezó a presionar, pero ya echar a andar la máquina del Holocausto, eso ocurre a partir del ’42.
MS Pero había campos de concentración antes.
HV Pero internos. Contra los polacos que estaban en Alemania.
MS De hecho la Noche de los Cristales inicia porque agarran a una familia y el hijo de ellos está en París, se va al consulado, a la embajada de Alemania y ahí le dispara a… Estamos hablando del ’38.
HV No, desde luego que había elementos, pero ahora hay que considerar la verdad e insisto, no estoy tratando de justificar sino de acercarnos a una explicación, hoy estamos acostumbrados a que la comunicación es instantánea, hoy sabemos lo que pasó en Washington hace media hora, o lo que pudo haber pasado en Japón, Sudáfrica, hace una hora, era muy distinto el mundo de 1940, ¿no? Dónde la comunicación era, bueno prácticamente inexistente, en el sentido en el que la conocemos hoy día, yo me acuerdo que todavía en los años ’60, cuando yo estudiaba fuera de México una llamada telefónica de Boston a México, no era una cosa así automática, había que reservar el tiempo, había que pedir una operadora, por darle un ejemplo de cómo cambió radicalmente el mundo en cuánto a la comunicación, hoy nos enteramos de todo un minuto después. En aquella época a veces la información llegaba con mucha dilación.
MS Ahora acerca del propio antisemitismo, que se le achaca a tu padre, por ejemplo en la revista Timón… Recuerdo un texto dónde está el globo terráqueo y Dios está barriendo a los judíos con una escoba.
HV Allí ocurre otra cosa que yo lamento profundamente, si mi padre llegó a tener sentimientos verdaderamente racistas, que yo no lo recuerdo, en su discurso diario, cotidiano, ¿no?, pero sí hay textos y cuestiones como las que tú mencionas, me parece deplorable en un hombre que en los años ’20, osea, 20 años antes, había sido un paladín de la igualdad racial, estoy pensando en una de sus obras más famosas, La Raza Cósmica que precisamente presenta la idea de que en América Latina se podría dar la fusión total de todas las razas, sin que ninguna fuese superior a otra, es decir, toda la idea del mestizaje que mi padre promovió como rector de la universidad nacional, y como primer secretario de educación, pues, esa postura estaría en contradicción absoluta con cualquier sesgo racista de sus últimos años, lo que ocurre es que mi padre, después de la campaña de 1929 por la presidencia, sí, tuvo un viraje psicológico yo creo que más que nada hacia la derecha, ¿no?, y entonces él empezó a hacer cosas completamente contradictorias con lo que él había hecho en su gran época, en su juventud y madurez, como digo, mucha gente le atribuye el rescate de las culturas aborígenes, primarias mexicanas esenciales, el orgullo en la mezcla racial que es México, bueno, son actitudes opuestas a cualquier tipo de racismo.
MS Bueno, en la misma Raza Cósmica él habla un poco de los judíos y habla de razas inferiores, precisamente creo que él, creía en las teorías eugenésicas, ¿no?
HV Bueno, yo jamás lo noté, ni jamás me dijo una palabra al respecto, pero…
MS Porque la eugenesia en este momento estaba como muy en boga
HV Eso es cierto, había una gran corriente internacional, es que ha habido muchas corrientes que luego desaparecen prácticamente, unos años antes, por ejemplo se me ocurre en este momento, el espiritismo, que alrededor de 1910 o a principios de siglo, era una cosa pues relativamente aceptada ¿no?, yo no conozco a nadie que sea espiritista, debe de haber.
Una cosa, que es una constante en la vida de mi padre es su profundo cristianismo. Entonces ahí por definición, al menos en teoría, todos son hijos de Dios, y digo son, porque yo no soy religioso, ni soy católico, yo soy un librepensador y un agnóstico, pero en fin, mi padre, siempre fue cristiano, con diferencias de grado, ¿no?, otra vez, yo creo que en su juventud y madurez, fue casi por completo un libre pensador, pero en cambio en los años finales se volvió un devoto católico, entonces yo ahí vería una contradicción.
MS ¿Él no influyó en ti? ¿Para que adoptaras el catolicismo?
HV Claro que trató de, y la mayor parte de la familia Vasconcelos, no toda, pero la mayor parte es fervientemente religiosa y católica, yo no, yo a partir de los 14 años, primero perdí por completo la fe, y luego ya, como diré, le di sustancia a mi agnosticismo con las lecturas, ya para cuando yo estaba en Harvard, a los 18, 19 años, yo ya me declaraba en todas partes un libre pensador y un agnóstico, entonces yo veo una contradicción radical entre cualquier postura cristiana y una simpatía y una aceptación de la eugenesia.
MS Sí, porque, por ejemplo, él decía, cito: “No se trata que nos hagamos indios, o que nos hagamos negros, lo que se busca es levantar al indio y al negro al mismo nivel cultural que el blanco”. Esto fue en el ’37, en el ’96 él dijo: “Los tipos bajos de la especie serán absorbidos por el tipo superior, de esta suerte podría redimirse por ejemplo, el negro y poco a poco por extinción voluntaria, las estirpes más feas irán cediendo el paso a las más hermosas, las razas inferiores al educarse, se harían menos prolíficas y los mejores especímenes irán ascendiendo en una escala de mejoramiento étnico”.
HV Un texto como ese, yo considero que es muy de la época en que fue escrito, ¿no?, porque en efecto todas estas ideas que hoy tenemos y que por fortuna, creemos fervientemente en ellas de la igualdad étnica, cultural, de que no hay culturas superiores ni inferiores, todo esto es una cosa relativamente reciente, después de la segunda guerra mundial, y tiene mucho que ver, creo yo, con la creación de la organización de las Naciones Unidas, la declaración de los derechos humanos, pero en los años ’20 y ’30, sí, en general en todas las culturas occidentales, no sólo en México, en Francia, en la cultura de lengua inglesa, había mucha gente que en efecto creía que por ejemplo, África era un continente completamente inferior, cuándo además de ahí venimos todos, hoy se sabe que toda la especie humana surge en lo que hoy es Etiopía más o menos, etcétera, etcétera, entonces me parece un texto completamente anticuado, anacrónico e incomprensible para lectores de hoy día, y yo me incluyo en ello, yo no estoy de acuerdo en nada de eso, lo sitúo como una cosa ahí muy de los 20’s o 30’s, ¿no?.
MS Consideraba peligrosos a los judíos, porque para él “eran a la vez comunizantes y capitalistas”, y también emigrantes como de alguna manera, que ponían en riesgo, como que no tenían tierra, y eran gente sin patria, así que recomendaba no estimular su inmigración y que mejor se quedaran en los espacios que tenían estipulados, que para los judíos, realmente existían?
HV ¿De qué año es eso, yo no conocía ese texto?, ¿de qué año será?,
MS Está basado en un estudio que hizo sobre tu padre la académica Miriam Jerade.
HV Esas son las cosas que yo viví, porque por ejemplo mi padre hablaba de su antinorteamiericanismo o del fraude que él estaba convencido, de que le habían hecho, todo el tiempo, en cambio yo no recuerdo que haya habido mucha conversación sobre el tema del judaísmo, y por otro lado, el aceptaba totalmente que mi madre fuera íntimamente amiga de estas grandes personalidades judías, nunca le oí decir la menor cosa salvo la más grande admiración por una persona como Arthur Rubinstein, por ejemplo. O sea quizá también las cosas sacadas de contexto, no sé, en fin, lo único que les puedo dar, es mi opinión, y un intento de explicación, si bien no de justificación, yo creo que es el periodo más lamentable de la vida de mi padre.
MS Es impactante el contraste.
HV Exacto, impresionante, y eso incluso, las gentes que más creyeron en él, que más lo siguieron, estoy pensando en un Carlos Pellicer, en un Jaime Torres Bodet, pues sí, veían esos contrastes como algo, prácticamente inexplicable, pero yo creo (se lo dijeron), ah, sí, toda la vida, lo de, a mí me lo decía, yo crecí entre ellos y siempre decían, bueno entre el Vasconcelos de los años ’20 o del año ’10, y el de los años ’40 o ’50, son dos personas casi distintas, salvo en ciertas constantes, por ejemplo, ya hablábamos de una constante su catolicismo, otra su antinorteamericanismo, en fin.
MS Héctor, sabemos que tienes amistades entre los judíos y la comunidad judía, ¿nos puedes platicar un poco de ellas?
HV Naturalmente he tenido muchísimas amistades de la comunidad judía, no podría ni siquiera enumerarlas todas, pero te puedo hablar de algunas personalidades, que de hecho han sido, cuentan entre la gente que mayor influencia ha tenido en mi persona, desde el punto de vista intelectual, desde el punto de vista moral en todos sentidos, estoy pensando por ejemplo en Leonard Bernstein, de quien tuve el gran privilegio de ser amigo por muchos años, de hecho una anécdota, una curiosidad, ocupamos el mismo cuarto en la universidad de Harvard, (en distintas épocas), el cuarto “G-31” entonces cada vez que nos veíamos, en algún momento brindábamos “Here is for G-31” y todo el mundo decía “Que será eso?, ¿una sociedad secreta?”.
No, era el número de nuestro cuarto de Harvard, bueno otra personalidad, que ahora les voy a enseñar un dibujo de él allí, Yehudi Menuhin, uno de los hombres más extraordinarios que he conocido en mi vida, también, y bueno en otro plano uno, ese sí, uno de mis roommates ahí en Harvard, es hasta el día de hoy, uno de mis mejores amigos, David Alexis Sussberg, de la familia del New York Times, ¿no?, fuimos roommates tres años, y hemos continuado la amistad por más de medio siglo; entonces, Hendrick Shering, el gran violinista, que tocaba mucho con mi madre, y que me vio crecer, en fin, yo siempre tuve el privilegio de tener muy cerca a extraordinarias figuras de la comunidad judía, y podría yo mencionar muchísimos más.
MS ¿Y aquí, en México?
HV Aquí en México, bueno, mencionaré la más reciente que me dolió tanto su partida, a Linda Davidoff, que murió hace apenas dos o tres meses y fuimos amigos toda la vida, toda, desde la adolescencia. Y fui muy amigo de sus padres, también León y Ruti Davidoff.
MS Pues muchísimas gracias Héctor, Gracias por esta entrevista.
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HV No, gracias por interesarse en mi opinión.
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